José Ignacio Tortosa
Carlos López Blanco, Director Global de Asuntos Públicos y Regulación de Telefónica, ha participado esta semana en el panel “Políticas para conectarlo todo en nuestra era digital” del Seminario de Políticas de Telecomunicaciones en Brasilia (Brasil). Este seminario es la reunión más importante de Brasil sobre políticas y regulación del sector.
Durante su intervención, habló de la revolución digital que estamos viviendo y del próximo paso, la economía digital. Es una revolución real, ya que la forma en que hacemos las cosas es diferente, y el tema principal no es la tecnología, sino la forma en que satisfacemos las demandas de los consumidores. La economía digital es un reto para cualquier empresa. La forma en que nuevas empresas como WhatsApp, Airbnb, Netflix o PayPal desafían a los modelos tradicionales de negocio en sectores como telecomunicaciones, alojamiento, entretenimiento o banca es una señal clara.
En el futuro, los países ricos serán los que mejor abordarán el reto de la digitalización. Actualmente, el índice de digitalización en Latinoamérica es superior a la media mundial de digitalización, pero está lejos de los de Norteamérica o Europa.
Sin embargo, Telefónica cree que Latinoamérica está mejor preparada que nunca, ya que dispone de las mejores infraestructuras y una población joven con un gran interés en la emprendeduría y el uso de las nuevas tecnologías. Así que existe la necesidad de reunir estos activos con las políticas que pueden ayudar a impulsar la digitalización.
El ejecutivo expresó la necesidad de tener en la región una visión integral de todas las políticas públicas que permitan la transformación productiva, la inclusión social y el desarrollo del capital humano. Políticas útiles para distribuir la riqueza y aumentar el número de personas conectadas, a la vez que preservan su privacidad y seguridad, en un marco regulatorio equitativo y competitivo.
Dado que el Seminario se centraba en las políticas regulatorias de las telecomunicaciones, también aportó su visión sobre los diferentes enfoques regulatorios en el mundo. En los últimos 20 años ha habido marcos regulatorios que han impulsado infraestructuras mediante inversiones privadas (EE.UU.), subvencionadas por los estados (Asia) o desde un enfoque privado-público (Latinoamérica), mientras otros, como Europa, se han centrado en la competencia y los precios.
Después de dos décadas de convergencia/divergencia en la regulación/desregulación entre Europa y los Estados Unidos, es probable que, por primera vez desde 2003, la regulación en los Estados Unidos y en Europa, en 2017, pueda converger hacia un marco que favorezca las inversiones y la desregularización.
Actualmente, Europa afronta su debilidad en el ecosistema digital: un mercado fragmentado, perspectiva de poco crecimiento para el mercado de las telecomunicaciones, empresas de internet no relevantes en lo más alto y ausencia de normas globales en cuanto a privacidad y debilidad en ciberseguridad.
En respuesta a todos estos retos, Europa ha desarrollado la estrategia de Mercado Único Digital (DSM), una prioridad para la Comisión Europea. Hay varias iniciativas en marcha bajo la estrategia del DSM, como la iniciativa de la Sociedad del Gigabit, con ambiciosos objetivos en la implementación de redes de gran capacidad para 2020 y 2025. El nuevo marco regulatorio propuesto persigue tres objetivos principales:
- Incentivos a la innovación y a las inversiones: Europa es consciente de la necesidad de apoyar la implantación de nuevas redes, e intenta simplificar la regulación y adaptar la regulación a los nuevos mercados.
- Level Playing field: Para garantizarlo, el marco regulatorio europeo redefine el concepto de las comunicaciones electrónicas.
- Armonización y simplificación de la política del espectro en Europa: hay una visión positiva en los países europeos para una mayor armonización.
El Director Global de Asuntos Públicos y Regulación de Telefónica finalizó su intervención destacando las implicaciones de estos nuevos entornos para Latinoamérica y Brasil. Latinoamérica no debería perder de vista los últimos veinte años de políticas públicas y regulación, que han llevado las mejores infraestructuras de telecomunicaciones a la región.
Latinoamérica, y Brasil en particular, deberían estar preparadas para impulsar la digitalización con las políticas públicas apropiadas para favorecer las inversiones, simplificar y armonizar la gestión del espectro y también garantizar la igualdad de condiciones para todos los competidores. Telefónica estará allí para ayudar en esta visión positiva y pro-desarrollo para la región.