En 2020 se dieron a conocer los primeros xenobots como fruto de la investigación llevada a cabo por científicos de varias universidades estadounidenses. Ahora, estos elementos, a mitad de camino entre un ser vivo y un robot, muestran todas las potencialidades que tienen en materia de medicina o de cuidado del medio ambiente.
¿Qué son los xenobots?
Se trata de un robot biológico. A través de un complejo proceso tecnológico, se consigue dar un paso más en el campo de la robótica para integrar células vivas, (animales y vegetales) en la creación de un robot al que se le pueden programar distintos movimientos para automatizar cierto tipo de acciones.
Los xenobots son el resultado del trabajo de ingeniería genética llevado a cabo por parte de un grupo de científicos americanos de las universidades estadounidenses de Vermont y Tufts, sobre células de ranas dio el pistoletazo de salida para la creación de la que promete ser una de las herramientas del futuro.
Para ello utilizaron células vivas de rana, en concreto la especie elegida fue la Xenopus Laevis, muy común en prácticamente todos los rincones del mundo. El objetivo era crear un híbrido entre un ser vivo y un robot capaz de llevar a cabo una serie de tareas que son complejas para los organismos plenamente artificiales.
Los robots clásicos, hechos por entero de materiales sintéticos, presentan algunos inconvenientes cuando tienen que trabajar en entornos orgánicos. Estos, que pueden ir desde el mar hasta el interior del cuerpo humano, pueden verse contaminados por los materiales de los que están hechos los robots convencionales. De ahí la necesidad de encontrar una alternativa que permita sacar todo el rendimiento que pueden llegar a tener los nanobots, pero sin que sean peligrosos para el entorno en el que se mueven.
Esta es la idea que tenían en mente los encargados del proyecto. La solución ha llevado a crear una especie de biobots, o robots biológicos. Estos tienen las mismas características, en lo que a funcionalidad se refiere, que los robots tradicionales, por lo que pueden desarrollar tareas específicas programadas de antemano. Sin embargo, están hechos por completo de material orgánico. Así, aspectos como el de su degradación o el impacto sobre el medio ambiente se ven reducidos al máximo.
¿Cómo funcionan los xenobots?
Las primeras generaciones aparecieron en 2020. Aunque sus características ya eran realmente interesantes, cabe destacar que estas no se acercaban a lo que han conseguido en fechas recientes los investigadores.
Estos primeros robots hechos a partir de células de rana solo podían moverse en una dirección, eran incapaces de trabajar en grupo y tenían problemas para autoregenerarse, algo que sus sucesores han superado de forma espectacular para la comunidad científica, y que les permite llevar a cabo su tarea durante más tiempo haciéndose ellos mismos cargo de los problemas que surjan en su estructura.
La forma elegida para estas máquinas, que recuerda al conocido comecocos, ha sido obra de una Inteligencia Artificial, basándose en un algoritmo evolutivo, que se ha encargado de comparar el modelo biológico más apto para los fines a los que se van a dedicar. Y gracias a la ingeniería genética se elimina el riesgo de que se reproduzcan incontroladamente o a que evolucionen de alguna forma, por lo que solo hay que fijarse en los posibles usos que van a tener.
Posibles aplicaciones de los xenobots en un futuro cercano
Los expertos aseguran que estos robots biológicos se podrán hacer cargo de numerosas tareas con una eficiencia muy alta. Por ejemplo, en el ámbito de la medicina, parece que podrán llevar medicamentos a partes concretas del organismo o luchar contra diferentes enfermedades localizadas como sucede con algunos tumores cancerosos. Esto viene también permitido por su pequeño tamaño, ya que no hay ninguna unidad de xenobot que supere 1 mm de ancho.
Sin embargo, las aplicaciones en el medio ambiente son incluso más interesantes. Son muchos los que afirman que serán los xenobots los que limpien por entero zonas que hayan sido afectadas por un accidente nuclear, ya que serán capaces de procesar el material contaminado como no hay ninguna herramienta en la actualidad que pueda hacerlo.
También se ha apuntado a que estos pequeños organismos sintéticos a mitad de camino entre el robot y el ser vivo podrán limpiar de plásticos los mares del planeta. Esta es una tarea que hasta ahora se hace casi imposible, y es que el tamaño de muchas de las partículas plásticas disueltas en el mar es demasiado pequeño para los métodos de limpieza actuales.
Los xenobots pueden estar listos para solucionar algunos de los problemas más acuciantes de la actualidad y todo ello sin que hayan terminado aún de ser perfeccionados.