La reunión de ministros europeos de telecomunicaciones celebrada en León brindó la oportunidad de debatir sobre el futuro de la conectividad en Europa, tras el llamamiento realizado por el Comisario Thierry Breton para hacer «lo que sea necesario» mediante una nueva Ley de Redes Digitales. Esta reunión se ha producido en un momento crítico para garantizar la competitividad digital de Europa en la escena mundial.
Europa se prepara para un dar un ambicioso impulso a los planes para lograr el cumplimiento de sus objetivos de conectividad para 2030. La innovación, el crecimiento económico y la soberanía europea deben basarse en las redes digitales del futuro, pero de momento se rigen por marcos normativos definidos hace 25 años. La Comisión Europea ha escuchado a las partes interesadas y quiere sentar las bases de un marco que contemple las redes del futuro, basadas en la nube y en la softwarización. Acogemos con satisfacción el concepto de una Ley de Redes Digitales, con la ambición de dotar a Europa de una infraestructura digital de vanguardia que pueda generar crecimiento e innovación, crear empleo y garantizar la competitividad europea.
A medida que la Ley de Redes Digitales vaya tomando forma, podemos identificar varias prioridades políticas que ayudarán a ofrecer claros beneficios a los ciudadanos europeos, desbloqueando la inversión y facilitando el despliegue generalizado de la infraestructura digital de nueva generación necesaria para impulsar la Década Digital.
Un verdadero mercado único de las telecomunicaciones en Europa: ganar escala mediante la consolidación en cada mercado
Durante los últimos 30 años, las empresas europeas se han beneficiado del mercado único, aprovechando las ventajas de poder realizar negocios transfronterizos de una forma sencilla. Sin embargo, no ha sido así en el sector de las telecomunicaciones, donde los obstáculos legales y las políticas aplicadas, impiden un verdadero mercado único de las telecomunicaciones. El sector sigue estando muy fragmentado en Europa, lo que reduce la capacidad de las telecos para beneficiarse de las economías de escala. El coste adicional que resulta de esta fragmentación y el bloqueo de las mejoras de eficiencia agravan aún más el déficit de financiación al que se enfrenta la conectividad europea.
En su visión de una Ley de Redes Digitales, el Comisario Breton resumió las respuestas a la consulta exploratoria sobre el futuro de la conectividad: «Los operadores de telecomunicaciones necesitan escala y agilidad para adaptarse a esta revolución tecnológica, pero la fragmentación del mercado los frena». La consolidación creará el entorno en el que las empresas de telecomunicaciones podrán trabajar de manera eficiente y eficaz para construir la columna vertebral del futuro digital de Europa, ya que es una condición previa para la creación de un verdadero mercado único de las telecomunicaciones. Crear escala es un paso fundamental para garantizar que los operadores de telecomunicaciones europeos puedan ser competitivos a escala mundial.
Un entorno de inversión para desbloquear la Internet del futuro
Sin grandes inversiones, Europa no podrá alcanzar los objetivos de conectividad que se ha fijado, con el riesgo de que se produzca una brecha entre ciudadanos digitales de primera y segunda clase. Debe ser un esfuerzo común europeo. Los operadores de telecomunicaciones han invertido de forma continuada en la mejora de la capacidad de las redes para poder satisfacer el incesante aumento de la demanda. Estas inversiones son necesarias, son importantes, pero no bastan para hacer avanzar a Europa. De hecho el primer Informe sobre el Estado de la Década Digital muestra que, al ritmo actual, no alcanzaremos los objetivos de la Década Digital.
Europa necesita un nuevo entorno de inversión que haga posible el enorme esfuerzo de despliegue necesario para alcanzar los objetivos de 2030 y continuar la transformación de las redes para la era digital, abordando la baja rentabilidad para los operadores de telecomunicaciones y encontrando un nuevo modelo de financiación que permita un uso sostenible, seguro y eficiente de las redes europeas.
Nuestra propuesta consiste en trabajar en una serie de instrumentos que puedan ayudar a conseguir la inversión necesaria a través de diversos medios, entre ellos garantizar que aquellas empresas que suponen una mayor carga para la conectividad digital contribuyan proporcionalmente a su futuro sostenible. La iniciativa también pretende animar a los principales generadores de tráfico a asumir una mayor responsabilidad por el tráfico que generan, a ser más conscientes del impacto de su tráfico en los recursos adicionales que necesitan las redes digitales y a incentivar la eficiencia y la sostenibilidad del tráfico. Nuestra propuesta pretende explorar formas de liberar recursos para invertir en capacidad de red y destinarlos a la ampliación de la cobertura y la innovación, pero también a reducir el consumo de energía y las emisiones de CO2 reduciendo las ineficiencias del tráfico. Dado que los operadores de telecomunicaciones soportan la mayor parte de los costes de un uso ineficiente de la red, los responsables políticos deberían incentivar a todos los agentes de la cadena de valor de Internet para que alcancen un acuerdo sobre modelos en los que todos contribuyan a un uso eficiente de la red y a unas relaciones comerciales equilibradas que tengan en cuenta los servicios que se prestan mutuamente.
Una política del espectro que permita invertir
Un verdadero mercado único de las telecomunicaciones en Europa sienta las bases de unas inversiones eficientes y eficaces. Un planteamiento armonizado de la inversión en políticas de espectro garantizaría una asignación adecuada de recursos con un impacto mucho mayor en la expansión y la calidad de la conectividad.
Es necesaria una acción valiente para alinear las políticas de telecomunicaciones con los objetivos de política industrial de Europa. La propuesta de la Comisión Europea de iniciar los trabajos para elaborar una Ley de Redes Digitales es la única manera de establecer las condiciones para que las empresas de telecomunicaciones europeas proporcionen las redes seguras y preparadas para el futuro que Europa necesita. La Ley de Redes Digitales debe volver a situar la conectividad digital en el centro de la economía europea.
El terreno está preparado, ahora debemos sembrar las semillas. 2030 está a la vuelta de la esquina y no hay tiempo que perder.