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Brecha digital: qué es

Cerca del 37% de la población mundial, jamás ha utilizado Internet, en lo que se conoce como brecha digital, un desequilibrio que se va reduciendo y que atiende a diferentes factores.

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- Actualizado

Desde nuestra casa o trabajo, siempre conectados, nos cuesta ser conscientes de que esa ventaja no es accesible para todo el mundo, sino todo lo contrario.

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Existen muchas definiciones sobre qué es la brecha digital, pero de ellas elegimos una por su precisión y concisión. Se trata de un término que se refiere a la desigual capacidad para acceder y utilizar las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). 

La propia Organización de las Naciones Unidas señala que el acceso a internet es un derecho universal como clave del desarrollo. 

Motivos múltiples

Los motivos que provocan esa brecha digital son múltiples. Entre ellos, destacan la cuestión geográfica, el género, la edad, la situación socio-económica o motivos culturales. De todos, el obstáculo más determinante para poder disponer de Internet y de las TIC es el lugar donde se vive. No es lo mismo intentar conectarse en Europa que en África

Ese 37 % de la población mundial sin acceso a internet, supone que 2.900 millones de personas jamás lo han utilizado, según los últimos datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el organismo especializado de las Naciones Unidas para las tecnologías de la información y la comunicación. 

Disminución de la brecha digital

En su informe “Measuring digital development. Facts and figures 2021”, no obstante, la UIT señala que esta brecha digital se va acortando, ya que se aprecia un claro incremento en el uso de Internet a escala mundial, que se concreta en un aumento del número estimado de usuarios, que pasó de 4.100 millones en 2019 a 4.900 millones en 2021, en gran parte debido a la pandemia de la COVID-19, que obligó a una mayor interconexión. 

La desigualdad geográfica en el acceso a Internet y las TIC (brecha digital) es evidente, entre países ricos y pobres. De los 2.900 millones de personas que siguen careciendo de conexión, el 96% vive en países en desarrollo.  

Además, hay que precisar, según la UIT, que entre los 4.900 millones de «usuarios de Internet» contabilizados, muchos cientos de millones solo pueden conectarse con escasa frecuencia, a través de dispositivos compartidos, o unas velocidades que limitan notablemente la utilidad de dichas conexiones.  

Datos en países menos desarrollados 

No obstante, los países menos desarrollados se van uniendo a la conexión global. Así, el crecimiento antes mencionado en los dos últimos años, desde 2019, fue impulsado en gran medida por los países en desarrollo, donde la tasa de penetración de Internet creció en más de un 13%, se añade en el informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).  

En los 46 países menos adelantados (PMA), según la terminología de las Naciones Unidas, el aumento medio superó el 20%. 

La brecha existente entre los países africanos y Estados Unidos, líder en conexión a Internet, y Europa, segunda, es de más del doble, según Internet World Stats, en cuyo último informe se indica que el ratio de penetración en el continente africano es del 43,1 % frente al 93,4 estadounidense, y el 88,4 europeo. 

Las otras brechas digitales

No sólo el país o continente en el que se reside denota las opciones que existen para evitar esa brecha digital, sino que hay otros factores, como pueden ser el género, la edad, el económico, el entorno urbano o rural, incluso los motivos culturales. 

En cuanto a la brecha digital de género los datos han cambiado mucho en los últimos años, en especial en el mundo occidental, ya que en los países subdesarrollados, las diferencias son todavía muy amplias.  

Sí, a nivel mundial, en promedio, el 62% de los hombres utiliza Internet, frente al 57% de las mujeres, estas cifras cambian mucho dependiendo de dónde se resida.   

Bien es verdad, que la brecha digital de género se ha reducido en todas las regiones del mundo. De hecho, se puede dar casi por eliminada en los países desarrollados, donde el 89 % de los hombres disfruta de conexión, por un 88 % de las mujeres. 

Datos en España de la brecha digital por género

En España, en el informe  «Mujeres y digitalización: de las brechas digitales a los algoritmos”, elaborado por el Instituto de la Mujer, en colaboración con el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), se destaca que esta brecha digital se ha reducido progresivamente en nuestro país.  

Así pasó de 8,1 a 1 punto, aunque las mujeres mantienen una posición desfavorable en competencias digitales y usos de Internet

En cuanto a competencias avanzadas, como programación, la brecha en España es de 6,8 puntos, siendo la media de la UE de 8 puntos, mientras que el porcentaje de investigadoras en el sector de servicios TIC se reduce al 23,4 %. 

Respecto al porcentaje de graduados/as en STEM, España se sitúa en la posición 12 dentro de la UE, con una diferencia entre sexos de 17 puntos. 

Datos muy diferentes a lo que ocurre en los países menos desarrollados, donde el acceso a Internet tiene una diferencia de 12 puntos porcentuales, un 31 % de los hombres frente a un 19% de los mujeres.  

Por continentes, vuelve a destacar en el sentido negativo África, donde el 35% de los hombres dispone de cobertura frente al 24% de las mujeres. Otro ejemplo es el de los Estados Árabes, con más posibilidades de acceso a las TIC, pero dónde se unen motivos culturales, para mostrar una clara diferencia por sexos (68% de los hombres frente al 56% de las mujeres). 

La edad y la brecha generacional

Otro ingrediente que se une a los condicionamientos para acceder a las nuevas tecnologías es la edad. En el informe de la UIT, se refleja que esta brecha supone que el 71% de la población mundial de entre 15 y 24 años utiliza Internet, frente al 57% de los demás grupos de edad. 

Una diferencia generacional que está patente en todas las regiones del mundo, siendo más pronunciada en los países menos adelantados (PMA), donde el 34% de los jóvenes goza de conexión, frente a tan solo el 22% del resto de la población

Si bien son cifras que muestran un claro desequilibrio, entre las conclusiones positivas que señala la Unión Internacional de Telecomunicaciones está el hecho de que en los países PMA, la mitad de la población que se conecta tiene menos de 20 años, lo que sugiere que la tasa de conexión de los mercados de trabajo locales irá aumentando progresivamente, al tiempo que estos van adquiriendo conocimientos en tecnología con la incorporación de más gente joven a la población activa. 

En España, poco a poco los mayores se han ido incorporando a Internet, en gran parte en los últimos años la pandemia ha dado un empujón para ello. Así, en el el Barómetro de Mayores de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), correspondiente al año 2021, se destaca que el porcentaje de usuarios de internet entre las personas mayores de 65 años sigue aumentando, cuya jornada se celebra el 1 de octubre, el Día Internacional de las Personas de Edad

De hecho, ya llega a seis de cada diez (59,5%) mientras que en 2019 no llegaban a la mitad (46,8%) y en 2017 eran el 32,7%. 

Diferencias entre lo rural y lo urbano

Otro condicionante en el acceso a Internet y las TIC es el medio rural o urbano en el que se reside, aunque si bien en los últimos años se trata de una brecha que se ha reducido en los países desarrollados, gracias en parte al 5G

No obstante, a nivel mundial, los habitantes de las zonas urbanas tienen el doble de probabilidades de utilizar Internet que los de las zonas rurales, como se demuestra que 76% de la población urbana tiene acceso frente al 39% del medio rural (datos UIT). 

Bien es cierto que casi no existe diferencia en términos de utilización de Internet entre las zonas urbanas y rurales a nivel mundial, en los países desarrollados, un 89% de la población urbana ha utilizado Internet en los últimos tres meses, frente al 85% de la población rural. 

Esos datos contrastan con los de los países en desarrollo, donde los habitantes de las zonas urbanas tienen el doble de probabilidades de utilizar Internet que los de las zonas rurales (72% frente al 34%). 

En este sentido, destaca la iniciativa tomada por Telefónica con su “Manifiesto Rural” para contribuir con el cierre de la brecha digital en las zonas rurales de Latinoamérica. Se trata de un proyecto que necesita de soluciones novedosas y que gira en torno a tres ejes como son ”innovación, cooperación y sostenibilidad”. 

La brecha digital es cuestión económica

El último de los motivos principales por los que existe la brecha digital es el económico, es decir, la falta de recursos para poder acceder a una conexión o de disponer del material necesario para ello. 

Para ilustrar este apartado, volvemos a utilizar los datos del UIT, organismo que destaca que existe “una brecha flagrante entre la disponibilidad de las redes digitales y la tasa de conexión real”. Es decir, aunque, en teoría, el 95% de la población mundial podría acceder a una red de banda ancha móvil 3G o 4G, miles de millones de personas siguen sin conectarse

Un hecho que se debe a que la asequibilidad de los dispositivos y servicios sigue constituyendo un obstáculo importante. 

Desde la Unión Internacional de Telecomunicaciones, se recuerda que el objetivo ampliamente aceptado para una conectividad de banda ancha asequible en los países en desarrollo establece el coste de un paquete de banda ancha móvil de nivel básico en el 2% de la renta nacional bruta (RNB) per cápita.  

No obstante, en algunas de las naciones más pobres del mundo, el precio de la conexión a Internet puede ascender al 20%, o incluso más, de la RNB per cápita. 

Poco a poco la brecha digital disminuye, en especial, en los países desarrollados, pero todavía queda mucho por hacer en el resto de regiones del mundo. Una cruzada en la que instituciones públicas y empresas privadas deben colaborar, como única forma de que algún día todos tengamos las mismas oportunidades en un mundo completamente digitalizado, que no es otra cosa que el futuro de todos. 

Brecha digital: posicionamiento de Telefónica

Pese a que la brecha digital se ha percibido tradicionalmente como un mero problema de acceso, lo cierto es que el mapa mundial de conectividad muestra un gran avance tanto en las redes físicas como en las móviles.

Sin embargo, pese a que el 95% de la población mundial ya dispone de acceso a redes de banda ancha móvil, todavía existe un 38% de quienes disponen de la citada cobertura que no hacen uso de ellas.

Para avanzar en la resolución de este problema, conocido como brecha de uso, hay cuatro factores clave: adquirir competencias digitales, hacer que los dispositivos y servicios sean asequibles, promocionar la confianza digital y disponer tanto de contenidos relevantes como de servicios accesibles.

Si quieres profundizar más, no te pierdas el posicionamiento de Telefónica sobre brecha digital.

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