La situación de cambios económicos y sociales que ha provocado la Covid-19 nos brinda una gran oportunidad que no podemos desaprovechar. Nos ofrece la posibilidad de diseñar una recuperación justa, inclusiva y sostenible para volver a construir mejor nuestras economías y sociedades. Con esta idea, el último programa de “Un país para…”, organizado por El País en colaboración con Telefónica, analiza los aspectos más sociales y políticos de la digitalización, que exige un nuevo modelo de gobernanza, todavía en construcción.
La “normalidad” previa al inicio de la pandemia aún no se ha recuperado, pero ¿volverá en algún momento? ¿tendrá sentido continuar como si nada hubiera pasado? Daniel Innerarity (catedrático de Filosofía Política y Social), Itziar de Lecuona (subdirectora del Observatorio de Bioética y Derecho de la Cátedra UNESCO de Bioética de la Universidad de Barcelona) y Christoph Steck (director de Políticas Públicas e Internet de Telefónica) reflexionan sobre los riesgos más acuciantes de la sociedad digital actual y la necesidad de establecer un nuevo contrato social.
Influenciado por el pensamiento de Ulrich Beck, Daniel innerarity explica que la sociedad actual está marcada por la interdependencia y por el riesgo, donde cuesta encontrar “espacios seguros”. Esta situación se agrava con la inexistencia de estrategias a largo plazo que superen la efimeridad establecida por los plazos electorales, lo que se traduce en una ausencia de visión de conjunto. A su vez, señala la necesidad de abordar el decalaje entre tecnología y gobernanza, mientras aboga por un conseguir espacio digital para la ciudadanía y no solo al servicio de los negocios.
“La tecnología suele ser más inteligente que los gobiernos especialmente por la lentitud de quien regula”, Daniel Innerarity.
Itziar de Lecuona ahonda en la cuestión de la privacidad y la seguridad y advierte la creciente desafección por cuidar los datos personales. Sobre cómo revertir la tendencia a la mercantilización de los datos personales, esta experta aporta dos soluciones: normas para mejorar el marco actual y alfabetización digital para concienciar sobre la importancia de proteger los datos.
“Hay que retomar el control de los datos en la sociedad digital. Para ello, es fundamental exigir transparencia y rendición de cuentas”, Itziar Lecuona.
Finalmente, Christoph Steck destaca la aceleración del proceso de transformación digital del último año donde gran parte de nuestra vida “física” se ha movido al espacio digital. Estos cambios tan vertiginosos han evidenciado la necesidad de nuevas formas de colaboración para aprovechar las posibilidades que ofrecen la conectividad y la digitalización para generar valor.
“Nos encontramos en un punto de inflexión donde el sector público y el sector privado deben trabajar juntos”, Christoph Steck.
Ante esta realidad, Telefónica propone un nuevo Pacto Digital para sentar las bases de una nueva sociedad digital más inclusiva, justa y sostenible. Para lograr este objetivo, no existe una única solución, sino distintos aspectos en los que seguir trabajando de manera colaborativa. Entre ellos, destacan los siguientes cinco pilares:
- Impulsar la digitalización para un sociedad y economía más sostenible, apoyando a los sectores clave, las tecnologías y la innovación, acelerando la transición verde y la digitalización de las pequeñas y medianas empresas y las Administraciones públicas.
- Abordar las desigualdades invirtiendo en competencias digitales y adaptando el Estado de bienestar, mejorando y volviendo a capacitar a las personas, modernizando la educación y reformado los marcos laborales y de protección social.
- Construir una conectividad inclusiva y sostenible, reforzando e invirtiendo en las redes de muy alta capacidad que han demostrado ser fundamentales para la competitividad futura, apostando al mismo tiempo por el despliegue de redes verdes.
- Garantizar una competencia justa mediante la modernización de los marcos fiscales, regulatorios y de competencia en todos los elementos clave de la economía digital.
- Mejorar la confianza a través de un uso ético y responsable de la tecnología, respetando la privacidad, la seguridad y otros derechos digitales en una economía de datos, así como adoptando un enfoque basado en el riesgo para el uso de la Inteligencia Artificial.