Antes de analizar cuáles son los personajes más famosos de la robótica actual, podríamos definir qué es exactamente este término, acuñado por Isaac Asimov como ciencia que estudia los robots. Esta palabra fue utilizada por primera vez en 1920 por el escritor Karel Čapek proveniente del vocablo checo robota, que significa servidumbre o trabajo forzado.
Qué es la robótica y en qué se diferencia con la IA
Por robótica se entiende la disciplina encargada del diseño de maquinaria capaz de automatizar tareas, en la que los expertos crean, programan y manejan estos elementos para llevar a cabo el desarrollo de determinadas tareas y habilidades.
Aunque robótica e inteligencia artificial están relacionadas, no deben confundirse, encontrándose la principal diferencia entre ambas en el enfoque.
La robótica se centra en la manipulación del área física mientras que la IA está orientada a que el robot pueda moverse en base a un aprendizaje previo y no a unas instrucciones establecidas para realizar una tarea en concreto. De modo que un robot basado en IA podría adaptarse a las tareas en base a ese aprendizaje y un robot programado solo podría desarrollar las tareas para las que ha sido configurado.
Veamos ahora algunos de los personajes más influyentes de la robótica, tanto desde el punto de vista práctico como teórico.
Leonardo Torres Quevedo
El español Leonardo Torres Quevedo (1852-1936) es conocido en numerosos campos y por algunos hitos de la ingeniería mundial, como el Spanish Aerocar¸ el teleférico o aerotransbordador más antiguo del mundo en funcionamiento, localizado en las cataratas del Niágara.
En el campo de la robótica es conocido por haber construido en 1912 El Ajedrecista, un autómata considerado como el primero capaz de jugar al ajedrez en toda la historia, un modelo experimental presentado en 1914 en París. Ya en 1920 construyó una segunda versión que incluía mejoras notables en su presentación, aunque sin cambios desde el punto de vista automático.
Como indican en la web del Museo Torres Quevedo, “los ajedrecistas no juegan una partida completa, sino que se trata del final de partida de torre y rey contra rey. El ajedrecista conduce las fichas blancas y su movimiento está basado en un complicado mecanismo compuesto de ejes, tambores… El segundo ajedrecista funcionaba a través de unos electroimanes situados debajo del tablero, por lo que las piezas daban la impresión de moverse solas, lo que causaba un gran impacto en el público”.
En resumen, Torres Quevedo “construyó los ajedrecistas para demostrar su idea de que hay que aumentar la capacidad intelectual de las máquinas para que sustituyan al hombre en algunos trabajos hasta entonces reservados a la inteligencia humana”.
George Devol y Joseph F. Engelberger
A George Charles Devol (1912-2011) y a Joseph Frederick Engelberger (1925-2015) se les considera padres de la robótica industrial.
En 1954 Devol concibió la idea de un dispositivo de transferencia programada de artículos con el que sucedió a un manipulador programable, considerado como la ascendencia del robot industrial.
Engelberger fundó en 1956 Unimation Inc, considerada la primera empresa del mundo en desarrollar robótica.
Esta compañía produjo su primer brazo robótico tras una mejora en el diseño de George Devol y pese a las pérdidas del proyecto, les abrió las puertas para la venta a General Motors.
El aparato pesaba 1.800 kilos y su función era la de levantar y apilar grandes piezas de metal caliente.
La empresa de automoción instaló dicho brazo en una de sus fábricas en 1961 atisbándose la transformación que eso iba a implicar en el modelo de producción del sector, lo que llevó a que poco después Chrysler y Ford también adquirieran brazos robóticos.
Por otro lado, en 1978 nació el primer robot programable de Devol llamado PUMA (Programmable Universal Machine for Assembly). El aparato era capaz de mover un objeto y colocarlo en cualquier orientación y es la base de la mayoría de los robots actuales.
Como curiosidad, Engelberger en 1997 recibió en Japón el premio al Avance de la Ciencia y la Tecnología por la aportación de los robots industriales al conocido como milagro japonés que comenzó en los años 60.
Isaac Asimov
Isaac Asimov (1919 o 1920-1992) fue un bioquímico que destacó en el campo de la literatura a través de una amplísima publicación de obras de ciencia ficción, historia y divulgación científica.
Asimismo, Asimov enunció las tres leyes de la robótica, la base ética para el posterior desarrollo de sistemas autónomos:
- Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
Estas tres leyes aparecieron por primera vez en su obra Círculo vicioso (de 1942) y sirvieron como normas para los robots que en sus relatos contaban con la capacidad de actuar por sí mismos.
Victor Scheinman
Victor Scheinman (1942-2016) inventó en el año 1969 el brazo de Standford, un robot articulado con seis ejes y totalmente eléctrico, una tecnología para el uso de robots en montajes y soldaduras.
Scheinman ya de adolescente diseñó y construyó una máquina de escribir controlada por voz.
Takeo Kanade
Takeo Kanade (1945) es famoso por haber construido a principios de los 80 el primer brazo robótico con motores instalados directamente en su articulación, lo que le dotaba de mucha mayor rapidez y precisión que los antecesores.
Marc Raibert
Marc Raibert (1949) es cofundador de la compañía Boston Dynamics en 1992 y, juntos a otros compañeros, crearon Big Dog y DARPA Robotics Challenge, con quienes desarrolló robots que corrían maniobrados como animales.
Destaca el perro Spot, un robot inteligente que salió a la venta en 2020 en EEUU por 74.500 dólares y cuyo cerebro está formado por algoritmos de inteligencia artificial capaz de trabajar autónomamente, detectar problemas e incluso predecirlos.
Mark Tilden
Mark Tilden (1961) creó en 2004 el RoboSapien, un robot con el que consiguió una gran cantidad de reconocimientos y que vendió casi dos millones de unidades.
Se trata de un juguete robótico con forma humana teledirigido que dispone de casi 70 funciones preprogramadas y más de 80 pasos para programar movimientos, capaz de andar sin necesidad de ruedas e incluso coger objetos con la mano y tirarlos.
Conclusión
Desde principios del siglo XX hasta comienzos del XXI, hemos comprobado cómo ha ido evolucionando la robótica hasta conseguir mecanismos cada vez más complejos que cuentan con elementos que se han ido incorporando para sofisticar en mayor grado los robots.
Desde que a mediados del siglo XX comenzó a extenderse la robótica industrial hasta su interacción actual con la inteligencia artificial, la robótica está incluida en nuestro día a día ayudándonos en el desarrollo de tareas cotidianas que abarcan no solo el sector industrial, sino que también alcanza a los servicios o a lo social.