Eduardo Salido,
Hace tan solo unos días tenía lugar Cumbre Empresarial Iberoamericana con la presencia de numerosos Jefes de Estado y distintas organizaciones de la sociedad civil. Este encuentro se celebró en un momento en que el Covid-19 repunta en varios de los países de la región, lo que impide que la recuperación económica tome la fuerza necesaria para acelerar en todos los retos que desde hace tiempo afronta. Reducir la informalidad y los niveles de pobreza, incrementar la productividad, o mejorar (y en muchos casos volver a poner en marcha) los sistemas educativos son algunas de las cuestiones que todavía hoy necesitan una respuesta por parte de las instituciones y de la sociedad de los países latinoamericanos.
En ese marco, se desarrolló el debate Transformación digital e Industria 4.0 donde profesionales de Telefónica, Minsait-Indra, Banco Santander, Mobile World Capital y Andorra Telecom aportaron su visión acerca de la región, los cambios que se requieren y el rol que la tecnología puede desempeñar en este momento crítico para transformar empresas, industrias y las economías latinoamericanas en su conjunto.
De izquierda a derecha: en el escenario: Ana Valero (ASIET, Telefónica), César Marquina (Andorra Telecom), Trinidad Jiménez (Telefónica) y Carlos Grau (Mobile World Capital). En la pantalla: representante de INDRA y Luis Colorado (Banco Santander).
Emergencia digital
La pandemia fue una sorpresa. Ni empresas ni gobiernos ni ciudadanos suelen elaborar sus planes para afrontar este tipo de crisis. Para la industria de las telecomunicaciones, la pandemia supuso un cambio estructural por el lado de la demanda. Las necesidades de conectividad crecían a dobles dígitos de la noche a la mañana en los meses de marzo, abril y mayo, coincidiendo con los momentos más duros del confinamiento. Pero este crecimiento de la demanda de servicios digitales no fue pasajero. A medida que las economías recuperaban movilidad y los confinamientos se relajaban, la demanda de conectividad se ha mantenido elevada y ha continuado su crecimiento acelerado.
Como bien recordaba Trinidad Jiménez, Directora Global de Estrategia de Asuntos Públicos de Telefónica S.A.: “Mover al 95% de tu plantilla al teletrabajo requiere de un proceso de transformación digital previo muy intenso (…) más si cabe teniendo en cuenta que tan solo el 5% de las plantillas de las empresas teletrabajaban antes de la pandemia”, cifra que hoy alcanza más del 60% en España. En América Latina, el número de empleados que pudieron teletrabajar en la primera ola de la pandemia alcanzó poco más del 25%, de acuerdo con los datos de la CEPAL.
En muchos rincones de la región, los estudiantes no habían regresado a la escuela un año después del comienzo de la pandemia. La educación online ha sido el único camino hacia el conocimiento para millones de estudiantes.
Cerrar la brecha digital es urgente, pero el número de personas que vive en zonas sin cobertura continúa por encima del 20% de la población. Más de 100 millones de ciudadanos cuyas empresas no pueden digitalizarse, estudiantes forzados a un parón obligatorio en su proceso formativo, ciudadanos que se sienten relegados. No es extraño que Carlos Grau, CEO de Mobile World Capital, describiese esta situación como una “emergencia digital”. No existe hoy una necesidad más acuciante en la región ni un propósito que genere más consenso. La digitalización es un elemento fundamental no solo para el progreso, sino un factor primordial de inclusión y un generador de oportunidades.
De izquierda a derecha: Trinidad Jiménez (Telefónica) y Carlos Grau (Mobile World Capital).
Un Pacto Digital para América Latina
La transformación digital brinda una oportunidad para avanzar en las reformas estructurales más urgentes. OCDE, CEPAL, Banco Mundial y la UE así lo repiten en sus informes.
Recientemente la OCDE publicó sus recomendaciones para mejorar la conectividad entre sus países miembros. Entre otras cuestiones recomienda políticas públicas que incentiven la inversión en infraestructura tecnológica, contenidos y aplicaciones que aseguren una amplia adopción de las tecnologías, el fomento de la innovación en conectividad o la implementación de marcos legales y regulatorios en los que las decisiones se tomen de forma independiente, imparcial y objetiva. Pero no se queda ahí la recomendación. OCDE señala específicamente la necesidad de tomar medidas que reduzcan la brecha digital y fomenten que las personas que todavía hoy no utilizan internet lo hagan. Para ello se recomiendan regulaciones y políticas que aborden las cuestiones más urgentes para cerrar la brecha. Entre ellas, destacan: incentivar la adopción de soluciones tecnológicas y financieras que permitan dar conectividad a zonas rurales o remotas donde el despliegue de infraestructura es más complejo, o poner en marcha políticas de espectro que incentiven maximizar el bienestar social, es decir, que permitan lograr el mayor número de personas conectadas lo antes posible por delante de otros objetivos.
En Telefónica presentamos nuestro Pacto Digital, que no es más que una guía para afrontar esa emergencia digital de la que se habló en la Cumbre.
El Pacto Digital Telefónica aboga por lograr una reconstrucción de las economías y sociedades de una forma más inclusiva y sostenible donde la digitalización sea una palanca más para abordar las desigualdades y para mejorar la vida de las personas. Para ello, creemos en una digitalización inclusiva, donde el acceso a internet sea para todos, la competencia en los mercados se desarrolle de forma equilibrada, y se fomente un uso ético y responsable de los datos.
Creemos que “promover la transformación digital en el espacio iberoamericano, en conjunto con instituciones públicas y privadas, con el objetivo de garantizar el acceso universal a las nuevas tecnologías, incrementar la productividad, reducir la brecha digital de la sociedad y del tejido empresarial iberoamericano, impulsar la creación de nuevos productos, servicios, procesos y nuevos modelos de negocio (plataformas digitales y desarrollo de la industria 4.0), e incentivar la cooperación en materia de ciberseguridad” es si cabe todavía más necesario hoy, como se afirma en el documento de Recomendaciones del encuentro empresarial en Andorra.