Son únicos. No se consumen, no se pueden tocar, ni oler, ni degustar, pero cada vez son más codiciados y los medios de comunicación no paran de hablar de ellos. Están cambiando las finanzas digitales, el mundo del coleccionismo e incluso de los juegos. ¿Cuál es el origen de los NFTs y hasta dónde llegarán?
Para entender mejor qué son los NFTs y de donde vienen, vayamos al significado técnico. NFT, del inglés non fungible token o token no fungible, es un concepto técnico de cierta complejidad que, a grandes rasgos, define un bien digital único, irreproducible y, sobre todo, no consumible, ni intercambiable o reemplazable. El ejemplo más claro es el de una obra de arte: es única y no tiene sustitución.
La tecnología detrás del origen de los NFTs
Cuando la idea de la obra de arte se traslada a lo digital, lo primero que se piensa es que cualquier bien digital, una imagen, por ejemplo, es reproducible por definición. Sin embargo, este tipo de activos garantizan de manera criptográfica que ese bien es único y no hay otro igual. En este sentido los expertos ya hablan de lo que se conoce como escasez digital verificable, es decir, que existe una limitación de bienes con formato digital y, por tanto, tienen mucho valor. Esta limitación viene marcada por la tecnología Blokchain.
Para asegurar esa exclusividad se utiliza la tecnología de cadenas de bloques de información, la misma que sirve de base a las criptomonedas, como los bitcoins. Se trata de una red de ordenadores descentralizada en la que cada elemento de la red se encarga de producir un algoritmo que identifica y certifica cada uno de los bloques de información que componen la cadena. Cada bloque va unido a otros y la información que contiene no es modificable.
Al aplicar esta metodología a estos “tokens” se consigue que, por ejemplo, una ilustración digital o un dibujo se convierta en una obra de arte única. Gracias al Blockchain, cada NFT va dotado de una especie de certificado digital que lo autentifica y que registra cuándo se creó y cuántas veces ha cambiado de manos, además de la autoría. Estos datos son imposibles de modificar.
A partir de ahí, el valor de un NFT, como en el caso de las obras de arte tradicionales, se lo da el mercado. Y lo cierto es que ahora mismo ese mercado está en auge.
Cuándo y cómo nacieron los token no fungibles
Además de saber qué son, resulta interesante conocer el origen de los NFTs y su evolución. Estos activos digitales nacieron hacia 2014, cuando las primeras criptomonedas popularizan la tecnología Blockchain. Sin embargo, su verdadera expansión se produce a partir de 2017, cuando la red de criptomonedas Ethereum inventa un sistema para almacenar NFTs y comerciar con ellos. Desde entonces, los NFTs han estado muy vinculados al sistema de Ethereum, aunque hayan surgido otros mecanismos para almacenarlos e intercambiarlos como los cada vez más populares wallets o monederos virtuales.
A partir de su primera expansión, los NFTs han tenido hitos muy importantes, como la venta de ‘Todos los días: los primeros 5000 días’, una obra digital del artista conocido como Beeple, que alcanzó los 70 millones de dólares en una subasta celebrada en la casa Christie’s. Poco después, en junio de 2021, la casa de subastas Sotheby’s puso a la venta un conjunto de obras de arte digitales, que incluía la obra “Quantum” del artista Kevin McCoy, considerada la primera pieza bajo este formato de la historia, y creada precisamente en 2014.
Ese punto, alcanzado en el mercado del arte en 2021, disparó un interés por los NFTs que hoy se aplica en campos tan diversos como coleccionismo, la distribución de música, el deporte, la moda o los videojuegos.
La atracción que producen los tokens es tan grande que la célebre consultora Gartner, especialista en analizar las tendencias tecnológicas, ha incluido estos activos en su informe Hype Cycle for Emerging Technologies que monitoriza la evolución de innovaciones tan impactantes como la Inteligencia Artificial.
Además, la novedad ha cautivado a gran cantidad de celebridades que compran estos archivos o los crean y los venden. Ese el caso del baloncestista Stephen Curry, el comunicador Jimmy Fallon o los cantantes Madonna, Eminem o Justin Bieber. Todos ellos coleccionan un NFT muy conocido titulado Bored Ape: son retratos únicos basados en la imagen de un simio aburrido. El club de propietarios de Bored Ape es muy exclusivo.
Juegos y metaverso, la explosión
Si hay otro campo en el que los tokens no fungibles están haciendo fortuna es el de los videojuegos. En esta industria, los bienes digitales adoptan la forma de elementos únicos del juego, como un terreno, una herramienta o un lugar, son adquiridos por jugadores y los tienen en propiedad.
A partir de esa experiencia, los NFTs se muestran como elementos fundamentales para construir ese nuevo mundo digital que se denomina metaverso, en el que tecnologías como la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada mezclan el mundo real con otro virtual. En ese mundo que es el metaverso, también se pueden comprar objetos e incluso terrenos y edificios. Muchas grandes marcas se han lanzado a vender sus productos en este nuevo mercado. Estos se pagan con dinero convencional o con criptomonedas y serán NFTs. Como es resulta poco es atractivo comprar un bien virtual que pueden comprar otros, la solución es que sean NFTs, para asegurar que es único.