A menudo nos ponemos objetivos que creemos que “tenemos” que conseguir. Sin embargo, la realidad es que no siempre estamos dispuestos a hacer lo necesario para lograrlos. De hecho, cuando decimos “tengo que”, lo hacemos por obligación y no por gusto. La gran diferencia es que, si puedes decir “quiero” en lugar de “tengo”, estás un paso más cerca de la meta.
Pasos para establecer objetivos
A la hora de proponernos objetivos, estos 4 pasos pueden ser una buena guía:
Revisa tu diálogo interno
Ocurre que, en ocasiones, definir bien nuestros objetivos, siguiendo las pautas anteriores u otras, no es garantía de que los cumplamos. Una de las razones de este incumplimiento son nuestros saboteadores internos.
¿Qué te dices a ti mismo? A veces, usamos expresiones como “no lo voy a lograr” y les damos más importancia que al propio objetivo, bloqueando nuestras acciones y consolidando esas creencias. ¿El resultado? No lo conseguimos, reforzamos la creencia limitante y sentimos frustración.
En estas situaciones, empieza por identificar las creencias limitantes que te acompañan y que obstaculizan tu propósito de lograr el objetivo, ya sean propias o provenientes de otras personas.
Una vez identificado ese discurso interno que te limita, busca formas de contrarrestarlo. Algunas ideas son:
- Ver qué recursos tienes a tu disposición.
- Recordar situaciones de éxito en el pasado y los recursos que utilizaste para superarlas. Pregúntate: ¿me ha pasado esto antes? ¿Cómo lo superé? ¿Qué hice en esa situación?
- Observar qué han hecho otras personas que han tenido éxito en una situación parecida: ¿qué tiene ese referente? ¿Qué hace? ¿Qué no hace?
- Buscar apoyo que te anime a lograr el resultado y te acompañe en el proceso.
- Aprender algo que te pueda hacer falta para estar mejor preparado.
- Una que me gusta personalmente es pensar a quién le voy a dedicar mi éxito.
Conclusión
Cambia tu narrativa. Lo que importa no es lo que te pasa, sino lo que te cuentas. Si tu diálogo interno es negativo o se centra en no conseguirlo, esto te llevará sin duda a un mal resultado.
Vence las creencias limitantes con argumentos sólidos que te ayuden a creer en ti y en tu capacidad de lograr tus objetivos, estarás más cerca del éxito.
Y recuerda: tienes todos los recursos para lograr tus objetivos, y si no los tienes, tienes los recursos para buscarlos.
Te deseo mucho éxito.