UE 2024-2029: un crecimiento sostenible dentro de la evolución tecnológica

En este cuarto post de la serie que iniciamos bajo la temática UE 2024-2029: Impulsando la competitividad, se resalta cómo el momento que vivimos exige una transición acelerada hacia un futuro digital y verde donde la innovación sea nuestra brújula y la sostenibilidad nuestra meta.

Paloma Villa Mateos

Paloma Villa Mateos

Tiempo de lectura: 8 min

En el mes de junio, iniciamos una serie titulada UE 2024-2029: Impulsando la competitividad donde analizamos la visión de Telefónica sobre cómo fortalecer la competitividad y posicionar mejor a la sociedad y la economía de la Unión Europea (UE) en el escenario global. Esta serie coincide con el inicio del ciclo institucional que se extiende desde el 2024 al 2029 tras las elecciones al Parlamento Europeo. Sin duda, la competitividad será la prioridad central que guiará las próximas iniciativas políticas y legislativas de la UE en este periodo.

Si el primer post analizaba el estado actual de la competitividad de la UE, el segundo se adentraba en el primer eje de la estrategia de competitividad que Telefónica propone y el tercero se focalizó en el segundo eje estratégico la importancia de fortalecer el sector de las telecomunicaciones como palanca de competitividad de la sociedad. En este cuarto post, analizamos el tercer eje que hemos dividido en dos: Impulsar la transición digital y verde para una competitividad “digital por innovación”, “verde en su diseño”. A continuación, nos centramos en la primera parte: “digital por innovación”.

Una competitividad “digital por innovación”

La innovación digital no es solo una herramienta; es la chispa que impulsa el crecimiento económico y la competitividad. Desde la llegada de internet hasta el despliegue de tecnologías revolucionarias como la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), la computación en la nube, la realidad aumentada y la ciberseguridad, la innovación digital ha impulsado avances significativos en todas las áreas de la sociedad. Estas tecnologías se han convertido en el alfabeto con el que escribiremos el futuro.

La innovación digital ha impulsado significativamente el progreso económico global. Internet ha contribuido al 21% del crecimiento del PIB en economías desarrolladas y representa el 4.5% del PIB mundial. La IA, con un impacto esperado de 15.7 mil millones de dólares para 2030, y el IoT, con un impacto anual proyectado de hasta 11.1 mil millones de dólares para 2025, están revolucionando múltiples sectores. La computación en la nube, con un mercado estimado de 364 mil millones de dólares en 2022, y las tecnologías de realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR), con un mercado estimado de 209.2 mil millones de dólares en 2022, están transformando las operaciones empresariales. Finalmente, el gasto en ciberseguridad, estimado en 133.7 mil millones de dólares para 2022, subraya la importancia de proteger la economía digital en expansión.

Impacto en el ámbito empresarial

Las empresas, desde los startups más incipientes hasta las corporaciones más grandes, tienen en sus manos la posibilidad de transformar sus modelos de negocio gracias a la innovación digital. Se trata de optimizar procesos, mejorar productos y servicios, y explorar nuevos mercados. La capacidad de adaptarse y aprovechar la innovación digital es ahora el factor decisivo para la competitividad y la transformación de servicios esenciales como la sanidad, la justicia o la educación.

La digitalización no solo nos ofrece eficiencia; nos da la oportunidad de aspirar a grandes procesos de transformación y crear soluciones digitales que pueden gestionar la industria (Industria 4.0), la agricultura (agrosmart), las ciudades (smartcities) y el medio ambiente (smartgrid) de manera más eficiente. Estas innovaciones potencian la productividad, la sostenibilidad, la creación de empleo y la calidad de los servicios.

Ecosistema digital colaborativo

El dinamismo de la innovación digital se intensifica cuando converge un entorno normativo que promueve la innovación desde su concepción hasta su adopción.

Este entorno incluye infraestructuras digitales de calidad, competencias adecuadas y un ecosistema colaborativo donde empresas, instituciones públicas y centros de investigación interactúan para aprovechar las oportunidades de la digitalización.

Y para ello es un requisito imprescindible que se incentive la equidad y la competencia justa, estableciendo las bases para un futuro digital sostenible e inclusivo. De hecho, el informe Letta destaca que la regulación sectorial existente ha introducido importantes asimetrías regulatorias entre los operadores de telecomunicaciones y los grandes gatekeepers en muchos mercados digitales relevantes.

Esto ha generado desequilibrios en las relaciones entre distintos agentes, desafiando la igualdad de condiciones. Además, recientes regulaciones digitales como la Ley de Inteligencia Artificial, la Ley de Servicios Digitales, la Ley de Mercados Digitales y la Ley de los Datos requerirán que se garantice un campo de juego equilibrado para que todos puedan competir en igualdad de condiciones.

Políticas Públicas para impulsar una competitividad “digital por innovación”

Para que Europa alcance su máximo potencial en innovación digital y competitividad, debemos crear un ecosistema digital equilibrado y justo. Un entorno que fomente el desarrollo de servicios digitales «made in Europe», adaptados a las necesidades y preferencias de los ciudadanos y empresas europeas.

Estamos en una coyuntura trascendental para la economía europea, y este sentido de la urgencia nos obliga a actuar, a desarrollar políticas quirúrgicas evitando la tendencia a regular por regular. Este nuevo ciclo europeo, debe ser conocido por el tiempo de acción para construir un presente en el que, por fin, la innovación digital sea una de las señas de identidad de la economía europea. Para ello se debería avanzar a favor de:

– Garantizar un campo de juego equilibrado en el mercado digital

– Fomentar tecnologías emergentes y transversales

– Facilitar el acceso a financiación

– Invertir en formación y capacitación digital

Garantizar un campo de juego equilibrado en el mercado digital

Es fundamental impulsar la competitividad de las empresas europeas frente al dominio de grandes plataformas. Esto se puede lograr a través de medidas de transparencia, neutralidad, protección del consumidor y competencia, cooperación internacional y supervisión continua. Las leyes de Mercados Digitales y de Servicios Digitales deben garantizar un entorno digital más justo y dinámico.

Fomentar tecnologías emergentes y transversales

Apoyar el desarrollo y adopción de tecnologías emergentes y transversales es esencial. Esto incluye recursos para una estrategia eficaz de estandarización de la UE, incentivos fiscales y programas de apoyo para tecnologías como la conectividad (fibra y 5G), la IA, la biotecnología, la energía limpia, la ciberseguridad y la computación en la nube. La creación de fondos específicos para I+D, estandarización, testbed y despliegue, así como la promoción de buenas prácticas y la adopción temprana, son medidas clave para este propósito.

Facilitar el acceso a financiación

Es crucial proporcionar acceso a financiación para el crecimiento de startups tecnológicas y empresas innovadoras. Esto puede incluir fondos de inversión, capital riesgo, programas de aceleración y simplificación de trámites administrativos para la creación de empresas. Promover la colaboración público-privada también es vital para apoyar el desarrollo de un ecosistema de innovación robusto.

Invertir en formación y capacitación digital

La formación y capacitación digital son pilares fundamentales para impulsar la empleabilidad y la productividad de las empresas. Programas dirigidos a trabajadores, estudiantes y ciudadanos en general pueden preparar mejor a la fuerza laboral para las demandas del mercado digital. Invertir en habilidades digitales asegurará que la transición tecnológica beneficie a toda la sociedad.

Conclusión

Vivimos en tiempos extraordinarios. La tecnología avanza a una velocidad vertiginosa, transformando cada aspecto de nuestra vida y redefiniendo casi todo. En este contexto de cambio constante, la competitividad y el crecimiento sostenible no son solo metas, sino imperativos que requieren una acción audaz y visionaria. Este momento exige una transición acelerada hacia un futuro digital y verde, hacia modelos productivos más innovadores y sostenibles. Un futuro donde la innovación sea nuestra brújula y la sostenibilidad nuestra meta.

El reto de la competitividad y el crecimiento sostenible en un contexto de evolución tecnológica constante requiere una transición acelerada hacia modelos productivos más digitales e innovadores. Europa debe centrarse poner en marcha la regulación existente promoviendo la igualdad de condiciones, fomentando la adopción de tecnologías emergentes, facilitando el acceso a financiación y asegurando una formación digital adecuada para todos sus ciudadanos.

Solo así se podrá asegurar que el valor generado por la transición digital y verde permanezca en la UE, beneficiando a empresas, ciudadanos y la sociedad en su conjunto. La clave está en la colaboración entre sectores público y privado, así como en una visión estratégica y a largo plazo que posicione a Europa como líder en innovación digital y sostenibilidad.


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