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Realidad virtual versus realidad

En nuestros tiempos actuales, un nuevo mundo nos conquistó, el avance tecnológico cada vez más copó nuestra manera de vivir, la tecnología fue la protagonista en nuestras elecciones diarias, sea lo que fuera que tengamos que hacer, siempre fue la inmediatez, la estrella de nuestras elecciones, tomando un papel protagónico en ámbitos educativos, en nuestras compras virtuales, pagos electrónicos, home office; reuniones virtuales en familia, entre amigos y también con equipos laborales.

realidad virtual versus realidad

Graciela Ares

La realidad virtual avanza cada día más, constantemente nos sumergimos en ella, ya sea para una mayor interpretación en algunos campos y contenidos de estudio, observando todas sus dimensiones, y siendo nosotros mismos parte de ella. Esta realidad que deseamos observar también sucede cuando ansiamos “pertenecer”, en diferentes grupos sociales. Cada vez más en el aquí y ahora, con la tecnología que ofrece cada vez más herramientas para que esto suceda. Con ella ya podemos cumplir ¿Encuentra nuestro cerebro alguna diferencia en la forma en que percibimos la realidad misma de la realidad virtual? con todas las necesidades de querer estar en todos lados a la vez. Con la inmediatez de la tecnología nos hemos sumergido de lleno, incorporando esta elección como única opción.

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La tecnología fue adelantando y fue conquistando más campos, cada vez más rápido, y así captó nuestra atención, despertando nuestro “asombro” el cual es uno de los estados emocionales en donde nuestro cerebro se siente más pleno y nos da sensación placentera, generando aquellas hormonas de la felicidad.

La realidad virtual desde la medicina, ingeniería, arquitectura ya es utilizada en muchas opciones para la ejecución de herramientas informáticas, por ejemplo, en aquellos casos donde es necesaria la interpretación de planos en ámbito de construcción, estudios y prácticas médicas ya han adquirido mayor volumen en optar por el avance en la tecnología.

Por otro lado, la interacción grupal en el uso de juegos virtuales donde todas las edades han sido conquistadas con el furor de la “Pertenencia” y lo “Instantáneo”. Es ahí en donde nuestro cerebro ha sido conquistado. También en el ámbito recreativo abarcó un gran auge innovador con las películas 3D y 4D donde nos sumergimos, siendo parte de ese mundo interpretativo mientras dura la filmación, y donde se ponen de manifiesto todos nuestros sentidos. Este es el caso donde se empieza a ver un fino hilo imaginario, que nos separa de ambas realidades y las que no son diferenciadas por nuestro cerebro. Entramos en el mundo virtual y salimos de él en forma permanente y sentimos la necesidad de ingresar constantemente en este mundo ficticio. Según Mariano Sigman, referente internacional en Neurociencias, en toma de decisiones , educación y comunicación humana, donde relaciona los comportamientos del hombre con los avances Científicos en Neurociencia, nos hace entender el funcionamiento de nuestra mente, el autor entabla la relación entre la mentira y la realidad de las cosas haciendo estas preguntas: ¿Por qué las noticias falsas se difunden más rápido , más lejos, más ampliamente que las reales?, es decir, somos propensos a dar parte de lo falso que lo cierto. ¿Por qué lo hacemos? Sucede que lo falso, no queda atrapado por los límites que le impone la “Realidad” y en esa circunstancia de ser “Ficticia”, se puede exagerar las dimensiones del discurso, como por ejemplo alimentar un estado emocional , y estas son las más atractivas para nuestro cerebro.

Estos artilugios no son exclusivos de las noticias falsas solamente, lo son en toda la ficción en la que nos sumergimos y habitamos. El aumento del ritmo cardíaco de quien camina al filo de un precipicio en un juego de realidad virtual, es indistinguible del que se experimenta en la vida real. Y es así como confunde nuestro cuerpo, lo cierto de lo falso, y, la realidad de la ficción.

A veces estamos tan sumidos en una experiencia virtual que casi olvidamos su carácter irreal. Desde este punto de vista enfocaré mi mirada a ese “Riesgo Interpretativo”, que percibe nuestro cerebro, y su reflejo paralelo con nuestros sentidos, sin olvidar todas aquellas funciones celulares que reflejan esas amenazas emocionales en nuestro cuerpo, sin poderlos diferenciarlos, confundiendo a nuestro cerebro, sin poder identificar si se trata de un mundo u otro, desestabilizando nuestro funcionamiento interno y por ende a nuestro sistema de autorregulación y autoinmune para afrontar desafíos intensos. Primeramente deberíamos controlar la percepción de la realidad misma, si no entendemos la realidad con la que experimentamos e interactuamos a diario, ¿Podremos tomar conciencia y entender un poco más cómo funciona nuestros sentidos de percepción y lo que conlleva a nuestra experiencia misma?. ¿Qué es lo que nos lleva a olvidar que el mundo virtual es apenas un invento? Se ha descubierto científicamente y según Mavi Sanchez Vives, doctora en neurociencias y profesora de investigación ICREA en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en la Universidad de Barcelona, en su laboratorio de realidad virtual, que lo que produce la presencia no es la sensación de “estar ahí”, sino la de “hacer ahí”. Esta experiencia humana necesita del concepto paralelo de “ser ahí “.Este concepto abstracto aparece frecuentemente en nuestra vida, desde los juegos infantiles hasta los sueños. Así entenderemos por que la ficción, no precisa crear un mundo parecido al lugar donde vivimos. El palo de escoba convertido en caballo, en el juego de un niño, es solo una de las tantas fabulaciones que abundan en la niñez. La línea que separa el juego de la ficción es muy fina. Según Mariano Sigman en su libro : “El Poder de las Palabras”, expresa que nuestra condición anfibia para alternar ficción y realidad tiene su origen en un principio fundamental: la propensión a buscar explicaciones para lo desconocido. Veámoslos en ejemplos , desde conceptos abstractos hasta lo que nos define como seres sociales y emocionales.

Un ejemplo que puede darse es cuando tenemos en cuenta estereotipos, que tomamos como reales cuando tendemos a generalizar y construir reglas a partir de pocos datos, hay dos principales fuentes de sesgos y prejuicios, forman parte del sistema de intuiciones, que muchas veces nos lleva a tomar decisiones equivocadas y en las que confiamos ciegamente . Identificar reglas a partir de muy pocos datos en una proeza extraordinaria, a tal punto, que sigue siendo imposible emular la cognición humana, en máquinas y computadoras, aún en pleno auge de la inteligencia artificial. Esta forma en la que pensamos y cómo funciona nuestro cerebro, es una forma de teñir la realidad de ficción . Este rasgo tan particular del pensamiento humano resalta tres ideas : Primeramente hago mención a la Limitación que tenemos , ya que solo tenemos acceso a vistas muy parciales de las cosas que nos incumben, en todos los órdenes de la vida , en función a nuestros conceptos de objetos, ideas y personas.

La segunda es una virtud que posee nuestro cerebro , el que es rápido y eficiente para extraer reglas posibles a partir de datos limitados, cabe aclarar que limitados, lo digo, ya que nuestro cerebro funcionalmente hablando, ejecuta primero el cerebro reptiliano, es puramente emocional, ante una decisión que también debe ser considerada racional, este último siempre es más lento, por eso, lo inmediato es la elección primaria de nuestro cerebro, y de esta forma, nos ayuda a funcionar sin extraviarnos en mundos nuevos y desconocidos.

El cerebro es una máquina de elaborar conjeturas , acierta casi siempre por su velocidad de extraer conclusiones, pero cada tanto nos lleva a fallos estrepitosos. La tercera es una Ilusión, no reconocer que, el cerebro nos lleva a olvidar que hay una porción enorme del universo que no observamos. Nuestra visión es inevitablemente parcial, pero solemos sentir y actuar en la mayoría de las veces como si no lo fuese.

Resumiendo, uno de los errores más frecuentes del pensamiento resulta de olvidar que nuestras consideraciones siempre parten de una visión parcial, que afectan nuestra forma de razonar, en nuestra apreciaciones de la vida, en lo cotidiano, en las creencias que adoptamos, producto de nuestra experiencia, nuestras creencias, y relaciones vinculares que nos marcan con fuego lo que heredamos, y de ellas extraemos nuestro pensar y de las que devienen nuestras acciones. Teniendo en cuenta que nuestros ojos, por dar un ejemplo, también son limitados ya que solo captan la luz visible y hay muchas ondas y franjas de luz que no llegamos a ver a “simple vista”.

Finalizando este análisis, solo pongo de manifiesto esa duda, que me nace al pensar, si lo que separa esta fina línea donde la realidad misma y que interpretamos a diario, pensando que es pura verdad, moviéndonos en ella seguros, sin darnos cuenta que cada uno de nosotros, somos seres interpretativos, creemos o consideramos algo según nuestra mirada. ¿Tendrá esta realidad , la misma máscara que utilizamos para sumergirnos en la realidad virtual?. Ahí nos movemos tan seguros, pensando que eso que vemos y donde nos sumergimos es pura realidad. Si nuestro cerebro no puede delimitar esa diferencia, tanto en la realidad como en la ficción, y reacciona generando las mismas emociones, generando las mismas hormonas en ambas realidades, que considera necesario para afrontar cualquier tipo de desafíos, como ejemplo la adrenalina en casos de estrés, o Serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina en casos de felicidad.

¿Crees que tu interpretación actual de la “realidad misma”, también pueda ser un imaginario o ilusión, y estamos inmersos en una nueva Realidad virtual?

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