Eduardo Salido,
El comienzo del milenio supuso para América Latina el despegue económico definitivo tras dos décadas perdidas, una en la crisis de deuda de los 80 y otra convulsa por los latigazos económicos de crisis monetarias, fiscales y de otra índole a mediados de los 90. Gracias a la década prodigiosa de las materias primas se lograron tasas de crecimiento desconocidas para la región entre 2002 y 2012, recuperando así parte del tiempo perdido en las dos décadas precedentes. El ajuste, que sigue a todo periodo expansivo, llegó a la región entre 2013 y 2015 coincidiendo con algunos hechos políticos reseñables, como las muertes de Hugo Chávez en Venezuela y Fidel Castro en Cuba, el final de icónicos gobiernos de izquierda con particular influencia ideológica y económica en la región como fueron los Gobiernos Lula (Brasil) y Kirchner (Argentina) o el proceso de paz puesto en marcha en Colombia. Estas pequeñas crisis de identidad se suman a una más profunda y de largo recorrido: el final del modelo de crecimiento de gran parte de las economías latinoamericanas. Con un anémico crecimiento económico del 1.1% y del 1.8% previsto para 2017 y 2018 respectivamente América Latina necesita urgentemente una nueva estrategia de crecimiento económico.
América Latina dispone hoy de dos oportunidades únicas para su desarrollo económico. Por un lado es una de las regiones más jóvenes del mundo. Países como Perú, Colombia o México cuentan con poblaciones realmente jóvenes (figura 1). Por otro, la digitalización de la región puede ser la palanca que transforme las economías regionales a través de una mayor productividad de sus industrias e incrementando la presencia en mercados internacionales, lo que contribuiría a mejorar la competitividad de las diferentes economías locales a nivel mundial. Para lograr estos objetivos tanto el sector privado como el sector publico tienen que llevar a cabo acciones conjuntas que permitan reforzar el impacto del desarrollo de las políticas públicas necesarias para lograr la completa digitalización de América Latina.
Figura 1
Fuente: ourworldindata.com
El libro “Iniciativas empresariales y políticas públicas para acelerar el desarrollo de un ecosistema digital iberoamericano” presentado el 18 de Mayo en Casa de América por el profesor Raúl Katz detalla las condiciones fundamentales para que la digitalización prospere en América Latina y lograr así que la región entre en una nueva fase de crecimiento económico más equilibrado, inclusivo y sostenible.
Para alcanzar este estadio de digitalización son necesarias una serie de medidas de política pública estructurales, descritas en el libro como sistémicas y distributivas que resumimos a continuación:
- Innovación y capital riesgo: Hacer de la innovación una política sistémica, con un compromiso institucional a largo plazo en el que el sector público juegue un papel fundamental como promotor y garante de la innovación. La otra cara de la moneda es el capital privado y capital semilla necesario para dar forma a esta innovación. Son necesarios mercados de capital amplios y solidos que permita el crecimiento de las empresas de tecnología.
- Educación y capital humano: Establecer una política de capital humano, formación y educación que permita afrontar los retos digitales a los que se enfrentan las sociedades.
- Política industrial digital: Disponer de una agenda digital que permita que las nuevas tecnología digitales permeen hacia todas las ramas y sectores económicos.
- Política ciudadana: Situar al ciudadano y sus necesidades y preocupaciones sociales en el centro de las políticas digitales.
Por otro lado para complementar estas políticas sistémicas es necesario también actuar a nivel internacional estableciendo una serie de medidas de cooperación tanto en el ámbito del derecho internacional (extraterritorialidad) como en materia de cooperación tributaria y regulatoria. Así se hace fundamental establecer cambios en el tratamiento tributario de las transacciones digitales, en especial mediante la redefinición de los hechos imponibles. Asimismo debe ser una prioridad establecer acuerdos de cooperación tributaria a nivel internacional para evitar desequilibrios en la distribución de la renta entre países.
Las políticas sistémicas, habilitadoras y distributivas requieren de una organización institucional adecuada que sirva como palanca aceleradora de los cambios que todo proceso de transformación digital requiere. Para ello, se hace necesario adecuar y consensuar un modelo institucional que promueva la innovación y el conocimiento en América Latina. Es igualmente necesario el liderazgo de los gobiernos en la digitalización del estado, no solo en lo que a políticas se refiere sino también digitalizando los servicios que se proporcionan a los ciudadanos.
América Latina está ante una oportunidad que permitiría la transformación de su economía productiva y por tanto daría lugar una nueva fase de desarrollo y crecimiento para toda la región. Latinoamérica lleva 500 años siendo un ecosistema de convivencia y respeto entre pueblos con una misma lengua común. ¿Porqué no llevar este ecosistema un paso más allá y convertir América Latina en un ecosistema digital próspero y único?. Un región talentosa, creativa, joven y dinámica no puede aspirar a menos que convertir la oportunidad digital en un realidad.