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Digitalización para frenar la sequía: ¿cómo puede ayudar la tecnología?

La tecnología plantea soluciones a ciertos retos que afectan al planeta. El cambio climático ha creado un problema a nivel mundial: la desertificación y la escasez de lluvias. Innovaciones como el Big Data, la Inteligencia Artificial o el IoT son potentes herramientas que ha desarrollado la digitalización para frenar la sequía.

digitalización para frenar la sequía

Tiempo de lectura: 5 min

Desde hace años, España sufre una situación crítica provocada por la falta de lluvias. Las reservas de agua están lejos de la media de los últimos cinco años, y además se espera que en 2023 los niveles se mantengan bajos. Pero, ¿existe alguna tecnología que ayude a mejorar esta situación catastrófica? No solo hay una, sino que los expertos combinan los potenciales de varias. Gracias al uso conjunto de destacadas innovaciones como la Inteligencia Artificial, IA, o el Internet de las cosas, IoT es posible combatir algunos aspectos de la sequía.  

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Inteligencia Artificial y digitalización para frenar la sequía 

La escasez de agua no se puede combatir únicamente con un tipo de tecnología, existen múltiples metodologías, como el uso de redes neuronales o algoritmos que pueden aportar amplios beneficios a la gestión del agua. La unión de Inteligencia Artificial y digitalización para frenar la sequía están ofreciendo resultados positivos en la lucha contra este efecto del cambio climático. 

Por ejemplo, en China han recurrido al empleo de la IA para combatir la falta de agua. Por medio de satélites y estaciones de radar móviles pretenden predecir el movimiento del aire húmedo para mejorar las condiciones en las provincias cercanas al río Yangtsé.  

Otro proyecto destacado para paliar esta problemática es EDAR 360, una idea desarrollada por el centro de investigación Instituto Tecnológico de Galicia (ITC) y Cetaqua Galicia.  Su meta es diseñar alternativas tech que garanticen una gestión eficaz del saneamiento y digitalizando los procesos de depuración de las aguas residuales y del ciclo del agua en general. Para ello emplean Inteligencia Artificial y Deep Learning para crear sistemas de automatización y modelos predictivos de datos para mejorar los servicios de abastecimiento y saneamiento.  

Otro ejemplo en España es el uso de la IA que, con el apoyo de la información que ofrecen los satélites en tiempo real pueden mejorar la gestión de los embalses. Este proyecto está en fase de pruebas y ha sido impulsado por la Universidad de Córdoba.   

El uso de drones para “sembrar nubes” 

De nuevo en China y tras haber sufrido, en 2022, una de sus mayores y más largas sequías de su historia, se han decantado por una técnica llamada “siembra de nubes”. Se trata de utilizar una combinación de productos químicos lanzados al cielo a través de cohetes para provocar, de manera artificial la liberación de lluvia. Últimamente el país asiático también ha utilizado drones para soltar las cargas (de pequeño tamaño) de yoduro de plata empleado para generar esta lluvia.  

Los drones también se han utilizado en el desierto de Dubai para conseguir el mismo efecto, pero de otra forma. En este caso el Centro Nacional de Meteorología de Emiratos Árabes Unidos utiliza estas pequeñas aeronaves que vuelan de forma autónoma para obtener lluvia artificial, pero en lugar de emplear sustancias químicas utilizan láseres que generan cargas eléctricas y conseguir agrupar las nubes para que finalmente terminen produciendo lluvia.    

IoT y Big Data para una gestión eficiente del riego 

La población mundial sigue creciendo, y es una tendencia que se va a mantener. Esto supone el reto de alimentar a cada vez más personas en unas condiciones climáticas que empeoran cada año. Aquí el uso de Big Data y del IoT proporciona una serie de elementos imprescindibles en la gestión eficiente del riego para el sector agrícola. 

En este sentido se han desarrollado herramientas que utilizan ambas tecnologías que permiten por ejemplo realizar una trazabilidad del agua o analizar datos que ayudan en la predicción y posterior toma de decisiones. Existen herramientas diseñadas para conocer cuál es la cantidad mínima de agua necesaria en cada momento para regar la tierra. Esto ayuda, no solo a controlar el uso del líquido en tiempo real, también muestra datos sobre posibles fugas en las infraestructuras, localizando rápidamente las averías. 

Además, es importante recordar que el IoT impulsado por la tecnología 5G, cuenta con un enorme potencial para reducir las emisiones de dióxido de carbono para la próxima década, una ayuda para frenar el calentamiento global.  

Satélites para estudiar la Tierra desde el cielo 

La tecnología espacial es otra fuente de estudio que ofrece datos que proporciona una información vital sobre cómo está afectando el cambio climático en todo el planeta. El uso de satélites, como es el caso del satélite NISAR, aporta datos sobre el estado de los glaciares y de los volcanes, así como de las masas forestales, tan importantes en el frágil equilibrio de los distintos ecosistemas. 

De igual forma, la NASA lleva cerca de 20 años recopilando datos sobre la cantidad de recursos hídricos que utiliza un determinado cultivo. Estos datos los recopila y los ofrece a agricultores, administradores del agua y a todos los profesionales forestales, a través de la plataforma OpenET

Cada reto supone una nueva oportunidad de crear soluciones aplicando las nuevas tecnologías. Y estos son solo algunos de los ejemplos que ya se han puesto en marcha y que utilizan la digitalización para frenar la sequía.    


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