Según pronosticaba un estudio llevado a cabo por la consultora Gartner en 2017, a finales de 2022 los usuarios consumirían más noticias falsas que verdaderas en Occidente. Y es que en la actualidad, las fake news, o noticias falsas, se han convertido en un gran problema para la sociedad, sobre todo, en momentos de crisis e incertidumbre, donde los bulos sobre la pandemia, el desequilibrio político o la guerra de Ucrania no han parado de expandirse.
Hoy en día, cualquier persona que disponga de acceso a las redes sociales y aplicaciones de mensajería está expuesta a recibir y difundir noticias fraudulentas. Además, estas plataformas han generado una enorme cantidad de contenidos falsos con tendencia a ser viralizados. El motivo es que, por un lado, la sofisticación digital permite dar a los contenidos falsos una mayor apariencia de veracidad mediante la manipulación de imágenes, vídeos, audios, y, por otro, existen herramientas de amplificación, como creación de bots, diseñados para impulsar esos contenidos de forma automatizada.
El riesgo de las noticias falsas para la sociedad, es que suponen un ataque a los sistemas democráticos. La desinformación vulnera el derecho a la información veraz, y pone en peligro a la ciudadanía en cuestiones de interés público, como el cambio climático o la igualdad de género, e incita a tomar decisiones equivocadas basadas en información manipulada y errónea.
¿Cuál es la solución para acabar con los bulos?
Los bulos y la desinformación han existido siempre, por lo que acabar con la creación de noticias falsas no será posible, probablemente. Sin embargo, hay acciones que pueden llevarse a cabo para reducir el daño que provocan actuando sobre las tres fases de la desinformación, con un enfoque integral y transversal: producción, difusión y consumo. Y tanto los ciudadanos como los organismos públicos y privados deben actuar mediante la formación y el consumo crítico del ciudadano.
También es necesario intensificar los esfuerzos para que las tecnologías se conviertan en herramientas capaces de detectar las falsedades y generar mayor confianza entre los productores de información veraz y los consumidores de la misma. En este sentido, algunas organizaciones y medios de comunicación se han especializado en la verificación de la información mediante el uso de alta tecnología.
Inteligencia Artificial Explicable
Las fake news no solo son un problema para los consumidores de información, sino también para los periodistas y divulgadores. En este contexto, la startup española, AyGLOO junto a la agencia de noticias Europa Press, trabajan en un proyecto para detectar fake news con el empleo de Inteligencia Artificial Explicable, XAI.
La meta del proyecto es diseñar una herramienta de empleo sencillo y eficaz para periodistas, investigadores y divulgadores, que verifique la información que circula en internet, redes sociales y foros. La herramienta se basa en XIA, que consiste en el uso de métodos de IA y machine learning para ayudar a los usuarios a comprender los resultados de la IA y los posibles sesgos, y mejorando la imparcialidad y transparencia de los algoritmos resultantes. Por tanto, los periodistas podrán conocer los motivos de por qué el sistema considera que la información es falsa o verdadera.
Con este tipo de aplicaciones se pueden agilizar los procesos de verificación actuales, puesto que la IA y el entendimiento de lenguaje natural son capaces de analizar el texto de las noticias y avisar al periodista de la verdad o la mentira.
Fact-checking: tecnología para combatir fake news
Los bulos, noticias falsas y medias verdades no son exclusivos de las redes sociales, sin embargo, son el medio perfecto para la viralización. Por esta razón, el usuario debe mantener una visión crítica hacia los datos y las noticias que recibe de manera continuada.
Rodearse de las herramientas adecuadas para verificar la información, su origen, sus fuentes y su contexto es un primer paso para limitar el efecto de los bulos. Para ello, el desarrollo de la tecnología para combatir fake news ha fomentado la creación de plataformas y aplicaciones que rastrean la actualidad diaria en busca de bulos. Son las llamadas herramientas de fact-checking.
TinEye
TinEye es un motor de búsqueda inversa de imágenes, es decir, busca coincidencias en internet a partir de una imagen, en lugar de rastrear imágenes a partir de un texto, como suele ser lo convencional. De esta forma podemos saber si una imagen se ha utilizado sin permiso, por ejemplo.
Esta herramienta cuenta con más de 16.400 millones de imágenes indexadas, y para realizar sus búsquedas no utiliza nombre de imágenes ni metadatos vinculados con la imagen en cuestión. Además, este motor de búsqueda contiene extensiones para navegadores, lo que facilita su uso.
Whois
Las informaciones falsas no solo pueden proceder de imágenes o textos aislados, sino también de enlaces. Con Whois los usuarios pueden consultar online la información sobre un dominio. La plataforma rastrea los datos de registro de un dominio para facilitar la revisión sobre la veracidad del sitio web, así como la duración en tiempo y las actualizaciones de la página.
Google Fact Check Tools
Cualquier usuario debe tener a mano webs especializadas en verificación, en especial si se dedica a la comunicación. Para solucionar esta problemática, surge Google Fact Check Tools, un explorador que cuenta con un marcado de verificación. La plataforma se basa en las herramientas Fact Check Explorer y Fact Check Markup Tool.
La primera de ellas permite realizar búsquedas rápidas sobre bulos publicados alrededor de personas, organizaciones, temas, etc., e incluso investigar hasta declaraciones. Además, funciona en diferentes idiomas, de manera sencilla. Mientras, Fact Check Markup Tool es una herramienta exclusiva para periodistas. Con ella, se puede añadir información estructurada sobre el proceso de verificación.