Hace tiempo que no voy a una, pero en mi larga vida laboral sí he cambiado en varias ocasiones de puesto o de departamento dentro de la misma empresa, así que he tenido que ponerme manos a la obra para hacer un gran proceso de investigación y reflexión que me ayude a conseguir mi objetivo.
Los básicos que hay que tener en cuenta
Sin duda, hay unos básicos que habría que tener en cuenta para alcanzar tu meta, es decir, conseguir ese puesto soñado o que te ha llegado de repente y crees que puedes ser la persona ideal para ocuparlo.
- Por supuesto, lo primero de todo es leer bien la descripción del puesto para saber con precisión qué piden para que luego no te lleves sorpresas.
- Algo esencial es investigar sobre la empresa o el departamento donde necesitan cubrir la posición.
- Busca en internet o en las redes sociales laborales, como LinkedIn, sobre la empresa, a qué se dedica, quiénes son sus empleados, de qué hablan en sus publicaciones, ponte al día. No hace falta que seas un espía, pero no acudas a la entrevista a ciegas, sin conocer apenas nada del lugar que podría ser tu futuro trabajo. Y si sabes quién te va a entrevistar, no está de más también averiguar algo sobre persona y ya de paso, le pones cara.
- Si eres usuario de LinkedIn, aprovecha y completa tu perfil, tus aptitudes, tus experiencias laborales. Haz todo lo posible por mejorar tu marca personal y destacar todo aquello que pueda beneficiarte en la consecución de tu objetivo.
- Si eres una persona atrevida, incluso puedes reaccionar a sus publicaciones, compartir, comentar, etc., así muestras interés en ellos.
- Investiga en la página web de la compañía para conocer qué productos o servicios ofrece, qué estilo utiliza en su comunicación, lee sobre su historia, sus valores, si participa en alguna acción social, cómo son sus clientes, etc.
- Para mí, es fundamental realizar un proceso de reflexión antes de llevar a cabo la entrevista donde escribas los empleos que has realizado anteriormente, qué destacas de cada uno de ellos, qué has aprendido, a qué retos te has enfrentado cómo los has llevado a cabo.
- Es bueno apuntarlo y es buena idea llevarlo contigo a la entrevista, porque a veces los nervios nos juegan malas pasadas y perdemos memoria y cuando terminas la reunión es cuando nos acordamos de todo lo que podíamos haber dicho y no hicimos.
- Trata de ser empático con el entrevistado y ponte en sus zapatos. Si tuvieras que contratar a alguien para ese determinado puesto, ¿qué habilidades te gustaría que tuviera? Busca esas habilidades y fortalezas en ti mismo. Haz un análisis de todo aquello que se te da como a nadie, de aquello en lo que flojeas pero que con suerte puedes mejorar, recuerda que tenemos un cerebro que es como la plastilina y puedes moldearlo a tu antojo y esculpir una fantástica escultura.
- Piensa en qué tipo de preguntas podrían hacerte y ensaya las respuestas, incluso practica con ese tipo de preguntas que pueden resultar incómodas. Por ejemplo, si has estado un tiempo sin trabajar, ¿en qué has ocupado ese intervalo de tu vida?, responde siendo honesto, pero que no te hagan parecer una persona vaga o desinteresada y que la impresión que causes sea buena y positiva.
- Considera también las preguntas personales o en las que tengas que dar tu opinión. Es mejor contestar con asertividad que hacerlo de forma agresiva o pasiva y no digas nada.
- Adapta tu CV al puesto de trabajo que ofrecen, aunque ellos tengan tu historial, no está de más que lleves otro en papel o en un pen drive donde destaques las habilidades y tus experiencias que más se adapten a lo que estás buscando. Les facilitarás mucho el trabajo y seguro que lo agradecerán.
- Prepárate un discurso breve, de pocos minutos, en el que te presentes, hagas un pequeño resumen de tu trayectoria profesional y estudios y de esas situaciones difíciles a las que te has enfrentado, de tus virtudes, de lo que te gustaría aprender para ser tu mejor versión. Habla sobre ti con toda la naturalidad posible. Ensáyalo mucho antes de contarlo en la entrevista para que vean que eres una persona segura, preparada y dinámica.
- Aprovecha y ensaya a la vez el lenguaje corporal que quieres mostrar en la entrevista y que te hagan parecer una persona digna de confianza. Sobre todo, no interrumpas, practica la escucha activa con tu interlocutor, mírale a los ojos, háblale por su nombre, muestra tus manos, trata de controlar los nervios y no te muevas demasiado, que tu postura sea firme y recta y no cruces los brazos ni las piernas y trata de relajar tu cara mostrando siempre una sonrisa, pero que sea natural. De esta forma mostrarás confianza.
- Evita fingir lo que no eres, trata de ser lo más honesto posible y así te conocerán mejor, no ocultes tu personalidad.
- Muestra interés en ellos, haz un listado de dudas, preguntas que quieras hacerles, esto te dará valor. Espera a que el entrevistador te hable de tus condiciones laborales, como el sueldo, horario, conciliación familiar, vacaciones, etc., pero por si acaso, es bueno que lo lleves escrito y si tienes que consultarlo, no dudes en hacerlo.
- Y ya, por último, se cordial, amable tanto en el saludo como en la despedida, se puntual, cuida tu lenguaje, trata de hablar de forma calmada, sin correr, sin dudar, sin divagar y muy importante cuidar tu aspecto.
- Aunque la ropa depende mucho del puesto que vas a desempeñar, no podemos evitar tener prejuicios y juzgar a otros por su aspecto, así que, mi opinión, es que, para que eso no suceda, intenta no llamar la atención con complementos que distraigan la atención, con exceso de maquillaje, etc. Es importante cuidar tu imagen con un estilo sencillo. Descansa mucho la noche anterior y cuida tu alimentación el día de la entrevista para que no te encuentres con sensación de pesadez o molestias.
Espero que te hayan servido estos tips y recuerda: “La confianza en uno mismo es el mejor outfit, ¡lúcelo!”
