El uso de las nuevas tecnologías ha incidido de manera muy positiva en la mejora de los sistemas de seguridad en el mar. Aunque todavía queda espacio para seguir avanzando en esta materia, en la actualidad sabemos que salvan muchas vidas y es que la tecnología en los sistemas de rescates marítimos también avanza.
Por este motivo desde hace años se han implementado herramientas como el Sistema Automático de Identificación (AIS) cuyo objetivo es monitorizar la posición de cada barco, como si fuese un GPS, y evitar colisiones entre ellos. Además, ofrece otro tipo de información como la mercancía que lleva o el puerto de destino, e incluso previsiones meteorológicas.
Estos sistemas se combinan con otros como la radiobaliza de localización de siniestro y la llamada selectiva digital. La primera emite una señal digital de socorro que solo los satélites pueden recibir. Mientras la segunda es un dispositivo que emite una serie de datos referentes a la embarcación (también lo incorporan los barcos de recreo) y ofrece información sobre la embarcación, por ejemplo, sus coordenadas, así como el motivo de la llamada indicando si es de socorro, de urgencia de seguridad o simplemente rutinaria.
Ciberpiratas también en el mar
Hace años, aprovechando las señales GPS, los ciberpiratas se lanzaron al mar. Los Sistemas de Identificación Automática fueron objeto de ataques informáticos llevados a cabo a través de ciertas brechas de seguridad. Debido a estas debilidades detectadas por los atacantes, estos podían falsificar la información que normalmente emiten los barcos como la posición del navío. Estas fueron algunas de las conclusiones de un estudio que llevaron a cabo desde Trend Micro en 2015, una investigación que también puso de manifiesto las vulnerabilidades asociadas al software que necesitaban las instalaciones de estos sistemas para emitir información online.
Estas brechas de seguridad permitían a los piratas informáticos, entre otras cosas, modificar los datos de cálculo entre dos embarcaciones para evitar posibles colisiones o enviar llamadas de socorro falsas haciendo que otros barcos. que acudieran a la llamada de socorro para ayudar, caían directamente en una trampa y eran atacados.
Los drones acuáticos forman parte de la tecnología en los sistemas de rescate marítimo.
Con el paso del tiempo y el desarrollo de las nuevas tecnologías, los sistemas de seguridad han mejorado aportando nuevas herramientas al sector marítimo. En este sentido destaca el uso de drones para realizar maniobras de salvamento, impulsado por el crecimiento del mercado de este tipo de naves no tripuladas. Más allá de su uso particular, estos vehículos han resultado ser herramientas de trabajo de gran utilidad, especialmente en labores de reconocimiento y salvamento. Evalúan rápidamente y sin poner en riesgo a ninguna persona, el terreno y las condiciones de los siniestros, pudiendo aprovechar su capacidad de llegar a cualquier zona y emitir datos en tiempo real gracias a su conectividad, para poder llevar a cabo planes de emergencias y salvar vidas.
La última innovación en este campo llega desde el agua. Los drones ahora además de surcar los cielos, también se mueven por el agua. Estos vehículos controlados de forma remota pueden navegar por el agua o sumergirse bajo ella, siendo respetuosos con el medioambiente ya que están diseñados para no verter sustancias tóxicas y están equipados con tecnologías de propulsión eléctrica, entre otras.
Gracias a la versatilidad que ofrecen estos drones en el agua, la Xunta de Galicia ha reforzado su Servizo de Gardacostas con ocho drones, cuatro aéreos y otros cuatro submarinos. El objetivo es mejorar las tareas de salvamento, así como el cuidado de la calidad del agua, ya que son capaces de detectar manchas de contaminación marina, y se utilizan también en tareas de conservación de las instalaciones portuarias y de los barcos atracados.
Los drones submarinos adquiridos por el servicio gallego pueden sumergirse hasta 200 metros de profundidad y conectarse a la cámara de un smartphone para las tareas de control. Otro de los beneficios de incorporar este tipo de innovaciones es que además ayuda a las autorizades a luchar contra el furtivismo, protegiendo la biodiversidad en zonas sensibles.
La versatilidad de los drones
La combinación de los efectivos de control por mar y por aire sirven para mejorar las labores de vigilancia marítima, centrando sus esfuerzos en la lucha contra la contaminación y el control del tráfico marítimo. Esta es la base del trabajo realizado por Salvamento Marítimo, dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que incorporó a su equipo varias aeronaves de la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) pilotadas en remoto, en el marco de un programa de vigilancia aérea llevado a cabo en 2021. Este tipo de programas ayudan también a proteger los recursos pesqueros marinos y asegurar su desarrollo sostenible.
Salvar vidas es cuestión de minutos
Existe otro tipo de aplicación a los drones en el mar que también salva vidas. Se trata de una boya motorizada y manejada por control remoto cuyo objetivo es recuperar rápidamente a navegantes que han caído al agua o nadadores que tienen dificultad para regresar a tierra. Este vehículo no tripulado. Se trata de Usafe y está diseñado para usarse bien desde cualquier tipo de embarcación u otro tipo de infraestructuras, tipo plataformas petrolíferas, o bien desde tierra firme. Su uso es muy sencillo ya que se controla con un mando tipo joystick puede salvar vidas, sin poner en peligro ni a la persona accidentada ni a quienes saltan a socorrerlas.