El afamado físico teórico Michio Kaku considera que incluso discutiremos con nuestros vehículos y que serán elementos más allá de vehículos autónomos, «serán objetos inteligentes» con capacidad de razonar, para realizar sus tareas.
La seguridad, una prioridad
Uno de los grandes objetivos marcados por la industria automovilística en los próximos años es conseguir una mayor seguridad, cuestión en la que no se deja de avanzar gracias a su principal aliado: las nuevas herramientas tecnológicas.
Cada vez que cambiamos de vehículo, por uno nuevo, podemos comprobar cómo se van produciendo mejoras en cuanto a la seguridad, un aspecto que sigue aumentando y al que ahora se une un nuevo aliado como es la conectividad.
La llegada del 5G proporciona innumerables ventajas en todos los sectores, incluido el automovilístico. Y es que la conectividad en el mundo del motor es sinónimo de seguridad, además de otras ventajas como la eficacia energética.
El futuro del coche pasa por conectarse e intercambiar información tanto con otros vehículos como con los dispositivos que están a su alrededor, e incluso con las infraestructuras de la propia ciudad.
Es decir, los coches se conectarán con sensores en cámaras de tráfico y en intersecciones que mejoran el flujo del tráfico y reducen el tiempo de los trayectos, sistemas de estacionamiento de aparcamientos públicos para gestionar las plazas libres que ayudan a reducir los niveles de contaminación en la ciudad, o acceder a información meteorológica para planificar los desplazamientos por la ciudad.
Esta conectividad permitirá, además, disponer de datos sobre cómo conducimos, una información con la que conocer y mejorar nuestros hábitos dentro de un vehículo, así como geolocalizar en todo momento la posición del coche.
No sólo se trata de una guía para llevarnos por el camino más rápido a nuestro destino, sino que la geolocalización sirve para una movilidad más segura e inteligente.
En todo este proceso la conectividad 5G es determinante e indispensable, todo ello con el objetivo de cero siniestralidad.
Para todo ello, todavía queda mucho camino. La tecnología tiene que seguir progresando, las infraestructuras tienen que convertirse en inteligentes y la industria del motor también tiene que dar un gran paso al frente para equipar sus modelos con esta tecnología.
Ensayo DGT
El pasado mes de julio, la plataforma Vehículo Conectado 3.0 de la Dirección General de Tráfico (DGT), una red para que los conductores detecten e intercambien información sobre posibles peligros en la carretera en tiempo real, fue ensayada durante la prueba ciclista Gran Fondo Ézaro-Fin do Camino.
La prueba consistió en que los vehículos en el inicio y la cola de los ciclistas participantes fueron transmitiendo información en tiempo real a través de unas balizas sobre su posicionamiento, lo que permitió al resto de conductores conocer qué tramos estaban afectados por el evento en cada momento.
Asimismo, se instalaron conos en las vías aledañas al trayecto de la prueba que emitieron datos sobre el transcurso de la misma.
Este proyecto de la DGT, que nació hace cuatro años, tiene como principal objetivo la interconexión entre los conductores y la carretera para conocer en tiempo real situaciones que puedan poner en riesgo la circulación, como accidentes de tráfico, cortes de vías, etc.
La conducción autónoma, futuro del coche
Poco a poco se van dando pasos adelante en pro de la conducción autónoma o automática de los vehículos. Una muestra de ello es que la DGT espera que en un año y medio puedan circular por las carreteras nacionales vehículos con un nivel de conducción automática de al menos nivel 3 sobre 5, lo que permitiría que los automóviles prácticamente circularán de forma autónoma, salvo determinadas limitaciones.
En España, el 62 % de los turismos dispone actualmente de un nivel 2 de conducción automática (capaces de mantener el movimiento lateral y longitudinal del vehículo), que es el máximo permitido por el momento, pero -según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac)- el 23 % del parque automovilístico tiene el equipamiento técnico suficiente como para alcanzar el nivel 3.
Para la patronal automovilística, se está “en el momento oportuno para poner en marcha un reglamento específico que asiente las bases para la entrada y circulación de vehículos con niveles de autonomía 4 en las carreteras españolas durante este año«, como ya ocurre en Francia o Alemania.
Este nivel 4 permitiría al vehículo conducirse de manera totalmente autónoma, sin la intervención humana, dentro de determinados entornos controlados.
Según el Informe sobre Vehículo Autónomo y Conectado 2022 de ANFAC, los fabricantes de turismos dan prioridad a las tecnologías de conectividad destinadas sobre todo a mejorar la seguridad de los vehículos, seguida de aquellas relacionadas con el control y el confort del vehículo.
Sistemas Inteligentes de Transportes
De todas las novedades aludidas anteriormente, mucho tienen que decir los sistemas inteligentes de transporte (ITS, por sus siglas en inglés), que son el conjunto de aplicaciones y sistemas informáticos diseñados para optimizar la seguridad y la eficiencia de la conducción.
Los ITS se fundamentan en la inteligencia artificial, el big data y el Internet de las cosas, herramientas con las que dispondremos de una experiencia de conducción hasta ahora desconocida.
Son los ITS los encargados de recibir todos los datos relevantes a la conducción, para facilitar la tarea y disminuir el riesgo de sufrir complicaciones al volante.
Vehículos no contaminantes
El uso de tecnologías no contaminantes en la industria del motor, más que futuro, es el presente del coche, aunque sí que es cierto que algunas (o muchas) derivaciones de los nuevos suministros energéticos entran dentro del futuro.
Se trata de mejorar la disponibilidad de infraestructura de recarga tanto en uso urbano como interurbano, el tiempo de recarga y la autonomía del vehículo eléctrico.
A ello, se une la búsqueda de otras fuentes de energía, ya que el componente más crítico de un vehículo eléctrico es la batería. Las más utilizadas hasta el momento por los fabricantes son las de litio-ion, prácticamente las mismas que se usan en aparatos electrónicos como móviles o ordenadores portátiles, aunque también las hay de níquel-metalhidruro, de plomo y ácido y supercondensadores.
La producción de estas baterías no es suficiente para equipar a decenas de millones de vehículos que se tienen que fabricar cada año para sustituir a los vehículos de combustión, por lo que se buscan otras alternativas, como pueden ser baterías sólidas, pilas de calcio, de grafeno y también el motor de hidrógeno, que promete más autonomía y carga rápida.
También el contar con una amplia red de puntos de recarga, es una prioridad si se quiere incrementar el parque de vehículos eléctricos, y donde España todavía está lejos de los niveles de otros países europeos.
Desde ANFAC se reclama “una red de recarga de acceso público suficientemente desarrollada, que permita asimilar la recarga del vehículo eléctrico, en tiempos y capilaridad, al repostaje tradicional del vehículo de combustión”.
Ocio y entretenimiento a bordo
La conectividad dentro de un vehículo nos permitirá hacer cosas hasta ahora impensables, como pueden ser trabajar, navegar por internet o tener acceso a todo tipo de servicios multimedia durante los trayectos.
Las posibilidades de ocio para los pasajeros del vehículo, también posiblemente para el supuesto conductor cuando el coche sea completamente autónomo o automático, son innumerables, como poder ver la serie o la película favorita a través de alguna de las muchas plataformas de streaming que existen o realizar videollamadas.
Se trata de un nuevo mundo del negocio que ahora se abre, y en el que ya diferentes empresas están trabajando. Ejemplo de ello, es Heloride, una empresa alemana que trabaja en hacer más entretenidos los viajes por carretera, por medio de la realidad extendida (XR).
El objetivo de esta compañía es que quienes viajen como acompañantes en un coche puedan entretenerse con realidad virtual (VR) conectada al propio automóvil. Para ello, ya cuentan con la colaboración de Audi, para que éste integre un sistema de realidad extendida en sus vehículos de serie.
«Si el coche gira a la derecha la nave espacial en el mundo imaginario también volará hacia la derecha. Si el coche acelera, la nave espacial también lo hace», explica Audi.
El coche del futuro sigue dando pasos hacía adelante, con dos objetivos principales, como son cero contaminación y cero siniestralidad.
Queda mucho trabajo por parte de todos los actores que forman parte de este sector, la tecnología y la digitalización son sus principales aliados. Si bien el camino es complicado, también se trata de retos ambiciosos y repletos de ventajas.