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Crisis de los microchips: causas y proyección

Uno de los detonantes fue el aumento en la compra de dispositivos electrónicos tras el comienzo de la crisis del covid-19, donde los microchips son clave.

crisis de los microchips foto principal

Durante los dos últimos años, la escasez de los semiconductores ha llegado a convertirse en un problema global. La falta de microchips es una consecuencia de las restricciones impuestas por la pandemia y el cierre de algunas fábricas. Una situación que ha afectado a numerosos sectores, lo que demuestra la importancia de estos componentes, dando lugar a lo que comúnmente conocemos como «La crisis de los microchips»

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¿Qué son los semiconductores?

Antes de hablar sobre la importancia de los semiconductores, conviene entender qué son. Se trata de un componente electrónico que tiene la propiedad de conducir la electricidad. Esto lo hace en función de las condiciones y los factores a los que está expuesto. Por tanto, permite que pase o no pase la corriente, según lo que busque su fabricante. Su función es la de recoger información, procesarla, almacenarla y después transmitirla. Los microchips son el paso necesario para la transformación de lo analógico a lo digital
 
Los materiales que componen los semiconductores son la clave de su comportamiento. Pero el más habitual es sin duda el silicio, junto con el germanio, muy parecido al primero, aunque no se utilizan en su estado puro. Sus capacidades y el desarrollo tecnológico hacen que estén presentes en numerosas industrias, especialmente los sectores del motor y de los electrodomésticos, y algo que parece tan sencillo, resulta ser clave para la de ordenadores, móviles, coches, televisiones, tabletas y en realidad, de casi cualquier maquinaria actual que forme parte de la fábrica 4.0
 
Los microchips están presentes en transistores, circuitos integrados, diodos eléctricos, sensores ópticos, láseres y moduladores de transmisión eléctrica. Su versatilidad es lo que les ha otorgado la importancia que tienen en la actualidad. Por este motivo, en los períodos de tiempo en los que ha habido escasez, numerosas industrias han comenzado a tener problemas. El resultado es que las fábricas no pueden mantener una alta producción, lo que puede o bien encarecer el precio de sus productos o bien quedarse sin existencias

Por ejemplo, en 2021 Sony se vio obligada a anunciar la imposibilidad a incrementar en aquellos momentos la fabricación de su última consola, la PS5, debido a la escasez de algunas piezas, entre las que se encontraban los semiconductores.  

¿Dónde se producen los microchips?

La producción de semiconductores de última generación se concentra en Asia, y países como Corea del Sur, China o Taiwán son los líderes en su fabricación. Solo la compañía taiwanesa TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Co.) produce el 56 % del total, según informa la consultora TrendForce. Y curiosamente, a pesar de su importancia, Europa se ha quedado en una situación de dependencia, con países como España en los que no hay ninguna manufactura de este tipo.  
 
Esta concentración de la producción se ha convertido en un problema desde el inicio de la pandemia. Al cortarse las líneas de abastecimiento, se generaron cuellos de botella. Los semiconductores no llegaban en las cantidades necesarias, lo que lastró la fabricación en industrias como la automovilística o informática. Simplemente, no podían completar sus productos. 
 
Ante esta situación, gobiernos de todo el mundo están tratando de encontrar soluciones. En España, se plantea efectuar una inversión pública de 11 000 millones de euros a través de un PERTE, Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica. Europa también se ha movilizado con la Ley Europea de Chips. Consiste en un plan de 43 000 millones de euros para reducir la dependencia del Viejo Continente. El objetivo es conseguir que en 2030 seamos responsables del 20 % de la producción mundial
 
Pese a todos estos planes, existe otro problema a tener en cuenta: faltan trabajadores cualificados. Solo este hecho podría entorpecer las estrategias europeas o tirarlas por tierra. Sin el capital humano, el dinero invertido no llegará a ninguna parte. 

Recuperación y búsqueda de alternativas como tendencia

Dado su uso extensivo, los microchips se han convertido en una pieza clave de la economía moderna. Por ejemplo, en un vehículo están presentes en el airbag, los pretensores de un cinturón, los circuitos electrónicos o los sensores de proximidad. Y sin ellos, la seguridad del conductor se vería seriamente mermada, porque no utilizarlos supondría una involución para la industria. 
 
Cuando su producción no alcanza a cubrir la demanda, empieza a haber escasez de todo tipo de productos acabados. Los confinamientos de 2020 provocaron un auge en las compras de ordenadores y aparatos electrónicos, en general. Este hecho, junto a los parones en las cadenas de suministro, llevó a que los precios empezaran a escalar. 
 
Esto ocurrió durante el segundo trimestre de 2020, hubo parones en la producción de automóviles. Apenas había semiconductores que emplear, ya que se destinaban a otros sectores más rentables, como el de la fabricación de dispositivos móviles y ordenadores.  

Y aunque en 2021 la situación no consiguió mejorar sustancialmente, se espera que a finales de 2022 la producción de los microchips informáticos vuelva a números anteriores al covid19. Así lo indica la consultora Bain & Company, aunque la recuperación será desigual. Y aunque los sectores de automoción e industria, fueron los más afectados, en un futuro próximo serán los que se recuperen antes.  

Por el contrario, la consultora prevé que esta crisis de microchips se alargará en otros sectores como la producción de consolas de videojuegos y los servidores informáticos, hasta 2024. Como respuesta a problemas pasados, y para evitar que se vuelvan a dar, hay empresas que ya trabajan en nuevos materiales, más eficientes y menos contaminantes, que aseguren tanto el cuidado del medio ambiente como la digitalización. Materiales como el grafeno permiten que tecnologías como el 5G puedan desarrollar todo su potencial. Este tipo de desarrollo pueden ser la llave para asegurar la conectividad del futuro. 

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