¿Cuánto tiempo llevas en Telefónica y qué valoración haces de este tiempo aquí?
Llevo en Telefónica doce años, aunque previamente estuve trabajando otros siete años en una empresa participada por Telefónica. Sin duda mi valoración de estos años es muy positiva, tanto a nivel personal como profesional. Sinceramente, considero un privilegio disponer de un balcón con vistas al futuro por trabajar aquí.
¿Hay algún proyecto en Telefónica del que te sientas especialmente satisfecho u orgulloso?
De ProFuturo. Siempre he pensado en la educación como una palanca imprescindible para provocar transformaciones. Con la educación digital se rompen la barrera de las distancias y el conocimiento se puede llevar a casi cualquier lugar, pero es cierto que en ese camino surge otra barrera importante que es la brecha digital. ProFuturo, desde mi punto de vista, intenta superar ambas barreras en aquello países donde más se necesita una transformación y por eso me gusta y lo destaco.
¿Qué crees que ha aportado Telefónica desde su nacimiento?
Permíteme que te ponga mi caso personal como ejemplo y te responda que la COMUNICACIÓN (así, con mayúsculas). Entre los 13 y los 24 años he vivido en 6 ciudades y, Telefónica, me ha permitido mantener el contacto con los amigos en una época en la que todo era mucho más complicado. En 1997 internet entró en mi hogar y todo fue mucho más fácil.
¿Dónde ves Telefónica en el futuro?
Teniendo en cuenta la ley de Moore, me resulta muy difícil imaginarme el futuro a tan largo plazo, pero creo (y quiero pensar), que Telefónica estará allí, fiel a su Misión, ayudando a hacer de este mundo un mundo más humano, porque en un mundo tan tecnológico considero imprescindible reivindicar la humanidad, específicamente en su acepción de capacidad.
¿Podrías vivir sin teléfono móvil?
Ahora mismo te diría que no, pero quién sabe los dispositivos que están por llegar. Recuerdo la primera vez que utilicé un teléfono móvil. Fue en octubre de 1996. Acababa de aterrizar en Madrid y me habían acogido en su casa unas amigas mientras buscaba dónde alojarme. Una de ellas tenía un teléfono móvil de esos cuadrados y grandes, con tapita. Como mis amigas no tenían teléfono fijo en su piso, les había dado el número de teléfono de mi amiga a mis padres para estar localizado. Una tarde íbamos caminando por la calle y mi padre llamó. Recuerdo que me tuve que parar en la calle para hablar, porque se me hacía muy extraño caminar e ir hablando por teléfono al mismo tiempo. Al año siguiente mis padres me dieron mi primer teléfono móvil, que entró en mi vida para estar localizable y comunicarme con casa. Desde entonces el teléfono móvil ha formado parte de mi vida.
Ayúdanos a resolver uno de los grandes enigmas de la humanidad: la tortilla de patata… ¿Con cebolla o sin cebolla?
Pregunta comprometida donde las haya. De forma general te diría que, con cebolla, pero, como buen gallego, siento adoración por las tortillas de patatas de Betanzos y tradicionalmente estas tortillas se hacen sin cebolla.
Nomina a otro compañero para aparecer en esta sección
Me imagino que no seré el único que le “nomine” pero, personalmente, me gustaría saber cómo ve Telefónica en los próximos años a Chema Alonso. Si antes he dicho que trabajar en Telefónica es disponer de un balcón con vistas al futuro, considero que Chema Alonso es de los que pueden practicar salto base desde ese balcón.
