¿Cuánto tiempo llevas en Telefónica y qué valoración haces de este tiempo aquí?
Llevo 35 años en Telefónica. Una gran parte de mi vida y la valoración es positiva. Me he formado profesionalmente y he crecido como persona. Ha sido un lujo trabajar y aprender con grandes profesionales, incluso con algunos compañeros hemos cultivado genuinas amistades de largo recorrido.
Me siento muy agradecida de haber podido desarrollar mi vocación, formadora. Inquietud que me acompaña desde la infancia. Desde el año 2.000 combino mi actividad con la de formadora coach. La experiencia de la formación ha sido y es un valor diferencial que me permite conectar con lo mejor de mí misma y me invita a estar en aprendizaje continuo.
¿Hay algún proyecto en Telefónica del que te sientas especialmente satisfecha u orgullosa?
Qué difícil responder, hay unos cuantos… poniéndome nostálgica: el cierre del emblemático Centro de Estel en Barcelona (40.000 m2 creo recordar).
Era encargada de Inmobiliario y junto a mi coordinador, Gabriel Rodriguez, tras la venta del edificio, tuvimos que gestionar el vaciado. Fue como asistir a una película: logros, fotos de equipos y recuerdos iban dejando paso al futuro. En ese edificio se habían escrito muchas páginas de la biografía de miles de compañeros de Telefónica.
Uno de los proyectos en los que trabajo desde hace dos años y del que me siento orgullosa, es el de atender y acompañar a las secretarias de Dirección de TdE dando respuesta a las necesidades formativas del colectivo. Ello me ha permitido conocerlas de cerca, diseñarles e impartirles formaciones específicas como: puentes de comunicación para equipos de élite, liderar en tiempos de pandemia, del autoconocimiento al empoderamiento personal, comunicación escrita persuasiva, entre otras.
Es un auténtico equipo de élite, orientado a la tarea, en busca de la excelencia, adaptado a la innovación y sobre todo con un gran sentido de pertenencia, cooperación y complicidad entre ellas. Son unas verdaderas maestras con las que resulta inspirador trabajar.
¿Qué crees que ha aportado Telefónica a la sociedad?
Creo que Telefónica ha facilitado y acompañado a la sociedad desde el uso de la máquina de escribir a la utilización de los más modernos elementos de la comunicación interpersonal. Ancianos en residencias que se comunican con videollamada, pedir una cita médica desde el metro, consultar una geolocalización desde un paraje remoto o estando en el mar. Evidentemente ha aportado también a otros niveles técnicos e infraestructuras, pero destaco el resultado: la sencillez y la facilidad en la comunicación.
¿Dónde ves Telefónica en el futuro?
La veo manteniéndose como lo que es, un puntal y un referente en el mundo de las telecomunicaciones. Una empresa que apuesta por la innovación y la tecnología facilitando la vida de las personas. También creo que nos sorprenderá, si comparamos la Telefónica actual con la de los años 90 la transformación era inimaginable.
¿Podrías vivir sin teléfono móvil?
Sí, evidentemente puedo vivir sin teléfono móvil y, de hecho, el fin de semana hay veces que lo dejo en casa. Reconozco que el Google Maps es una de mis debilidades cuando viajo en coche o me desplazo por la ciudad.
Ayúdanos a resolver uno de los grandes enigmas de la humanidad: la tortilla de patata… ¿Con cebolla o sin cebolla?
Sin duda con cebolla y la que hacía mi madre, un sabor de imposible olvido. Sin embargo, a la hora de compartir mantel, priorizo el comensal al ingrediente. No me cuesta adaptarme. Una tortilla puede ser el preludio de una gran conversación.
Nomina a otro compañero para aparecer en esta sección
Se me ocurren varios nombres, entre muchos: Gemma Navarro Caballero, Susana Rodríguez Lozano, Rogelio Quintero Peña, Mónica Pérez Sánchez y Salvador Pérez Chanes. A ver si les apetece…