Las smart cities ofrecen, mediante millones de dispositivos y soluciones IoT conectados, la gestión útil y eficiente de datos que a través de combinar diferentes tecnologías pueden gestionar distintas cuestiones como la energía, la iluminación, el transporte y la movilidad o los residuos.
4 ejemplos de cómo las smart cities transforman las ciudades
Algunos ejemplos concretos de cómo las smart cities pueden ayudar en la transformación de las ciudades son los aparcamientos y lo alumbrados inteligentes, la gestión de los residuos o el control de la calidad del aire.
Aparcamientos inteligentes
Siendo uno de los focos de las ciudades inteligentes la mejora de la movilidad, disponer de parkings inteligentes puede ayudar a dotar de fluidez a los desplazamientos en transporte privado.
No solo las áreas urbanas como tal pueden verse beneficiadas por estos avances, sino que también las zonas de servicios (como hospitales, aeropuertos o centros comerciales) disponen de las ventajas de conocer una información relevante.
Además, de forma indirecta los datos recopilados por estos aparcamientos también pueden arrojar información útil sobre el conjunto de la ciudad y mejorar, de este modo, cuestiones diversas como las infraestructuras o los servicios.
Podríamos resumir las ventajas de este tipo de parkings en que se reducen las congestiones de tráfico, disminuyen los tiempos de búsqueda de aparcamiento (y el consiguiente estrés asociado), se mejora la planificación de los desplazamientos (apareciendo el transporte público como alternativa) y descienden los niveles de emisiones de gases contaminantes.
Gestión de residuos
El Internet de las Cosas permite disponer de información en tiempo real sobre el estado de los contenedores de recogida de residuos, lo que permite poder planificar con precisión las recogidas.
De este modo, se sabe cuáles son los que están llenos y, además, se puede ahorrar tiempo y combustible en los vehículos de recogida.
De igual manera, se facilita la eliminación de posibles acumulaciones de residuos en la vía pública además de incrementarse el grado de disponibilidad de los ciudadanos a la hora de comunicar incidencias. También pueden ajustarse con más precisión los niveles de reciclaje.
Calidad del aire
Controlar la calidad de vida de los entornos urbanos moderando los diferentes tipos de contaminación (ya sea del aire, lumínica o acústica) es una prioridad para las administraciones locales. Por ello, monitorear diferentes parámetros es fundamental para poder actuar en función de lo que se está registrando.
Las medidas de control del aire, además de para cumplir con las respectivas normativas que suelen existir, sirven además para mejorar la eficiencia energética y también para aumentar la transparencia de cara a los ciudadanos al ofrecer información en tiempo real sobre un tema especialmente sensible.
Asimismo, contar con la información sobre la contaminación en tiempo real, agiliza la toma de decisiones que puedan ser necesarias en función de los datos almacenados.
Alumbrado inteligente
Disponer de un alumbrado inteligente tiene una doble vertiente: por un lado, mejora la eficiencia energética y por el otro disminuye la contaminación lumínica.
Santiago de Compostela es un ejemplo de ello de la mano de Telefónica Tech.
Santiago de Compostela: caso de éxito de alumbrado inteligente
La capital gallega es un ejemplo de caso de éxito de alumbrado inteligente, con una solución que implicó la instalación de más de 10.000 nodos con conectividad NB-IoT en las luminarias de la ciudad, recopilando de este modo datos sobre su funcionamiento.
Con el posterior envío de esta información a una plataforma central para su análisis y gestión avanzada se han alcanzado mejoras en el ahorro energético y la eficiencia del alumbrado público generando beneficios medioambientales y económicos.
Los puntos principales sobre los que se basa el caso de éxito de Santiago de Compostela son:
- Aumento de la satisfacción ciudadana. Al detectarse incidencias con antelación se genera una optimización del mantenimiento lo que redunda en una mayor satisfacción de los habitantes de la ciudad.
- Eficiencia energética. Ajustándose la programación de los horarios de encendido y apagado de las luminarias, se genera un ahorro tanto económico como energético.
- Control eficiente. Gracias a un sistema inteligente que permite simplificar el control y mantenimiento, la plataforma de control permite de manera remota gestionar las luces, encendiéndolas o apagándolas en función de las necesidades supervisando y regulando de manera óptima la iluminación.
- Mantenimiento optimizado. Además de disponer de la monitorización del consumo, se pueden localizar de manera precisa los fallos y facilitar la aceleración de las reparaciones sin tener que conectar todo el sistema.
Conclusión: ¿Qué consiguen las ciudades inteligentes?
Como hemos visto a lo largo del artículo, las smart cities ofrecen una serie de ventajas a la hora de construir ciudades más accesibles y de las que se puede sacar mayor provecho:
- Mejor distribución de los recursos.
- Inclusión tanto de los ciudadanos como de los visitantes.
- Movilidad inteligente con mayor grado de eficiencia en el transporte tanto público como privado.
- Mayor nivel de sostenibilidad.