A día de hoy los astronautas siguen sufriendo las consecuencias de la falta de gravedad: debilidad de la musculatura, aumento del riesgo de tendinitis, el calentamiento de los fluidos corporales o el crecimiento de la densidad muscular, son algunos de los problemas más habituales. Por ello, las agencias espaciales de los distintos países no paran de diseñar robots espaciales para reducir los riesgos físicos a los astronautas y seguir descubriendo nuevos avances.
¿Qué son los robots espaciales?
Los robots espaciales, rovers o astros móviles son sistemas electrónicos diseñados específicamente para ayudar e incluso sustituir a los seres humanos en misiones espaciales. Se crean para que su forma física, su tamaño y los materiales con los que están hechos sean resistentes y puedan realizar todo tipo de tareas con alta precisión y flexibilidad, como por ejemplo desplazarse por terrenos complejos en condiciones extremas.
Por lo general, usan la inteligencia artificial, IA, para poder tomar decisiones basadas en la automatización. Gracias al uso de tecnologías de última generación pueden resolver imprevistos, tal y como lo haría un ser humano. Desde hace tiempo se han convertido en la mejor herramienta para obtener datos valiosos en tiempo real que permitan conocer las características de lo inexplorado, reportar hallazgos y evitar poner en riesgo las vidas de los astronautas. Estos exploradores permiten a la comunidad científica conocer nuevos datos sobre el universo y cómo se formó, y otras cuestiones como la existencia de agua en otros planetas.
Características de los robots espaciales
Los astros móviles están diseñados para soportar condiciones extremas fuera de la Tierra, por lo que comparten una serie de características. En primer lugar, sus componentes mecánicos y electrónicos se han fabricado para que puedan soportar la máxima presión dinámica y el estrés aerodinámico en los procesos de lanzamiento y aterrizaje espacial.
Además, los ingenieros especializados en robótica crean cada dispositivo teniendo en cuenta las condiciones y necesidades del proyecto espacial, según estén relacionadas por ejemplo con dificultades climatológicas, la falta de recursos energéticos o en función del tipo de investigación científica que vaya a realizar.
Una vez empiezan a trabajar en la misión espacial para la que han sido diseñados, estos robots pueden transmitir a la base científica todos los datos en tiempo real gracias a que incluyen un software formulado con IA. En el caso de los tipo rover, o vehículo de exploración, su composición física semejante a un vehículo todoterreno, les permite recorrer territorios de difícil acceso. Estos, además, destacan por su ligereza y el bajo consumo de energía.
¿Cuáles son los robots espaciales más habituales?
Los robots espaciales se pueden clasificar en diferentes formas. Estos son algunos de los más habituales:
- Robots humanoides de apoyo. Estos suelen estar formados por un brazo manipulador eléctrico capaz de ejecutar las tareas rutinarias de un astronauta. La Agencia Espacial de Canadá diseñó el primer robot humanoide de apoyo, al que denominaron Canadarm. Este brazo manipulador fue utilizado para un transbordo espacial en el año 2011, y colaboró en diversas actividades de mantenimiento, reparación y ensamblaje de la misión. En ese mismo año, 2011, la NASA también creó su primer robot humanoide, el Robonaut 2. Este androide formaba parte de un amplio proyecto de investigación, en el que el robot aprendía procedimientos médicos básicos, para aplicarlos en futuras misiones espaciales.
- Rovers planetarios. Diseñados para moverse sobre superficies espaciales de difícil acceso para el ser humano, gracias a su autonomía, permiten estudiar diferentes tipos de rocas, productos químicos y ambientes. Sojourner fue el primer rover de la historia creado por los científicos de la NASA, y en 1997 viajó por primera vez a Marte. Seguidamente, llegaron los modelos Spirit and Opportunity, Curiosity y Perserverance.
- Robots internos. Se utilizan para automatizar los experimentos e investigaciones dentro de una estación espacial. CIMON ha sido el primer robot interno con inteligencia artificial en viajar al espacio. Fue enviado por SpaceX a la Estación Espacial Internacional, con el objetivo de prestar asistencia, desarrollo y respuestas a los astronautas.
¿Sustituirán por completo los astros móviles espaciales a los astronautas?
De media, las misiones con tripulación a bordo pueden llegar a costar más de 430 millones de dólares al año, tal y como estima la startup Gitai Inc. Este proceso es muy costoso, por ello, los robots automatizados pueden ser una gran solución para abaratar costes y sustituir a los astronautas. Hoy en día, la NASA está abriendo sus áreas de negociación con empresas privadas como SpaceX, con el objetivo de conseguir avances tecnológicos a un menor coste.
Además, los astros móviles espaciales reutilizables, no solo ahorrarían los costes de mantenimiento, sino que harían ciertas actividades con mayor efectividad que el ser humano. Estos elementos son menos contaminantes y eliminan el gasto de carburantes, agua, oxígeno, y demás elementos imprescindibles para la vida del ser humano en el espacio.
Todavía quedan algunos detalles por mejorar dentro de esta idea, por ejemplo, la distancia, ya que controlar desde la Tierra a un robot que está en otro planeta no es una tarea sencilla, teniendo en cuenta el retardo de tiempo que suponen las distancias tan largas, por eso, hasta la fecha, solo se utilizan a través de estrategias colaborativas con el ser humano. Un ejemplo destacado es Artemis, un programa de la NASA que en 2024 pretende enviar de nuevo astronautas a la Luna con la ayuda de rovers planetarios.