Nigeria fue el centro de la agenda de actividades, y por primera vez y de forma excepcional, ProFuturo acogió durante varios días en Madrid a tres miembros del Kukah Centre, un instituto nigeriano de investigación sobre políticas que promueve el diálogo interreligioso.
Los ponentes pusieron de manifiesto la difícil realidad que enfrentan algunos territorios del país, así como las barreras a las que se enfrentan tanto los niños como los docentes. Uno de los temas más debatidos durante la charla fue la brecha de género, un desafío en el que queda mucho por trabajar. Las niñas se enfrentan a una discriminación generalizada, ya que culturalmente no están del todo integradas en las comunidades educativas y sociales.
También se habló sobre terrorismo, que representa una amenaza para el desarrollo normal de los niños y jóvenes, y tiene repercusiones significativas en el sistema educativo actual.
Algunas de las conclusiones a las que se llegaron fueron:
- La gran importancia del acceso a tecnología como mejora sustancial para estos niños.
- El papel crucial del Gobierno en los esfuerzos por mejorar la educación en Nigeria, particularmente en relación con la educación digital. Se recalcó la necesidad de criterios unificados, como el suministro de electricidad y la seguridad en las escuelas.
El encuentro contó con la participación de representantes de las diferentes entidades. Por parte de ProFuturo, Magdalena Brier, directora general, y Virginia Chinchilla, responsable de ProFuturo en Nigeria. Y desde Nigeria, Lawson Osezuwa Eselebor, responsable del Kukah Centre para ProFuturo, Michael Ibrahim Magaji, asesor principal, y Mathew Shom Yari, responsable financiero.
El 60% de la población en África tiene menos de 25 años lo que supone un reto sumado a los numerosos desafíos que enfrentan los países del África subsahariana. A pesar de algunos avances significativos en el ámbito de la educación, en lo que se refiere a la ampliación del derecho a la educación, muchos países han trabajado para aumentar la matriculación y garantizar que más niños tengan acceso a la educación. Como resultado de este esfuerzo, la tasa de matriculación en primaria ha aumentado más de un 25%, según datos del Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS). Desde la ampliación del acceso a la educación hasta la mejora de la calidad de enseñanza, los países africanos han estado trabajando continuamente para superar las barreras que obstaculizan su desarrollo educativo.
La implementación del programa ProFuturo ha tenido un impacto positivo en las familias, niños y docentes. En muchas escuelas públicas en áreas vulnerables, la introducción del programa ProFuturo ha llevado a un aumento significativo en la matrícula de estudiantes. Además, la adopción de la tecnología ha mejorado la calidad de la educación en comunidades devastadas por la guerra, donde las escuelas privadas no tienen acceso a la misma calidad de contenido. El programa ha aumentado la inscripción, despertado el interés de la comunidad y los maestros están deseando ser transferidos a escuelas donde se implementa ProFuturo, ya que reconocen que esto les brinda nuevas habilidades.
A pesar de los avances de los últimos años, los sistemas educativos del África subsahariana enfrentan desafíos continuos que requieren de una atención especial por parte de toda la comunidad internacional.
