El papel en blanco, el gran fantasma de todo escritor y al que se enfrentan las compañías por estas fechas cuando preparan su Informe Anual de Responsabilidad Corporativa (RC) o Sostenibilidad correspondiente a 2010.
Cada año, a la hora de elaborar el Informe surgen las mismas preguntas: ¿Cómo podemos ofrecer información global comparable entre empresas de nuestro mismo sector? ¿Cómo conseguir que trate también temas fundamentales para otras industrias? ¿Debe el contenido incluir temas locales relevantes? Esta especie de encrucijada no es sólo teórica porque hacer un Informe (en el caso de Telefónica, uno Corporativo y 17 locales) supone tiempo y dinero.Vayamos por partes:
1. Para poder reportar información relevante para los grupos de interés a nivel global (el cambio climático le interesa tanto a una ONG de Bruselas como a una de Atlanta) y comparable al menos entre sectores (este asunto es igualmente relevante para la industria siderúrgica y la de telecomunicaciones), sería de gran utilidad un marco común para todas las compañías, al menos las europeas. El modelo danés puede ser un buen referente para este marco:
La ley aprobada en Dinamarca a finales de 2008 requiere a las 1.100 compañías más grandes del país y a los inversores divulgar sus esfuerzos corporativos de RC. En concreto, deben hablar de: las políticas sobre RC o sus inversiones socialmente responsables; la forma en que se aplican en la práctica, incluidos los sistemas y los procedimientos; los resultados y las expectativas para el futuro con respecto a la RC. Las empresas participantes en el Pacto Mundial de la ONU pueden referir sus datos a sus Comunicaciones sobre el Progreso. Además, la Ley señala que pueden ser de utilidad otros estándares como GRI y las Guías para Empresas Multinacionales de la OCDE (en fase de actualización). Si una compañía entiende que no tiene nada sobre lo que informar a este respecto, debe explicarlo.
Con un marco común similar para toda Europa las empresas tendríamos una hoja de ruta única; evitaríamos la fragmentación que se crearía si cada país y cada región de la Unión deciden crear su propia norma, marco o modelo y alejaríamos las tentaciones de implantar certificaciones como la que se atisba en el artículo 37 de la Ley de Economía Sostenible. Y ya que estamos en la cuesta de enero, no olvidemos que con un marco europeo único para todos, evitaríamos costes innecesarios.
2. ¿Cómo ofrecer contenido comparable entre sectores? ¿Cómo atender las necesidades de información de los stakeholders más locales, preocupados sólo por la realidad de un país en el que opera nuestra multinacional?
Se podría trabajar a partir de tres niveles de contenidos: el básico, elaborado a partir del marco común que comentaba; un nivel superior, basado en un análisis de materialidad sectorial; y un tercer nivel, que puede consistir en un Informe de RC elaborado por las empresas filiales para dar cuenta de los temas más relevantes en cada país.
¿Qué os parece? Lo hagamos como lo hagamos, estaréis de acuerdo en que sería un alivio resolver la encrucijada.