El paulatino adiós a las centrales de cobre

La fibra óptica supone un gran aumento de velocidad, la mejora en la estabilidad, además de una gran reducción en la latencia.

Tiempo de lectura: 6 min

El progreso digital es una revolución cuyo ritmo no tiene freno. Las nuevas herramientas tecnológicas sustituyen a sus antecesoras sin parar, un ejemplo de ello son las centrales de fibra que relevan a las de cobre.

Hasta ahora han sido más de 1.000 las centrales de cobre cerradas por parte de Telefónica, gracias a la implantación de las de fibra FTTH, en lo que supone un gran avance de la digitalización en España y en el cumplimiento su compromiso medioambiental estratégico de cero emisiones netas para el 2025.

Hay que recordar que el cierre de una estación de cobre supone un ahorro energético de más de 1000 GWh, es decir, unas 355.000 toneladas de CO2, equivalente a plantar seis millones de árboles.

Además, una central de fibra da servicio al mismo número de accesos que se atiende desde cuatro de las de cobre y la tecnología de acceso fibra ocupa solo el 15% del espacio del acceso de cobre.

Datos que muestran que se trata de un paso adelante no sólo desde el punto de vista de la sostenibilidad, sino de las múltiples ventajas que significa esta tecnología tanto en las empresas como en los hogares.

Y es que llegada de la fibra óptica supone un gran aumento de velocidad, la mejora en la estabilidad y el ancho de banda, además de una significativa reducción en la latencia.

Inicio en 2016

Telefónica inició este plan de cierre de centrales en 2016, con el objetivo de que en 2025 se hayan clausurado todas ellas, cuando se complete también el apagado de la tecnología 3G. 

Desde el momento de inicio, la compañía ha ido cumpliendo con sus objetivos, a pesar de las circunstancias acaecidas con la pandemia que ha tenido sus consecuencias en todos los órdenes de la vida.

El éxito de esta transformación ha propiciado también que España se haya convertido en ejemplo europeo en cuanto al despliegue de la fibra óptica internacionalmente.

El desmantelamiento de las primeras mil centrales de cobre supone en cifras desmontar unas 65.000 toneladas de cable y reciclar 7.140 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, los llamados RAEEs.

Además, se han reutilizado más de 128.000 tarjetas en su red y como, hemos mencionado antes, se ha ahorrado alrededor de 1000 Gwh.

Este proceso de renovación de centrales supone además un impulso a la economía circular gracias a la reducción de espacio, la reutilización de materiales y el reciclaje de componentes; todo ello dentro del ya citado compromiso medioambiental de emisiones netas cero para el año 2025.

España, líder europeo

Según el informe del FTTH Council Europe, datos de septiembre de 2020, España ocupa el tercer lugar de Europa en redes de fibra absoluta, tan sólo por detrás de Islandia y Bielorrusia, aunque con la importante diferencia de que se trata de países con dimensiones muy distintas a las de la Península.

España con unos 47 millones de habitantes y 506.000 km2 tiene una tasa de penetración del 70% en los hogares; un 8 % menos que Islandia, con tan sólo 360.000 habitantes y una superficie de 103.000 km2, o Bielorrusia, con una extensión de 207.600 km2 para 9,5 millones de habitantes.

En comparación con países de magnitudes más similares a española, Francia, por ejemplo, ocupa el duodécimo puesto, con menos de un 30% de FTTH.

Hasta el hogar

Las redes de fibra óptica se denominan con las siglas FTTx. La letra que sustituye a la “x” es la que determina la configuración que se ha utilizado.

A diferencia de otros países, la fibra óptica que se está desplegando mayoritariamente en España llega hasta el hogar o la oficina del cliente, es la llamada FTTH (Fiber to the Home en inglés) que supone un avance respecto a los otros tipos como FTTN (Fiber to The Node), FTTC (Fiber to The Cabinet), FTTB (Fiber to The Building) o FTTC (Fiber To The Cabinet).

En el caso de la red FTTH, la fibra llega al hogar desde la centralita, mientras que en la FTTB acaba en el edificio del cliente y de ahí se distribuye por las casas y oficinas mediante cobre (FTTB), suponiendo un ahorro de costes.

Es una modalidad similar a la de la red FTTN, cuyo destino final es un nodo desde el que luego enlaza con la vivienda u oficina por medio de otro tipo de cable, como coaxial (HFC). 

La principal diferencia es que hablamos de una conexión a Internet más rápida, fiable y segura. No es lo mismo que los datos fluyan directamente a la casa del usuario final, a que la fibra termine en un punto de distribución intermedio en el interior o inmediaciones del edificio de los abonados.

Rápida evolución

Queda ya muy lejos el mes de julio de 2017, cuando por primera vez el número de líneas de fibra óptica superó a las de ADSL 5,7 millones frente a 5,5, en un proceso que comenzó a invertirse en 2014, cuando había 9,2 millones de conexiones a través de cobre y tan sólo uno de fibra (datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores).

Según datos de la CNMV, en 2015 las líneas de fibra hasta el hogar (FTTH) representaban el 23% del mercado, actualmente es la tecnología predominante con cerca del 75% del total de conexiones de banda ancha.

La cifra de conexiones activas de FTTH alcanzó los 12,3 millones, un 14% más que hace un año, datos del segundo trimestre de 2021, de los que 10,9 corresponden a residencias y 1,3 a empresas.

Uso científico

El paso adelante que supone la fibra respecto al cobre, también se puede apreciar en su uso científico. Un ejemplo de ello, es la instalación por parte de científicos del CSIC de un dispositivo sobre el cableado de fibra óptica del Observatorio de Roque de los Muchachos de La Palma -del Instituto de Astrofísica de Canarias- que ha permitido monitorizar mejor la actividad sísmica provocada por el volcán de Cumbre Vieja.

La instalación del dispositivo interrogador DAS (del inglés Distributed Acoustic Sensing) transformará uno de los cables de fibra óptica del observatorio, de unos ocho kilómetros de longitud, en una red sísmica de miles de sensores que detectan el movimiento del terreno, lo que afinará el monitoreo de la actividad sísmica generada por la erupción del volcán palmero.

Como en todo en este mundo cada vez más digital y tecnológico, la evolución significa progreso, y el paso del cobre a la fibra es un ejemplo de ello, y un gran salto adelante en tanto en lo que ha supuesto de creación de nuevas infraestructuras para alojar esta tecnología como por sus múltiples ventajas tanto para particulares como empresas.

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