Desde canales de YouTube, libros, charlas, influencers en Instagram o TikTok… Las opciones son infinitas para encontrar esos ejemplos a seguir. En un mundo donde las niñas y mujeres aún se enfrentan a desafíos para su plena participación en la ciencia, la tecnología y el arte, la idea de empoderar a las futuras líderes es más importante que nunca.
STEAM: una larga lista de tareas pendientes
Si bien es cierto que cada vez hay más mujeres participando en el ámbito STEAM, la brecha de género sigue siendo amplia y el trabajo que se presenta de aquí a unos años, acuciante. Y es que, cuando se ven los resultados del trabajo bien hecho, nos damos cuenta de todo lo que aún queda por conseguir; y la respuesta está en los datos. De esta manera, si nos vamos a las carreras de ciencias de la salud, principalmente del área de medicina, hemos conseguido llegar a una de las cifras de participación femenina más altas de la historia de nuestro país. No estamos consiguiendo, por el contrario, la igualdad en la rama de la enfermería, que sigue siendo un territorio plenamente femenino. Porque importante es animar a las mujeres como a los hombres y remarcar algo importante: el género no importa a la hora de elegir un futuro profesional.
Siguiendo con las buenas noticias, en los últimos años, las cifras de tesis doctorales -entre las que destacan las materias STEM- presentadas están siendo lideradas por mujeres. Esto, más allá de un número, nos aporta un dato esencial para el futuro: esas doctoras serán las futuras formadoras del talento tecnológico y referentes para las jóvenes que comiencen su carrera laboral.
Ahora, las tareas pendientes. La ingeniería -en todas sus ramas- sigue siendo poco atractiva para las mujeres; solo el 30 % de las matriculadas de los últimos años optan por una rama de esta disciplina. Es, precisamente en este campo, donde más trabajo queda por hacer. Y este esfuerzo hay que centrarlo en las primeras etapas de la educación, momento en el que el desinterés de las niñas por el territorio STEM se hace patente.
La falta de referentes y el miedo al fracaso son las principales causas por las que las niñas, en las primeras etapas de la adolescencia, comienzan a desvincularse del segmento de la ciencia y la tecnología. Solo el 0,7 % de las niñas, frente al 7 % de los niños, está interesada en seguir estudiando materias de ciencia. Porque el estigma social es aún muy grande y también hay que entender la mente de las jóvenes adolescentes del momento: el que el círculo social es lo más importante, el qué dirán marca su comportamiento, la autoestima sigue formándose y la imagen que proyectan al mundo es esencial. Y ninguna de ellas quiere tener el aspecto o la vida de Marie Curie, porque eso significaría ser diferente.
Es aquí donde hay que centrar el trabajo: aportar referentes reales de mujeres que, aún estudiando carreras de ciencia, tienen una vida por la que esas jóvenes en pleno proceso de cambio puedan sentirse atraídas.
ValPat Steam, ejemplo de un referente cercano
¿Qué es ValPat Steam? No es otra cosa que el resultado de un sueño compartido: Valeria Corrales, una joven de 15 años, y Patricia Heredia, ingeniera de telecomunicaciones. Ambas protagonistas de Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica.
A través de sus contenidos en YouTube, en los que muestran experimentos fáciles y divertidos, quieren despertar la creatividad y curiosidad por la ciencia y la tecnología. Para niños y niñas, pero, como afirma Patricia, especialmente a las niñas empoderándolas desde su propio ejemplo:
“Los referentes son super importantes sobre todo en este campo, porque a lo mejor no se tiene tanta consciencia de que a las niñas les pueda gustar la tecnología. Puede ser que sí o que no, pero si no lo prueban jamás lo van a descubrir”.
Cuando las niñas ven a mujeres exitosas en roles de liderazgo en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, se inspiran y se sienten capacitadas para perseguir sus propias ambiciones. Mejor Conectados nos recuerda que cuando conectamos, somos capaces de hacer cosas increíbles y al unir fuerzas y compartir experiencias, creamos una red de apoyo y colaboración que amplía las oportunidades para todos. Porque como decía una Valeria de apenas ocho años, “las niñas pueden ser lo que quieran ser, no tienen que ser solo princesas, también pueden ser ingenieras”.