La realidad es que la entrevista de trabajo se convierte en un filtro crucial donde no solo se evalúa si cumples con el perfil que buscan, sino también si tienes la proactividad necesaria, si tus ganas de trabajar te preceden, y, sobre todo, si la impresión que causas es brillante.
En una entrevista, no solo te enfrentas a preguntas técnicas o formales; también estás lidiando con un componente humano que es, en gran parte, subjetivo. Por mucho que las personas que te entrevisten intenten ser objetivas, siempre hay un margen de percepción personal que puede influir en la decisión final. Desde cómo te expresas hasta la energía que transmites, cada detalle cuenta. Y es que, al final, una entrevista no es solo un examen de conocimientos, sino una oportunidad para mostrar quién eres realmente y qué puedes aportar a la empresa, más allá de lo que aparece en tu currículum.
Por eso, prepararse adecuadamente es fundamental para poder afrontar este proceso con confianza y seguridad. Aquí te dejo algunos consejos que considero esenciales para ayudarte a navegar este momento crucial con éxito. ¡Vamos allá!
Antes de la entrevista
Siempre es una buena idea llevar una copia impresa de tu currículum, aunque ya lo hayas enviado antes. Repásalo bien para que puedas responder con seguridad a cualquier pregunta que te hagan sobre su contenido.
Es fundamental que tengas claro el puesto al que aspiras y recopiles toda la información posible: cuáles son las funciones, las condiciones, etc. De esta manera, podrás preparar algunas preguntas para el final de la entrevista y demostrar tu interés por formar parte de la empresa.
Piensa en cuáles son tus puntos fuertes y débiles en relación con el puesto. Esto te ayudará a destacar tus mejores cualidades y a estar preparado para posibles preguntas difíciles como, por ejemplo: ¿por qué crees que tú eres la persona adecuada para este puesto y no otra? o ¿Cuáles son tus puntos débiles? (Recuerda que cuando nombres tus «puntos débiles» puedes sustituirlos y nombrarlos como «los puntos con recorrido de mejora»
- Investiga sobre la empresa. Busca información en Internet o en fuentes confiables y prepárate para responder a preguntas como: “¿Por qué te interesa nuestra compañía?” o “¿Qué podrías aportar a nuestra organización?”. Es importante que muestres interés por la empresa, sus objetivos y su filosofía de trabajo.
- Recuerda que la primera impresión es clave, y no tendrás una segunda oportunidad para causar una buena impresión. Por eso, es importante que cuides los siguientes aspectos:
- Elige un vestuario adecuado para el puesto al que aspiras. Si es un puesto directivo, lo mejor es optar por algo formal, como un traje o americana. Si el puesto es menos formal, puedes elegir ropa más casual, pero siempre apropiada.
- Evita los colores llamativos, los estampados estridentes y las camisetas con mensajes. Los colores lisos y discretos son la mejor opción.
Durante la entrevista
- Saluda con energía y ofrece la mano para dar un buen apretón. No pasa nada si no te la tienden primero; tomar la iniciativa siempre está bien.
- Mantén el contacto visual y muestra tu mejor sonrisa.
- Saca un cuaderno y pregunta si puedes tomar algunas notas durante la entrevista. Siempre es útil y demuestra tu interés.
- Cuando te hagan preguntas, piensa antes de responder y hazlo de manera directa. Evita los rodeos que puedan confundir tanto a ti como a la persona que te entrevista.
- No interrumpas ni pongas caras raras. Y por supuesto, nunca mientas ni critiques a antiguos compañeros o empresas.
- Responde sinceramente a todas las preguntas y evita ser negativo. Por ejemplo, en lugar de decir “No sé manejar Word…”, es mejor decir “Estoy reciclando mis conocimientos de Word en la actualidad”.
- La postura es muy importante. Siéntate cómodo, pero sin descuidarla.
- Pídele el contacto a la persona que te ha hecho la entrevista (ya sea su correo electrónico, por LinkedIn o algún teléfono donde puedas llamar), para que puedas seguir en contacto con ella.
- Antes de irte, intenta hacer alguna pregunta sobre el trabajo o la empresa, tal como te mencioné antes. Esto demuestra tu interés y proactividad.
Después de la entrevista
Si tienes el contacto de la persona que te entrevistó, es recomendable enviarle un email para agradecerle su tiempo y hacerle saber que quedas a la espera de sus noticias. Si después de 15 días no has recibido respuesta, puedes llamar o enviar otro email para mostrar tu interés por el proceso de selección. Eso sí, sin ser insistente.
Espero que estos consejos te den la oportunidad de ir más relajado y afrontar la entrevista con la seguridad adecuada. ¡Suerte y a por ellos!