Si bien al principio lo que hacía era cuidar del jardín que ya teníamos, al poco tiempo me animé a sembrar. No es lo mismo comprar una mata en un vivero, que verla crecer desde un esqueje o una semilla.
La metáfora
En principio el acompañar el crecimiento de cualquier cosa desde cero hasta dar fruto es una excelente metáfora para lo que es cualquier proyecto que nos toque en la vida personal y profesional. Arrancamos con muchas expectativas de lo que queremos lograr en el futuro, pero siempre se comienza paso a paso con algo pequeño.
Hay muchos paralelismos entre la siembra y el resto de la vida. Todo lo que siembras requiere más atención y cuidado al principio. Una plántula puede arruinarse irremediablemente por unos días en los que nos olvidamos de ponerle agua. Todo proyecto en sus inicios requiere de mucha más atención de nuestra parte. Exige más atención a los detalles.
Por supuesto, a medida que la planta crece y se desarrolla, puede que se vuelva más tolerante a los olvidos, así como los grupos de trabajo y los proyectos que ya están en marcha parecieran no requerir de nuestra supervisión. Algunas especies como los cactus pueden vivir bastante bien con cuidados “de fin de semana” y quizás por esto comenzamos a darles cada vez menos atención.
Entre esas plantas de bajo mantenimiento tenemos en casa lo que me parece un misterio de la naturaleza: la llamada “Dama de la noche” (Epiphyllum oxypetalum).
Se trata de una planta de la familia de los cactus, pero que no tiene espinas, le gusta estar en la sombra y que florece de manera espectacular con una inflorescencia de unos 25cm de diámetro que dura una sola noche.
Usualmente flor comienza a abrir a las 9pm y llega a su plenitud alrededor de la media noche, cerrándose del todo a la mañana siguiente.
En la película Locamente Millonarios hay una escena que me sorprendió mucho. Ambientada en Shangai, la familia del protagonista organizaba una gran reunión familiar alrededor de la apertura de la flor de esta planta. La colocaban en un salón y todos se ubicaban a su alrededor a contemplar como abría.
Además de que la flor es hermosa, su aroma es increíblemente delicioso. Lo curioso es que a la mañana siguiente amanece marchita y absolutamente inodora.
Hace unos días me ocurrió que la mata sacó una flor y la noche que floreció me quedé dormido temprano y me la perdí. De aquí la reflexión acerca del valor de la oportunidad.
Mi reflexión
Los griegos tenían en su panteón de dioses a la diosa Ocasión, quien iba montada en una rueda moviéndose rápidamente, con una larga cabellera por el frente, pero rapada completamente en la nuca. De esta manera la oportunidad había que aprovecharla al momento que se presentara, porque al pasar no habría forma de agarrarla.
Así mismo sucede con la Dama de la noche. Puedes regarla y cuidarla todo lo que quieras. Hasta puedes ir viendo como el capullo va desarrollándose poco a poco. Pero si te duermes en la noche del evento, al otro día te quedas sin nada. Sin embargo, la naturaleza es bondadosa y en unos meses puede que me de otro momento de disfrutarla, mientras otras oportunidades en la vida simplemente no van a repetirse, por lo que toca mantener un poco de esa atención especial de la que hablamos al principio de esta historia.
Mantener algo de interés y seguimiento al desarrollo de nuestros proyectos sin importar que parezcan de bajo mantenimiento nos colocará en una posición en la que podamos reconocer y aprovechar las oportunidades que se nos presenten.