Equipo de Políticas Públicas, Telefónica.
La Cámara de los Lores invitó hace poco a Nicholas Blades, Director de Regulación, Competencia y Política de Datos de Telefónica, y a algunos representantes de BT Group, Ofcom y Viber, para hablar sobre las implicaciones para los operadores de la salida del Reino Unido de la UE.
En la audiencia pública, el presidente del Comité preguntó a los invitados sus puntos de vista sobre las propuestas del nuevo Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas, cuyo objetivo es estimular la competencia y fortalecer el mercado interior, así como los derechos de los consumidores y si este código podría fomentar la inversión.
Ve su intervención desde el minuto 11:25:40
Nicholas Blades abogó por no cambiar dicho código adoptado por la UE una vez que el Reino Unido abandone la UE. No se espera que la diferencia entre la ley británica de telecomunicaciones y la legislación de la UE sea un problema inmediato posBrexit, de hecho es un problema de hace 10 años, según explicó. En su opinión, sería más adecuado introducir gradualmente los cambios necesarios evitando la incertidumbre en los mercados.
Su argumento principal es que las inversiones necesitan seguridad regulatoria. De hecho, para captar las oportunidades que la digitalización conlleva, se requieren más inversiones. Hoy en día, las partes interesadas están involucradas en la toma de decisiones acerca de cuándo y cómo invierten a través del horizonte temporal para el Brexit, por lo que la certeza acerca de un entorno regulatorio coherente inmediatamente después del Brexit es clave.
En cuanto a la llamada «escala de inversión», utilizó algunas mejores prácticas españolas como algo que el organismo regulador del Reino Unido debería tener en cuenta. Según dijo, esa experiencia demuestra que la imposición de controles de precios tiene un efecto destructivo sobre los incentivos a la inversión. «Hay algunas lecciones que aprender sobre la forma en que el organismo regulador español no reguló algunos insumos al por mayor para crear el incentivo para que la gente suba la cadena de valor e invierta en su propia infraestructura«, señaló.
El nuevo código dejaría lugar a más experimentación por parte de las Autoridades Reguladoras Nacionales (ARN) sobre estructuras de incentivos, incluido el Reino Unido, por lo que Nicholas Blades apoyó el impacto positivo en la inversión del proyecto de código propuesto por la Comisión.
En el debate con otros invitados, se planteó la cuestión de la competitividad, en particular, si las propuestas del código son suficientes para hacer frente a oligopolios no competitivos.
La primera evaluación de Nicholas Blades fue que «los mercados de oligopolio no son malos en sí mismos. Hay muchas industrias, especialmente aquellas con altos costos fijos, que tienden al oligopolio».
«¿Por qué el sector de las telecomunicaciones necesita un conjunto específico de regulación para hacer frente a una estructura de mercado que vemos en otras partes?», continuó.
La Ley de Empresa de 2002 dispone de un mecanismo para que la Autoridad de Mercados y Libre Competencia investigue los mercados que no funcionan y, por lo tanto, desde el punto de vista del Reino Unido, el marco jurídico existente ya tiene la capacidad de hacer frente a las consecuencias negativas. De hecho, destacó los efectos de incentivos negativos que podría crear una regulación en sí misma en los oligopolios de telecomunicaciones propuesta por la Comisión. «Básicamente está diciendo a posibles futuros inversores: Si tienes éxito y construyes una infraestructura competidora con el titular, serás regulado; así que ¿por qué molestarse?«, dijo.
El borrador del código de telecomunicaciones incluye nuevas regulaciones simétricas para el intercambio de infraestructura, incluso si los operadores no tienen un peso significativo en el mercado.
A este respecto, expresó su preocupación por la propuesta de acceso simétrico del artículo 59, apartado 3, del proyecto de código de la Comisión, que establece la obligatoriedad de compartir y autoriza a las ANR en «circunstancias excepcionales» a modificar las obligaciones de cobertura en las licencias de espectro después de haberlas comprado. Esta propuesta en su opinión genera una incertidumbre intolerable para los inversores, ya que los organismos reguladores podrían cambiar las condiciones de la licencia en circunstancias impredecibles.
De hecho, las propuestas de la Comisión crean un problema de usuario gratuito, en el sentido de que «si se requiere compartir, todo el mundo se acomoda y espera a que alguien corra el riesgo«.
Por último, el subcomité discutió sobre el espectro, en que Nicholas Blades declaró que «las nuevas frecuencias [para 5G] son donde el organismo regulador tiene un papel, porque es probable que estén en una frecuencia mucho mayor de la que están hoy en día. En relación con el espectro, es una cuestión a nivel regional y mundial«. También señaló que la UIT y la normalización regional son realmente importantes y utiliza el ejemplo de los 700 MHz que se pueden utilizarse para 5G. La interferencia no respeta las fronteras nacionales, por lo que el Reino Unido tiene que moverse a la velocidad de sus socios europeos.
«Hay una necesidad de algún tipo de coordinación del espectro con Europa después del Brexit, porque en lo que respecta al espectro, el Reino Unido no es una isla».