Literalmente. La ropa inteligente lleva años desarrollándose para hacer nuestra vida más fácil, y cuidar de nuestra salud, especialmente.
Recientemente los ingenieros del MIT, Instituto Tecnológico de Massachusetts, han sido capaces de crear fibras inteligentes para conocer los movimientos de quien las lleva puestas. Prototipos de chaquetas, calcetines o guantes fabricados con una mezcla de fibras tradicionales y material electrónico táctil que es sensible a la presión y cuyo objetivo es analizar el estado físico de una persona, recomendarle una serie de ejercicios y comprobar si los realiza correctamente para evitar lesiones.
Otro ejemplo más cercano y que es más que un prototipo es la creación de las primeras espinilleras de carbono inteligentes y conectadas del mundo. En 2020, el Club Atlético Osasuna firmó un acuerdo con Telefónica y la startup HUMANoX, para desarrollar Cantera Salud (#canterasalud), una iniciativa dirigida a mejorar el rendimiento deportivo y la salud de los más de 18.000 niños de sus filiales y de todos los clubes vinculados al club navarro en toda la comunidad foral. Estos dispositivos, únicos en el mundo, están dotados de sensores inteligentes que ofrecen miles de datos, en tiempo real, sobre el estado de salud o rendimiento de cada jugador durante los entrenamientos o partidos oficiales, gracias a la conectividad móvil ofrecida por la operadora.
La tendencia
En 2020 también, la consultora especializada en el sector tecnológico y digital, Juniper Research tras analizar el mercado de los ‘wearables’ estableció, en un informe, la tendencia positiva que el mercado de la ropa inteligente vivirá en los próximos años. Según dicho estudio, este ámbito, que en 2020 generó 1.000 millones de dólares, alcanzará en 2025 los 11.000, un impulso que le vendrá dado por el sector del fitness.
A las pulseras que analizan la actividad y que tienen funciones de GPS se les han unido una gama cada vez más amplia de prendas. En la actualidad, la incorporación a los tejidos tradicionales de fibras ‘inteligentes’, ha generado grandes alianzas entre la industria textil y la tecnológica, como la alcanzada entre Levi´s y Google, para crear una chaqueta que controla un smartphone con los gestos del usuario.
Aplicaciones en el deporte
El desarrollo de este tipo de tecnología que se viste, también conocida como ‘wearable’, tiene mucho que ver con el desarrollo de las nuevas tecnologías y su aplicación al deporte de élite. El motivo reside en que este tipo de dispositivos conectados permiten monitorear los entrenamientos y fijar nuevos objetivos competitivos, generando un valor añadido, que es el de cuidar de la salud de los deportistas.
Uno de los grandes impulsores ha sido el deporte rey. En los campos de fútbol ya se ven chalecos de entrenamiento de gran ligereza con GPS incorporado. Estos recogen datos como la frecuencia cardíaca de cada jugador, aceleraciones, desaceleraciones, número de pases de balón, kilómetros recorridos, impactos corporales y desgaste, para analizar esa información y mejorar el rendimiento. Conocer el estado de salud de cada deportista determinará su capacidad de adaptación a actividades de alta intensidad.
Los mayores conectados
Pero no solo se circunscribe al ámbito del deporte. Esta tecnología ha dado ya un salto lógico hacia el sector de la salud. Por ejemplo, el pijama inteligente mide la frecuencia cardíaca y la capacidad respiratoria para vigilar, en especial, la salud de las personas mayores. Un ejemplo es ‘Phyjama’, una prenda sensorial que ayuda a pacientes con problemas de sueño ya que puede predecir la postura para dormir.
Existen otros modelos de ropa ponible que incorpora un localizador GPS que se activa cuando la persona se aleja de su domicilio, y también zapatillas capaces de estudiar datos biomecánicos, proporcionando información suficiente para ayudar a prevenir caídas. Algo que favorece el bienestar de las personas mayores.
Moda inteligente
Además de las pulseras de actividad y de los smartwatches que cada vez tienen más funciones, como el registro del número de pasos dados en un día, las calorías quemadas durante un entrenamiento o incluso pulsaciones en todo momento, existen otros gadgets como los anillos inteligentes que, al ser más pequeños y ligeros son una buena opción para quienes les gusta correr, ya que además incorporan tecnología NFC para realizar pagos, o controlar el smartphone al que van asociados. También hay tejidos capaces de detectar el calor y la humedad del cuerpo humano, que se activan para regular su temperatura
Mas cercanos ya a la moda existen interesantes ejemplos como el traje inteligente NFC de Samsung, que permite al usuario desbloquear su teléfono, intercambiar tarjetas de presentación digitalmente, y configurar los dispositivos en la oficina y en los modos de conducción.
¿Qué tecnologías utiliza?
Para todo ello, el uso de tecnologías como el IoT, Big Data y 5G son fundamentales. Por un lado, es necesaria la conectividad de las prendas o los gadgets para emitir los datos. Por otro, una red móvil de gran capacidad, cuya baja latencia permita la transmisión instantánea de toda la información, y por último, una tecnología capaz de analizar esa gran cantidad de datos.
Los servicios de salud, bienestar y deporte ya están viendo los beneficios de la analítica biométrica en tiempo real que proporciona la combinación del IoT, el 5G y el edge computing ya que ayuda a evitar incidentes y adelantarse a posibles necesidades médicas.
Aunque todavía existe un amplio margen de mejora y de creación de nuevos dispositivos, sin duda la ropa inteligente es el futuro de la salud y de la moda.