Así se muestra en el “Estudio del uso de la tecnología en educación” realizado por Ipsos para Telefónica Empresas, donde el 99 por ciento de la dirección de los centros educativos preguntados considera que la tecnología ayuda bastante (56%) o mucho (43%) a la enseñanza. Es decir, un 99 por ciento está de acuerdo.
Una unanimidad que se extiende al profesorado. El 62 por ciento afirma que la tecnología ayuda bastante, un 27 que mucho y tan sólo un 2 por ciento considera que dificulta, mientras que 9 de cada 100 señala que ni ayuda ni dificulta.
Preguntado también sobre esta cuestión, las familias también lo tienen claro: Un 83 por ciento se muestra a favor de la tecnología -57% asegura que ayuda bastan y un 26 que ayuda mucho- por un 13% considera que ni ayuda ni dificulta y un 4% que dificulta bastante.
El “Estudio del uso de la tecnología en educación” contó con la participación de representantes de las diecisiete Consejerías de Educación, de directores, profesores y familias con menores de centros educativos de Primaria, ESO, Bachillerato y Formación Profesional.
Múltiples beneficios
En el informe se aprecia una respuesta claramente positiva en cuanto a la introducción de la tecnología en el ámbito educativo, y sus múltiples beneficios.
Así, desde la dirección de los centros educativos se destaca, entre las muchas ventajas, que la tecnología facilita la introducción de las nuevas metodologías (para un 97%), ayuda a tener mayor números de recursos educativos (96%) y a facilitar que los alumnos se involucren (95%).
En esa misma línea se pronuncia el profesorado, con pequeñas diferencias. Para el 88 por ciento ayuda a tener más recursos, mientras que el 83 por ciento afirma que facilita las nuevas tecnologías.
El colectivo familiar es donde se aprecia un menor porcentaje favorable, aunque ni mucho menos deja de ser mayoritario. Un 79 % considera bastante o totalmente de acuerdo en que la tecnología ayuda a tener un mayor número de recursos educativos, y un 58 por ciento señala que también facilita que las madres y los padres se involucren en la educación de sus hijos.
Por contra, sólo un 39 por ciento de la dirección, al igual que del profesorado, apunta que la tecnología genera una brecha digital en el aula, un porcentaje que baja a un 34 por ciento en las familias.
Internet, principal recurso
En lo que se refiere a qué recursos pedagógicos digitales son más usados, nos volvemos a encontrar con una clara unanimidad: internet es la principal fuente de recursos pedagógicos junto con los de elaboración propia.
Para la dirección, el recurso de internet tiene una aprobación del 96 por ciento, frente al 79 del profesorado, mientras que los de elaboración propia cuentan con el sustento del 91 y el 72 por ciento, respectivamente.
Otra ventajas del uso de las nuevas tecnologías en la educación que queda plasmado en este estudio para Telefónica Empresas es que favorece una mayor colaboración entre la comunidad educativa, aunque eso suponga cierta sobrecarga de trabajo, que empresa gracias a que les funciona mejor con sus alumnos.
Tanto dirección, como profesorado y familias tienen claro que la llegada de las tecnologías a las aulas suponen para el alumno que las clases sean más motivadoras y que contribuyan a formarlos en el mundo actual.
Centros digitalizados
El estudio también se detiene en conocer el grado de digitalización de los centros educativos, y donde la calificación media de dirección y profesorado se mantiene por encima del 7, en una escala del 1 al 10.
Por apartados, destaca la nota sobre la conectividad, calificada con un 7,55 por la dirección y un 6,38 por el profesorado. A continuación ambos colectivos señalan los contenidos pedagógicos, con un 7,49 y un 6,21, respectivamente.
Por la parte baja, el equipamiento y software son las áreas que se mencionan como las que tienen un mayor margen de mejora.
Necesidades
Directivos y profesorado se muestran de acuerdo en cuanto a qué se debe mejorar dentro de este paso a una educación más digitalizada. En concreto, señalan tres apartados que se deben mejorar, como son las aulas híbridas, los servicios de gestión integral y el software de automatización robótica.
Y es que los tres estamentos que forman el sistema educativo muestran su apuesta por un sistema mixto donde la educación presencial esté apoyada por materiales híbridos, es decir, tanto físicos como digitales.
Para toda esta nueva era digital, es necesario invertir en dispositivos para el aula -pizarras electrónicas, proyectores,ordenadores, etc-, cuestión en la que está de acuerdo la dirección (51 %), el profesorado (52 %) y las familias 45 %.
A ellas, en mayor o menor medida, echan en falta dispositivos individuales, en especial la dirección (55 %), así como una mayor conectividad o software.
En lo que también coinciden es en la necesidad de que haya una mayor formación para que los alumnos, profesores y padres aprendan en competencias digitales.
Transformación digital
Los centros educativos son conscientes de la nueva era digital, y muchos de ellos ya disponen de un plan para realizar su transformación digital. Según el estudio, más de la mitad de los centros disponen de dicho plan, ya sea mediante presupuesto propio o a través de los fondos europeos.
Para ello, dos de cada directores de centros reconocen que es “interesante” contar con un único proveedor de servicios. Ante la pregunta si consideraría contar con Telefónica Empresas y algunos de sus socios tecnológicos para cubrir las necesidades de su centro educativo, la respuesta es claramente favorable, con un 82 por ciento.
Y es que un 26 % de la dirección de los centros educativos señala que consideraría seguro contar con esta empresa, mientras que un 56 % afirma que probablemente sí, por tan sólo un 11 % que afirma que probablemente no lo consideraría.
Por último, un 75 por ciento del profesorado estima como interesante que empresas tecnológicas trabajen de forma conjunta para impulsar la digitalización de la educación, un porcentaje que aumenta al 81 % cuando se pregunta a las familias.
Queda claro que todos los estamentos que conforman el sistema educativo son conscientes de todas las ventajas que conlleva la transformación digital en las aulas, un proceso irreversible tras la pandemia, en favor de un modelo que ganará en ser más integrador, una mayor colaboración de la comunidad educativa, un incremento de recursos y un sistema más ameno y entretenido para el alumno.