Las oportunidades de crecimiento económico y bienestar social que permiten la conectividad y las nuevas tecnologías convierten la transformación digital en un objetivo prioritario en todos los países. En el proceso de digitalización, uno de los mayores retos es lograr una inclusión digital plena sin dejar a nadie atrás.
Avanzar en la inclusión digital es una responsabilidad conjunta. Para Telefónica es una prioridad clave, lo que nos lleva a poner en marcha de iniciativas de diversa índole en todos los países en los que operamos.
Como parte de este propósito, Telefónica ha elaborada una Brújula para la inclusión digital que pretende reforzar la cooperación público-privada. Para ello, la brújula recoge un análisis detallado y actualizado de las principales brechas digitales, tanto en Europa como en América Latina, junto con estrategias transversales para superarlas.
Estas propuestas se desarrollan en tres documentos de posicionamiento que publicaremos en las próximas semanas:
Parte I: de la brecha de cobertura a la brecha de uso
La primera parte del posicionamiento “De la brecha de cobertura a la brecha de uso” propone un cambio de enfoque a la hora de abordar el cierre de la brecha digital. Tradicionalmente, la brecha de cobertura se ha considerado como la principal barrera para alcanzar una plena inclusión digital. Sin embargo, pese a que el porcentaje de personas que no disponen de acceso a Internet se ha reducido notablemente a nivel global en los últimos años, todavía hay personas que no hacen uso de la conectividad. Concretamente, mientras que el 95% del mundo está ya cubierto por redes de banda ancha móvil, el 40% de la población cubierta por estas redes no hace uso de la conectividad. Esto nos muestra que hay otras barreras que impiden alcanzar la inclusión digital a las que no se les ha prestado la atención necesaria. Por este motivo, se hace necesario profundizar en los condicionantes que inciden en la brecha de uso.
Parte II: Innovación, digitalización y prosperidad en la era digital
El segundo posicionamiento se centrará en la innovación, la digitalización y la prosperidad en la era digital. Este documento parte de la hipótesis de que el crecimiento económico debe ser inclusivo y sostenible en la era digital. El reto del siglo XXI es aprovechar plenamente las oportunidades y la prosperidad que ofrece la economía digital, pero la velocidad vertiginosa de transformación que provoca la imparable innovación tecnológica amplía la desigualdad y las brechas de competitividad. Así, la clave para un crecimiento equilibrado y justo radica en extender los beneficios digitales a toda la estructura productiva. La prosperidad requiere una visión integral de la economía digital, donde la innovación y el emprendimiento digital ocupen un lugar central en la transformación de gobiernos, empresas y modelos productivos.
Parte III: Construyendo la confianza digital
Finalmente, el tercer documento, se centra en (re)construir la confianza digital como un elemento esencial para cerrar la brecha en el uso de servicios digitales y promover la inclusión. Los últimos datos indican que la confianza global en el sector tecnológico se encuentra por debajo del 68%, lo que dificulta la adopción de servicios digitales y el uso de nuevas tecnologías por personas, empresas y gobiernos. Entre los principales riesgos que generan desconfianza, destacan las estafas, las brechas de ciberseguridad, la pérdida de control de datos, la desinformación o los sesgos en la inteligencia artificial. Es esencial contar con un modelo de gobernanza responsable para proteger los derechos fundamentales, la privacidad y la seguridad. De este modo, se promovería la participación de colectivos vulnerables y empresas de menor tamaño en el ecosistema digital.
Con estas publicaciones propondremos una Brújula para la inclusión digital. Una guía para avanzar en la puesta en marcha de políticas e iniciativas público-privadas que permitan cerrar las brechas digitales. Es esencial transitar hacia la plena inclusión digital sin dejar a nadie atrás.