¿Qué es la Web 3.0 y cuáles son sus características?

Internet también evoluciona para mejorar los servicios que puede ofrecer a los usuarios. Todavía inmersos en la web 2.0, el siguiente nivel ya está aquí. Se trata de la web 3.0 y ha llegado para hacer realidad todo lo que está por venir. Un presente en el que los datos cobran mayor protagonismo y los usuarios son el epicentro de esta revolución.

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La Web 3.0, o Web3, ya está en marcha y se sitúa a varios pasos por delante de su antecesora, la web 2.0, en cuanto a las posibilidades que empresas y organizaciones pueden ofrecer: mejores servicios y aplicaciones a través de internet.  Aunque la web 3.0 todavía está en proceso de desarrollo e implementación, puede decirse que esta tercera generación se caracteriza por ser inteligente, es decir, por hacer uso de los datos.  

¿Qué objetivo tiene la utilización de los datos en la web 3.0? La posibilidad de personalizar la experiencia de los servicios y aplicaciones, y adaptarla a las necesidades de cada usuario. En la era del dato, los entornos web trabajan por adaptarse a esta nueva realidad. Este avance supone una mejoría para los usuarios ya que aprovecha la cada vez mayor importancia que tienen en la actualidad los datos. El resultado es un manejo de forma más optimizada la información y una experiencia de usurario más eficiente. 

¿Cómo funciona la web 3.0? 

Esta tercera generación permite que las aplicaciones web se conecten entre sí para personalizando la navegación de cada persona. El desarrollo de tecnologías como Big Data, Inteligencia Artificial y Blockchain está favoreciendo el impulso de esta evolución de la web, y están perfilando realmente qué es.  A través del uso y aplicación del almacenamiento y análisis de datos, y sobre todo el aprendizaje automático, se puede crear ese perfil único de cada usuario que mejore la experiencia de navegación. 

Mientras, el Blockchain busca favorecer la descentralización de la red para cambiar la relación que establecen los usuarios con grandes empresas e instituciones, e incluso las relaciones con otros usuarios, para depositar la confianza de las relaciones en la tecnología de bloques, y la seguridad que ésta ofrece. Es decir, la tecnología aportará fiabilidad para que sean los propios usuarios y creadores de contenidos los que controlen mejor sus aportaciones o las preferencias que tienen a la hora de navegar, en lugar de dejarlo en manos de grandes empresas tecnológicas.  

Es decir, la Web3 es más autónoma y fiable ya que los datos ya no dependerán de esas grandes empresas o instituciones y si de cada persona.  

Beneficios de la tercera generación web 

Junto a una mayor personalización, otra de las grandes ventajas que promete la web3 es la democratización de la red de redes, que pasa a llamarse también “web semántica”, y es porque utiliza el análisis de datos y el aprendizaje automático de la IA, con la llamada “Data Web”.  ¿Qué se consigue con ello? Que las búsquedas no se ordenen solo por palabras clave, y que los usuarios y creadores de contenido tengan el control de sus datos gracias a esa descentralización que aporta blockchain.  

Como ya se ha mencionado antes, el control del dato ya no está en manos de las grandes corporaciones, está en manos de los usuarios. Esta descentralización permite eliminar grandes peligros como la censura o la modificación de esa información, y las relaciones entre personas podrán ser directas, sin necesidad de intermediarios.   

Y aunque pueda parecer lo contrario, esta característica ayudará a las empresas a entender mejor las necesidades de los usuarios, para ofrecer mejores servicios, más adaptados a las necesidades de cada persona e incluso favorecerá el desarrollo de nuevos productos. 

La evolución es el 3.0  

La Web 3.0 no es tan novedosa como pueda parecer. Fue en 2006 cuando surge por primera vez este concepto de la mano del diseñador y autor Jeffrey Zeldman, y lo hace como crítica de la web 2.0.  Hay que tener en cuenta que el primer sitio web apareció en 1990 (y aún se puede visitar en http://info.cern.ch/). En ese momento el mundo dio un primer paso hacia un cambio global, y aunque daba comienzo una nueva era, estos primeros sitios web eran muy primitivos y estáticos. La web 1.0 ofrecía una comunicación unidireccional, donde el usuario solo podía acceder a una web de diseño básico a través de internet y recibir información, con mínimas interacciones.  

Con el tiempo llegó la web 2.0. o web colaborativa. En el nuevo siglo irrumpió una mejora en el concepto de Web: el usuario ganaba protagonismo y las personas se conectan a otras personas y a las marcas. Esta nueva generación promovía la colaboración, la creación de contenidos y la posibilidad de compartir información. El desarrollo de las redes sociales, la creación de blogs, videoblogs, podcast, las plataformas de mensajería instantáneas o todos los contenidos online de carácter cultural, educativo y sanitario.  

Todo esto ha facilitado el crecimiento del comercio online y de servicios digitales como la teleasistencia, la telemedicina o la educación virtual.  

Ahora la tecnología abre la puerta a lograr que la red sea neutral, que se eliminen la censura y la manipulación de la información, y que sea capaz de garantizar la libertad de expresión y la privacidad. El acceso a cualquier sitio web y a una información transparente debe ser un derecho para todas las personas. 

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