¿Cuánto tiempo llevas en Telefónica y qué valoración haces de este tiempo aquí?
Entré en Telefónica como becario a finales del siglo pasado, concretamente en abril de 1999. Al año siguiente como empleado, así que llevo casi 25 años. En este tiempo he vivido en primera persona la evolución de la conectividad y de su tecnología asociada, desde un incipiente ADSL que todavía no tenía cobertura global hasta la explosión de la fibra que vivimos ahora.
¿Hay algún proyecto en Telefónica del que te sientas especialmente satisfecho u orgulloso?
En realidad, fue un proyecto pequeño, que llevamos a cabo entre dos compañeros. En el área mayorista teníamos un problema: había muchas averías a las que enviábamos personal para resolverlas y resultaba que la causa de la avería era algo que habían hecho mal los operadores, como una configuración errónea por su parte o que se les había soltado un cable. Propusimos cobrar por estas averías por causa cliente y el Regulador aceptó. No era mucho dinero por avería, pero conseguimos que los operadores revisaran bien cuando algo no funcionaba antes de avisarnos. No fue tanto incrementar ingresos, que se hizo, sino ahorrar costes de desplazamiento de nuestro personal o las contratas.
¿Qué crees que ha aportado Telefónica a la sociedad?
Telefónica es esencial para la sociedad en múltiples facetas, desde la evidente conectividad o innovación tecnológica, hasta aspectos más indirectos como generación de empleo o desarrollo económico, incluido el desarrollo de otros negocios por medio de sus servicios. Además, facilita el acceso a la información para todo tipo de personas, sin diferenciar por edad o trasfondo social, con un impacto importante en su educación, salud y desarrollo personal, y comunitario.
¿Dónde ves Telefónica en el futuro?
Siempre en cabeza de la innovación o de la mano de las empresas más innovadoras. Telefónica tiene vocación de estar en el corazón de la innovación tecnológica, y allí estará.
¿Podrías vivir sin teléfono móvil?
En este momento, no. Es una especie de cordón umbilical con el resto del mundo. Sirve tanto para el trabajo como para conectar con las personas de tu entorno. Eso sí, hay que saber usarlo como herramienta, como medio y no estar atado a él. Imprescindible pero no el centro de mi existencia.
Ayúdanos a resolver uno de los grandes enigmas de la humanidad: la tortilla de patata… ¿Con cebolla o sin cebolla?
¡Qué manía de dividir a la gente! A mí me gusta sin cebolla, pero no quiero imponérsela a nadie. Cada uno tiene sus gustos y debería ser libre de expresarlos sin miedo a lo que digan los que opinen de otra forma.
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