Tras el debate mantenido en el Consejo Informal de Telecomunicaciones celebrado el pasado viernes 12 de abril, es necesario expresar el respaldo y compromiso con los objetivos señalados al finalizar el mismo y, al mismo tiempo, subrayar la importancia de añadir un claro sentido de urgencia y de orientación ejecutiva a un plan de acción que haga posible superar la brecha a la que apunta hoy el futuro a corto plazo de la conectividad digital europea respecto de las principales regiones del mundo.
La sociedad europea no podría permitirse que el Consejo del próximo 21 de mayo fuese sólo un ejercicio más de análisis de situación y enunciación de deseos generales. Para responder a las necesidades de la UE, y de cada uno de sus Estados Miembros, el consejo del 21 de mayo debe suponer un impulso ejecutivo y concreto a una Digital Network Act que verdaderamente suponga dar la oportunidad a Europa de ser un actor de primer nivel mundial en lo que se refiere a las infraestructuras de conectividad que nuestra industria, apoyada por un marco regulatorio adecuado, debe poner al servicio de los ciudadanos, empresas y gobiernos europeos.
Un diagnóstico acertado recogido en el Libro Blanco
Telefónica dio la bienvenida al Libro Blanco elaborado por la Comisión Europea por su visión acertada del presente y futuro del sector, donde reflejaba una clara necesidad de un enfoque capaz de mirar al futuro.
La Comisión realizó en el Libro Blanco un diagnóstico preciso de la situación presente y futura de Europa desde el punto de vista de la disponibilidad y seguridad de sus infraestructuras de conectividad digital. Para ello ha realizado un enorme esfuerzo de análisis y participación abierta de stakeholders que se alargó durante varios meses en el año 2023. El análisis realizado por la Comisión Europea analiza los desafíos que enfrenta Europa actualmente en el despliegue de futuras redes de conectividad y presenta posibles escenarios para atraer inversiones, fomentar la innovación, aumentar la seguridad y lograr un verdadero Mercado Único Digital.
El resultado recogido en el Libro Blanco expresa a la vez un gran reto y una gran preocupación en términos de seguridad económica y autonomía estratégica. El Libro Blanco es un paso crucial en el camino hacia un futuro digital europeo más seguro y próspero.
El sector de las telecomunicaciones como palanca del Mercado Único Europeo
En la misma línea que el Libro Blanco, el informe presentado por Enrico Letta, ex primer ministro de Italia y presidente del Instituto Jacques Delors, aborda un debate crucial sobre el futuro del Mercado Único y las medidas necesarias para revitalizar su promesa coincidiendo con su trigésimo primer aniversario.
Enrico Letta resalta en su informe la urgente necesidad de unir mercados, simplificar la regulación y permitir alcanzar la escala adecuada a las empresas europeas.
En este contexto, es esencial establecer un marco regulatorio sólido que fomente la innovación y la competitividad en el sector de las comunicaciones digitales. En la búsqueda de este objetivo una Ley de Redes Digitales bien enfocada adquiere una mayor relevancia para convertir al sector de las telecomunicaciones europeo en una palanca para avanzar en la consecución del mercado único europeo.
Un nuevo instrumento imprescindible para afrontar los desafíos del sector: La DNA
El sector de las telecomunicaciones afronta desafíos significativos en términos de estructuras de mercado y paradigmas regulatorios. El nuevo instrumento regulatorio propuesto por la Comisión Europea, la Ley de Redes Digitales (DNA), si aborda en profundidad los desequilibrios actuales será imprescindible para afrontar los problemas de escala del sector, la necesidad de un nuevo paradigma regulatorio y de un campo de juego equilibrado que permita el surgimiento de nuevos modelos de negocio. Este instrumento no solo es necesario, sino urgente.
Telefónica quiere resaltar la urgencia con la que debe abordarse la elaboración de esta nueva legislación. Dilatar en el tiempo este proceso, y apostar por la inacción tendrá efectos perjudiciales no solo en el sector de las telecomunicaciones, sino en la competitividad de todos los sectores económicos europeos y en su seguridad y capacidad de defensa. Estos efectos son hoy ya visibles en el entorno económico europeo. La Ley de Redes Digitales (DNA), con un enfoque correctamente orientado y valiente, es imprescindible para abordar estos problemas y fomentar modelos de negocio innovadores que impulsen el crecimiento económico y la competitividad europea.
La Ley de Redes Digitales debe servir como el medio para alcanzar las soluciones necesarias que el sector y la sociedad digital europea necesita. Entre estas soluciones la ley debe permitir que los operadores alcancen con la imprescindible libertad la escala adecuada que el tamaño y las características de cada mercado nacional exijan para hacer posible la rentabilidad necesaria en cada estado miembro para así, a continuación, poder contemplar la oportunidad de extender su alcance a otros estamos miembros europeos. Es decir, donde sea necesaria, aceptar primero la consolidación in-market y después la transfronteriza dentro del Mercado Único. También debe revisar las políticas de espectro para impulsar el despliegue de nuevas redes, debe adoptar un enfoque desregulatorio tomando como punto de partida la competitividad de los mercados de telecomunicaciones y, en esas circunstancias, la no necesidad de aplicar regulación ex-ante, y debe garantizar un campo de juego equilibrado entre todas las empresas presentes en los diferentes segmentos de la cadena de valor digital.
Dada la relevancia geopolítica del liderazgo digital y la urgencia de revitalizar la competitividad europea, el Ley de Redes Digitales (DNA) debería ser una prioridad legislativa del nuevo ciclo UE 2024-2029.