La progresiva implantación de robots en las empresas no tienen como único fin el reducir los costes de producción para así maximizar los beneficios producidos. Y, aunque este sea un factor clave para la robotización del staff empresarial, sólo el 5% de las compañías que han implementado algún tipo de Robotic Process Automation (RPA) lo ha hecho únicamente para reducir costes, según datos de Deloitte, una de las compañías auditoras más importantes del mundo.
La automatización robótica de procesos (RPA) en el sector empresarial
Este mismo informe publicado por Deloitte en su página web oficial asegura que el 93 % de las empresas que han implementado algún tipo de RPA en su proceso de producción ha mejorado el compliance empresarial, es decir, la implementación de políticas internas para garantizar el desarrollo de la actividad de acuerdo a la legislación vigente.
Asimismo, la encuesta de Deloitte concluye con datos reveladores del panorama actual de la robótica en empresas: el 81% de las empresas consultadas asegura haber reducido costes, el 77% asegura que la tecnología, en general, les asegura una gestión de la información más adecuada y, por último, que el 67% de las organizaciones ya han comenzado a implementar estrategias RPA, lo que supone un crecimiento interanual del 18%. Un crecimiento que no cesará en los próximos años, dada la tendencia observada a lo largo de los últimos periodos. Por ejemplo, en 2017 el 72% de las empresas era favorable a las estrategias RPA. Ahora, ha superado el 80%.
Las estrategias RPA son, en definitiva, aplicaciones que ayudan a automatizar algunos procesos que, por el contrario, tendrían que ser aplicados de manera manual. Por ejemplo, operaciones en compras, comunicación con los proveedores, pago de facturas programadas, atención al cliente como chats con bots, etc. Hay que diferenciar, sin embargo, la estrategia RPA de los robots autómatas que, a través de la inteligencia artificial, son capaces de llevar a cabo, por sí mismo, tareas más complejas.
Robots que ya están ocupando puestos de trabajo en la actualidad
En Amazon llevan tiempo usando robots en sus almacenes, más concretamente unos dispositivos inteligentes llamados Kiva, encargados de localizar los pedidos y colocarlos en los contenedores apropiados y previos a su entrega domiciliaria. Por lo tanto, los robots van a tener un lugar privilegiado en el departamento de logística.
El sector sanitario también se está beneficiando ya de la robótica y de las conexiones 5G, que permiten una mínima latencia de conexión: es decir, una persona puede operar a otra a distancia y el tiempo de respuesta del robot en relación con los movimientos del profesional va a ser mínimo. Actualmente, contamos por ejemplo con el robot DaVinci, una plataforma que ofrece una cirugía mínimamente invasiva al paciente, lo que reduce al mínimo las complicaciones posoperatorias que se le pueden presentar al enfermo.
Otro sector importante es el educativo. Los robots tienen, en la actualidad, cada vez mayor presencia en las aulas de los colegios. Es lo que se conoce como ‘gamificación de la educación’ (de gaming, en español ‘juegos’): el niño utiliza robots para asimilar la información de la materia de un modo más divertido, inmersivo y ameno. Además, cuenta entre sus beneficios potenciar el pensamiento lógico, la creatividad y la imaginación.
Esto es solo el comienzo, o eso lo asegura un estudio del Foro Económico Mundial (WEF) de 2020: según sus cálculos, para 2025 la tasa de automatización en las empresas alcanzará el 47%, es decir, las tareas de las que nos ocuparemos nosotros se situará en el 53% restante. En definitiva: en un futuro muy cercano se equilibrarán las tareas realizadas por robots y por el staff humano de la empresa. Y esto produce incertidumbre entre la clase trabajadora. ¿Seguirá reduciéndose el factor humano en la empresa?
Un futuro lleno de máquinas
¿Los robots nos quitan el trabajo? Esta es, sin duda, una de las preguntas que más inquietan a la clase trabajadora, en especial a los jóvenes que se incorporarán al mundo laboral en los próximos años. Y ya advertimos que la pregunta no tiene fácil respuesta, porque podemos encontrar estudios que las abarcan todas.
Un informe elaborado en 2019 por Eric Dahlin, profesor de sociología de la Brigham Young University, titulado ‘Are Robots Stealing Our Jobs’? reflexiona acerca de esta problemática y de lo complejo de llegar a una única conclusión. Por ejemplo: existe una tesis elaborada por Acemoglu y Restrepo, (2017) dos economistas que aseguran que la desigualdad laboral va a ir a más con la proliferación de los robots.
Sin embargo, esta tesis viene refutada por otra elaborada por Autor y Salomons en 2018, que asegura que los robots han tenido un efecto positivo en 18 países de la OCDE: las máquinas no sustituían el factor humano, sino que lo complementaba y proporcionaba un valor añadido. Y luego están los que se quedan en tierra de nadie,, como así lo asegura un estudio llevado a cabo en siete países europeos en 2012, en los que no se halló una relación directa entre el uso de robots en las empresas y el trabajo humano en las mismas.
El proceso de digitalización empresarial es inevitable. La situación pandémica no ha hecho más que acelerar un proceso que iba a tener lugar irremediablemente en un futuro más o menos cercano. Las conclusiones del trabajo de Dahlin, sin embargo, invitan al optimismo: el profesor asegura que el debate es exagerado. El sociólogo no ha encontrado motivos para la alarma: los robots no están robando puestos de trabajo en ningún tipo de ocupación de las examinadas en su ensayo.