La economía circular ha pasado a formar parte de los hábitos de cada vez más personas. La implantación de nuevas herramientas tecnológicas está impactando de manera muy notable en el sector, no solo porque ayuda a mejorar los procesos de producción, también contribuye a impulsar nuevas formas de reciclaje y, además está cambiando el manejo de los residuos.
Sobre las nuevas vidas que la tecnología da a lo que ya no se utiliza, ya es conocido el beneficio directo que da a la protección del medioambiente y la repercusión que tiene sobre la economía local de muchas regiones. Esto es posible ya que el ciclo de las materias primas se mantiene durante más tiempo en circulación al pasar de un modelo lineal en el que se extraen y finalmente se tiran, al modelo en el que se consumen y se reutilizan esos materiales.
Tecnología y reciclaje, nuevos modelos industriales
La tecnología es clave para dar una segunda vida a un sector del reciclaje que debe dar respuesta a un problema cada vez mayor. ¿Qué hacer con las cerca de más de 10.000 toneladas de residuos que según Naciones Unidas se generan cada año en todo el mundo?
En esa cifra alarmante de cantidad de residuos, se encuentran las cerca de 50 toneladas que se generan de la llamada e-waste o basura electrónica, es decir, todos esos aparatos que se quedan desfasados por la rapidez en la electrónica avanza y deja obsoletos a estos dispositivos.
La introducción de las nuevas tecnologías ha traspasado los límites de su labor función en la optimización de la gestión de los materiales recursos naturales para aprovechar al máximo los recursos, y ha dado paso a nuevas herramientas para dar más uso a las materias primas y producir menos basura.
La innovación tecnológica genera además puestos de trabajo que antes no existían relacionados con los nuevos modelos industriales de producción y reciclado, y es capaz de impulsar otros modelos de producción en los que la materia prima son los residuos, además de desarrollar nuevas aplicaciones donde el reciclaje y la reutilización sean los objetivos.
Internet of waste: IoT y residuos
La conectividad forma parte ya de los procesos de gestión de los desperdicios. Se trata del llamado Internet of waste que une reciclado y operatividad del Internet de las Cosas y de la Inteligencia Artificial. Ya hay plataformas que utilizan herramientas de Big Data y sensores para procesar los datos que aporta la recogida de residuos de tal forma que el proceso de seleccionar esos residuos y clasificarlos para después hacer un correcto reciclaje se optimice al máximo.
Esta es una realidad que lleva años en marcha con proyectos e iniciativas como las de organizaciones como Ecoembes, y en los que, con una sencilla App, la ciudadanía forma parte esencial de estos procesos.
Al dotar de conectividad contenedores de reciclado, papeleras y cubos de comunidades, se puede analizar y obtener conclusiones útiles en tiempo real de la información sobre aspectos como la cantidad y tipo de residuos que se generan. Y en el caso de equipar a los vehículos con sensores de geolocalización puede ayudar a las empresas encargadas del transporte de la basura, puedan optimizar sus rutas para desplazarse hasta las plantas de reciclado. Todo ello encaja en el entramado de la casa conectada y la Smart Cities.
Las ventajas de utilizar la conectividad junto con la Inteligencia Artificial hacen que la tecnología intervenga de una manera 360o en el ciclo de gestión de todo tipo de residuos, incluso los más peligrosos para la salud y el medio ambiente, lo que implica las acciones de clasificación, separación y tratamiento para su reciclado, reutilización o reparación, o su posible destrucción como opción final.
5G y Big Data también ayudan a reciclar
La conectividad y la digitalización aplicada al sector del reciclaje permite contar con datos. Y los datos son imprescindibles para una gestión cada vez más optimizada, eficiente y sostenible de los residuos. Para poder dar soporte a ese cada vez mayor número de dispositivos conectados es necesario contar con la actual potencia que aporta el 5G.
La implantación de una potente infraestructura es el primer paso para comenzar ese ciclo de reutilización y reciclado, y son el motor de cambio del sector. La conectividad 5G permite crear plataformas en las que después se gestionan los datos recogidos para su posterior análisis, aplicando herramientas de Big Data. Elementos como los contenedores se transforman en objetos inteligentes que aportan información valiosa y trazabilidad a los residuos sobre el tipo de residuos, la zona en la que se depositan o la frecuencia de uso de dichos contenedores para su retirada.
Tecnología 3D para reutilizar residuos
La impresión 3D es un buen ejemplo de cómo tecnología y reciclaje están conectados para dar una segunda vida a los desperdicios. La razón es que el plástico que se tira puede reutilizarse como material para nuevos proyectos de impresión: desde muebles hasta la fabricación de prótesis.
Además de residuos plásticos, hay empresas que están trabajando en crear otros materiales de impresión 3D a partir de residuos orgánicos de la madera o del acero.
También se están aplicando otras ramas científicas y tecnológicas en la creación de nuevos materiales a partir de otros reciclados, como la nanotecnología para optimizar los procesos de reciclaje y hacerlos más eficientes; y la biotecnología para la reutilización de residuos orgánicos.