Durante mi entrenamiento en kayak, experimenté ambas sensaciones y hoy me generaron una reflexión. ¿Quieres saber cómo un objetivo claro y visible transformó mi experiencia en el mar y cómo puedes aplicar estas lecciones a tu trabajo?
Diferencias entre marcarse o no, objetivos
Día 1: Navegar sin rumbo
Nos subimos al kayak y fuimos aproximadamente 1 hora y media mar adentro para luego regresar. A pesar de que me gustó remar, me sentí muy neutro y por momentos creía que no avanzaba, me desconectaba por ratos y con sensación de no llegar a algún lado.
La variabilidad de la velocidad fue la estadística que más llamó mi atención y es que noté claramente la diferencia de los tramos (ida y vuelta). La dispersión de la velocidad es explicada gracias a la neurociencia de manera que el cerebro busca constantemente patrones y significado. La falta de un objetivo claro genera incertidumbre, desmotivación y baja productividad, en todos los ambientes
Día 2: Navegar con rumbo
En esta ocasión remamos a una isla ubicada a 6 kilómetros de distancia. Me sentí más cómodo saber a dónde iba, no sentí cansancio y tener la isla a la vista me permitió mantener el foco. Creí que el tiempo pasó rápido, me motivaba ver la isla cada vez más y más cerca
Para la navegación uso la aplicación “relive”, y cuando entré a ver las estadísticas encontré mucho sentido a mis anteriores explicaciones. Y es que no solo la velocidad fue más homogénea, sino que recorrí un 30% más de distancia. Un objetivo claro proporciona foco, concentración, mejora la toma de decisiones y eficiencia
¿Cuáles son las principales diferencias entre ambos días?
Característica | Día 1: Salida libre | Día 2: Navegar con rumbo |
Objetivo | Vago, inexistente. | Claro y visible |
Datos | No se conocía el tiempo restante para la llegada | Calcular la distancia faltante permitía tomar mejores decisiones |
Datos de navegación | Inciertos y altamente variable | Medible y predictivo. |
Te mostraré unos casos del día a día donde podemos mejorar tan solo con tener claro y visible el objetivo:
- Iniciar las reuniones mostrando el objetivo de la reunión.
- Para enrumbar el sentido de una reunión.
- Objetivos claros al resolver un incidente, permitirá al equipo enfocarse y descartar distractores.
- Presentar una propuesta de solución.
- Influencia con el equipo.
- Transferir conocimiento.
- Resolver conflictos y prioridades.
- Decidir y priorizar a donde enfocar el esfuerzo.
- Al redactar un informe o preparar una presentación.
- Medir el progreso y solicitar feedback
Conclusiones
Para cerrar, el trabajar con un objetivo claro y visible es fundamental para el éxito de tu día a día ya que mejora la productividad, genera compromiso, disminuye la incertidumbre y estrés. ¿Cuál es tu objetivo? Recuerda, un objetivo claro marca la diferencia.