Las personas son el motor que impulsa el éxito de toda organización

Derlin León, del equipo de Cultura, formación y diversidad en Telefónica Hispam, nos explica la importancia del talento y la diversidad para el crecimiento de las organizaciones.

Derlin León

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Tiempo de lectura: 9 min

¿En qué consiste tu trabajo en Telefónica?

Después de tres años contribuyendo al equipo de Diversidad, Equidad e Inclusión, y un último año en el equipo de Cultura Regional, recientemente he asumido un nuevo reto como parte del equipo de Telefónica Colombia. 

Como profesional en Cultura, Diversidad, Equidad e Inclusión, mi rol es diseñar e implementar estrategias que promuevan entornos laborales inclusivos y seguros, donde cada persona se sienta valorada, respetada y empoderada para alcanzar su máximo potencial.

Aspiro a que cada persona y líder en Telefónica viva la diversidad e inclusión y la integre de manera auténtica en su discurso y accionar diario. 

Mi propósito va más allá de implementar acciones en pro de reducir la brecha de género y fomentar espacios de integración e inclusión; busco además fortalecer una cultura en la que la diversidad se celebre como una palanca de innovación y crecimiento.

Además, complemento mi labor en diversidad con la gestión del clima organizacional y el bienestar de nuestros colaboradores, creando entornos donde cada persona pueda desarrollarse plenamente.

Utilizando herramientas de gestión como el Employee Net Promoter Score (eNPS), obtenemos una visión clara de nuestra realidad y de las áreas de oportunidad en las que debemos enfocarnos.

Con base en estos datos, acompaño a diversas áreas en el diseño e implementación de planes de acción que no solo buscan fortalecer el clima organizacional, sino también mejorar la experiencia de cada colaborador dentro de nuestra organización.

¿Cuál es la importancia de trabajar con y para las personas?

Para quienes nos dedicamos a la gestión de personas, este principio es la base fundamental de cualquier estrategia exitosa de recursos humanos. ¿Por qué? Porque las personas son el motor que impulsa el éxito de toda organización.

Los equipos de trabajo no solo hacen un trabajo, son quienes dan vida a cada idea y proyecto; gracias a su dedicación y compromiso, los objetivos se transforman en resultados reales. Por lo que ignorar este enfoque puede condenar a cualquier organización al fracaso.    

Por ello, los profesionales que formamos parte de esta área, junto con los líderes, debemos ser impulsores de la creación de espacios que fomenten el crecimiento, el reconocimiento y el valor de las personas.  Cuando inviertes tiempo y recursos en trabajar para que tu talento alcance la excelencia individual, estamos directamente contribuyendo a la grandeza de la organización y a su sostenibilidad en los próximos años.

¿Qué aspectos consideras los de mayor importancia a la hora de gestionar el talento?

Como profesional en el área de Personas, con experiencia en Diversidad, considero que gestionar el talento de manera efectiva requiere, sin lugar a duda, una comprensión profunda de la singularidad de cada persona dentro de la organización.

Cada colaborador o colaboradora cuenta con fortalezas, habilidades, necesidades y motivaciones únicas, y reconocer y valorar esta diversidad es esencial para diseñar estrategias personalizadas que sean realmente efectivas y significativas.

En línea con esto, el conocer profundamente a nuestro equipo nos permite identificar los talentos clave, anticipar sus necesidades de desarrollo y comprender qué los motiva.

Al tener esta información, podemos crear planes de desarrollo personalizados que no solo respondan a las aspiraciones de cada colaborador, sino que también estén alineados con los objetivos organizacionales.

Además, este enfoque de gestión personalizada no solo favorece el crecimiento personal de cada miembro del equipo, sino que además potencia el desempeño colectivo.

En definitiva, las personas se sienten valoradas y comprometidas cuando perciben que la organización se interesa genuinamente en su desarrollo, lo que incrementa la motivación, la lealtad y, en última instancia, el éxito organizacional.

¿Por qué la cultura y la formación son tan importantes tanto para las personas como para las empresas?

La cultura y la formación forman una dupla clave para la gestión estratégica y efectiva de las personas.  La cultura organizacional actúa como una brújula, ese instrumento que nos dice hacia dónde debemos avanzar. 

Nos permite definir los valores, principios y comportamientos que guiarán tanto a la organización como a las personas que la conforman.

Mientras que la formación es el habilitador que impulsa a las personas a alcanzar su máximo potencial dentro del marco cultural definido. A través de programas de formación, aseguramos que las personas desarrollen las habilidades y competencias necesarias para cumplir con los objetivos establecidos. Además, les brindamos la capacidad de adaptarse a los cambios y desafíos futuros

En conjunto, cultura y formación crean un círculo maravilloso: mientras la primera define el “qué” y el “por qué”, segunda nos proporciona el “cómo”. Esta sinergia no solo potencia el crecimiento individual y colectivo, sino que también posiciona a la organización para enfrentar el futuro con un propósito claro.

¿Qué aporta la diversidad al conjunto de la sociedad en general y a las empresas en particular?

A medida que profundizamos en la diversidad e integramos su esencia en nuestra organización, nos asombramos al ver cómo su impacto trasciende más allá de nuestros colaboradores internos, generando un efecto positivo que se extiende a toda nuestra comunidad y la sociedad que la compone.

La diversidad es, sin duda, una apuesta estratégica que genera impactos significativos en la sociedad en la que operamos. Desde una perspectiva organizacional, fortalece la competitividad al integrar una variedad de puntos de vista que enriquecen la toma de decisiones, impulsando soluciones más innovadoras y efectivas.

Al mismo tiempo, contribuye a mejorar el clima laboral mediante la creación y promoción de entornos inclusivos y seguros, donde cada persona puede ser auténtica, aportar su máximo potencial.

Desde una perspectiva estratégica, la diversidad se convierte en un pilar clave para fortalecer el posicionamiento de la organización como un referente responsable, comprometido con la sociedad y las necesidades de un mercado donde opera.

Pero más allá de su impacto empresarial, la diversidad es, ante todo, una cuestión de justicia social. Promover entornos inclusivos y equitativos no solo impulsa el desarrollo social y fomenta la igualdad de oportunidades, sino que también contribuye a la construcción de una sociedad más justa y sostenible.

Su impacto trasciende y se extiende al exterior, traduciéndose en acciones concretas y tangibles.

Por ejemplo, cuando trabajamos para mejorar la participación femenina en puestos de liderazgo, abrimos espacios que antes no existían, y comenzamos a construir una narrativa distinta para las futuras generaciones de niñas.

En definitiva, la diversidad transforma realidades, inspira a las generaciones futuras y redefine el mundo laboral hacia un modelo más humano e inclusivo, donde el talento se valore su capacidad, sin distinción.

¿Cómo puede potenciarse para maximizar las ventajas de disponer socialmente de perfiles diversos?

La forma más idónea de maximizar las ventajas que nos ofrece contar con talento diverso es fomentar una cultura de diversidad e inclusión que reconozca genuinamente esas diferencias, las incorpore, valore y las aproveche como un motor de crecimiento para la empresa.

Muchas organizaciones buscan trabajar en diversidad, pero dejan de lado el tema de la inclusión. De nada sirve contratar perfiles diversos si, cuando estas personas tienen perspectivas diferentes a las nuestras, lamentablemente se les descarta y no se integran en la estrategia de la organización.

Por eso, la estrategia para instaurar una cultura de diversidad debe ser auténtica, sincera y efectiva en su implementación.

Esto implica promover espacios de diálogo abierto, trabajar en la eliminación de sesgos inconscientes y garantizar igualdad de oportunidades a través de la revisión de los procesos organizacionales, asegurando que todas las personas puedan aportar su máximo potencial.

Por ejemplo, la capacitación y sensibilización juegan un papel crucial en este proceso, permitiendo una mayor comprensión y apreciación de la diversidad en todas sus formas.

Por otro lado, la organización debe reflejar en su imagen y comunicaciones un compromiso genuino con la diversidad y la inclusión, con el objetivo de atraer talento diverso.

Esto se logra mostrando ejemplos concretos de inclusión en sus procesos de reclutamiento, promoción y liderazgo, además de destacar los beneficios de trabajar en una empresa que adopta esta cultura organizacional.

Por ende, es clave construir una marca empleadora que sea reconocida por su ambiente inclusivo y por promover un entorno donde todos los empleados, independientemente de su perfil, puedan desarrollarse y aportar de manera significativa.

¿Cuál consideras que es la mejor forma de crear y fomentar un clima laboral saludable?

La mejor forma de crear y fomentar un clima laboral saludable es tener un enfoque que integre diversos elementos, dándoles el mismo nivel de importancia.

Promover un liderazgo empático y participativo, donde los líderes sean accesibles, cercanos y éticos en su accionar, siendo ejemplos para seguir para el equipo.

Generar espacios de comunicación abiertos y transparentes, donde las personas se sientan escuchadas. Es fundamental que cada miembro del equipo sepa hacia dónde va la organización y qué se espera de ellos. Además, se debe promover un feedback continuo que permita el crecimiento de los colaboradores y su lideres.

Reconocer con frecuencia los logros y el valor que cada persona aporta al negocio, a través de la implementación de programas de reconocimiento efectivo los cuales no solo celebra los logros, sino que además impacta positivamente en la motivación de los colaboradores, creando un sentido de pertenencia y compromiso.

Promover el bienestar integral de las personas a través de la implementación de iniciativas que fomenten el equilibrio entre la vida laboral y personal. Esto incluye programas que apoyen la salud física, emocional y mental, como iniciativas de bienestar, opciones de flexibilidad laboral y la promoción de hábitos saludables.

Brindar oportunidades de formación continua y crecimiento profesional, asegurando que cada persona tenga acceso a recursos, herramientas y experiencias que impulsen su crecimiento, contribuyendo así a su progreso dentro de la organización y fortaleciendo su compromiso a largo plazo.

Y finalmente fomentar un entorno de diversidad, equidad e inclusión, creando un espacio seguro y acogedor donde cada persona se sienta libre y orgullosa de ser quien es, con el respeto como valor fundamental que guíe todas las interacciones y decisiones dentro de la organización.

En resumen, un clima laboral saludable se construye sobre la confianza, el respeto y el apoyo mutuo, permitiendo que cada persona crezca y encuentre propósito en su rol. Y como profesional de esta área siempre tengo como principio que «las personas olvidarán lo que dijiste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir.»

¿A qué persona que trabaja en Telefónica nominas para esta entrevista que consideres excelentes en su trabajo?

Nomino a Laura Fortich, Business Manager en Comunicación, porque considero que es una persona excepcional en su trabajo. A lo largo de los años, Laura ha sido una pieza clave en el éxito de las estrategias de comunicación dentro del área de Personas en Telefónica.

Su capacidad para entender las necesidades organizacionales y traducirlas en mensajes claros y efectivos ha sido fundamental para conectar con los colaboradores, impulsar el compromiso y garantizar la correcta implementación de iniciativas estratégicas.

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