La salud y el bienestar en nuestras vidas son una aspiración básica que todos tenemos. Casi podríamos decir que son un “principio fundamental”. Aunque en nuestro entorno sólo nos acordamos de nuestra salud de forma puntual cuando carecemos de ella, no ocurre así con la gran mayoría de las habitantes del planeta. Pensemos, por ejemplo, en las más de 600.000 personas, la mayoría niños, que mueren cada año debido a la malaria y los casi 220 millones de afectados por esa enfermedad. Por otro lado, la obesidad y la falta de dietas equilibradas, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la drogadicción, etc. son elementos que afectan muy significativamente al bienestar y a la vida saludable de las personas en los países desarrollados.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son el resultado de un programa de las Naciones Unidas para promover el desarrollo sostenible del planeta. El programa plantea 10 prioridades para conseguir una vida mejor y un desarrollo sostenible del planeta durante los años 2015-2030 y sustituyen a los planteados en los Objetivos del Milenio 2000-2015. Una de estas prioridades es “Conseguir la sanidad universal y el bienestar para todos”.
Con esta visión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas en mente, se desarrolló en la pasada Campus Party Europe el proyecto Hacking For Something Better (H4SB). Su objetivo: contribuir al desarrollo de un mundo mejor y más sostenible gracias a la tecnología.
Como tecnólogos, es clave ser consciente de que la tecnología es un medio y no un fin en sí misma, pero no un medio cualquiera sino la mejor herramienta que nadie se hubiera atrevido a imaginar hace unos años para dotar de una mejor sanidad y bienestar a todos los habitantes del planeta. Y si el problema sanitario está correctamente identificado con sus síntomas, la tecnología mediante actuaciones simples (i.e. comprobar mediante un SMS si los medicamentos que reciben en África están falsificados ) o más complejas ( i.e.que un iPad puede a través de las variaciones del color del fonde de ojo medir las variaciones de nuestro ritmo cardíaco ) puede resolverlo.
En estos tiempos de crisis donde se habla mucho y en ocasiones con poco criterio de la sostenibilidad del sistema sanitario, deberíamos diferenciar y ser conscientes de que no es lo mismo sanidad que medicina y que aunque a día de hoy el gran gasto sanitario se va en actos médicos cuando ya estamos enfermos (resultados cortoplacistas) y no en actividades para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades (con resultados mucho más a largo plazo), hemos de ser conscientes de que la tecnología puede ser una herramienta clave para ello, ayudando a prevenir y mejorando la calidad de vida de las personas, facilitando que el paciente sea corresponsable de su salud (lo que en inglés se ha venido a llamar patient empowerment) mediante diversas aplicaciones que van desde la promoción del ejercicio físico (i.e Fitbit, Endomondo), la consulta de contenidos de salud de calidad o la unión de pacientes o afectados por una enfermedad para conseguir unos objetivos concretos (i.e. GEPAC – Grupo Español de Pacientes con Cáncer,FEDER- Federacion Española de Enfermedades Raras o Patients Like Me)
Hacking For Something Better se desarrolló en la Campus Party de Londres siguiendo 2 líneas de actuación: 1. un panel con ponencia y coloquio y 2. un concurso de desarrolladores (hackathon) para construir aplicaciones que solucionaran algunos de los retos planteados en una serie de ámbitos, aunque en este post nos centraremos en los relacionados con la salud y el bienestar.
Así, de los diferentes retos que se plantearon sobre esta temática, os comento los dos que se desarrollaron y fueron premiados durante la Campus Party de Londres. Uno fue el llamado iPill que pretende resolver el problema de la gran cantidad de medicinas en buen estado que están en disposición de ser utilizadas y que acumulan en nuestros hogares. Un equipo formado por estudiantes de la universidad de Extremadura desarrolló una app para que en función de la posición del donante, le aparecieran listadas por orden de proximidad los lugares más cercanos donde poder llevar esos medicamentos para que fueran reutilizados.
Por otra parte, estudiantes de la Universidad de Málaga desarrollaron un sistema muy fácil y efectivo de detección de caídas con el teléfono móvil que tras detectar la caída y una serie de comprobaciones con la persona caída, se ponía en contacto con las personas de su entorno más próximo para informarle. Este reto fue propuesto por personal de la Cruz Roja que en todo momento les brindó ayuda y consejo tecnológico (evitando por ejemplos falsos positivos). Como veis, dos aplicaciones sencillas pero con un potencial tremendo que demuestran que la juventud se implica y está motivada para resolver los problemas de nuestra sociedad… hemos de saber cómo y ese es otro gran reto.
Estas aplicaciones son solo un ejemplo de las que los hackers sociales de Hacking For Something Better han desarrollado en unos pocos días de trabajo durante la Campus Party de Londres y muestran las grandes oportunidades que el presente y el futuro ofrecen para conseguir una mejor sanidad y bienestar para todos.
Esta ha sido una experiencia que los alumnos que asistieron no van a olvidar, pero que también hace recordar a los docentes que debemos guiarles y ayudarles a que encuentren su dirección, pues como decía Séneca, no hay buen viento para quien no sabe a dónde va.
Las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC) son un instrumento que puede ayudar a conseguir la salud y el bienestar para todos. Así lo hemos visto en la Campus Party Europe donde varios grupos de campuseros con mucha ilusión, talento y con intensa dedicación construyeron en pocos días aplicaciones para resolver retos específicos sobre sanidad y bienestar y contribuyeron con ellas a conseguir un mundo mejor y más sostenible.