Encontrar un mantra atractivo o una palabra de moda es clave para tener éxito en un debate público sobre un tema complicado. Aunque muchas personas no saben lo que significa realmente la Neutralidad de la Red, la apoyan firmemente: ¿quién no querría que las redes de Internet fueran neutrales? Las grandes tecnológicas son plenamente conscientes de los acalorados debates que las amenazas a la Neutralidad de la Red desencadenan entre los responsables políticos y los consumidores. Por eso no es de extrañar que sigan recurriendo a estas amenazas como excusa para oponerse a iniciativas políticas relacionadas con la conectividad, aunque la Neutralidad de la Red tenga poco o nada que ver con la iniciativa en cuestión.
Un ejemplo perfecto son los argumentos de las grandes tecnológicas contra la Contribución justa (Fair Share) para hacer frente al déficit de inversión que frena la infraestructura europea de Internet. La premisa de la propuesta es que los Grandes Generadores de Tráfico (GGT) -aquellos que superan un umbral del 5% de ancho de banda en las redes nacionales de los operadores de telecomunicaciones- paguen por el servicio de entrega de tráfico de datos recibido y contribuyan así a la sostenibilidad de las redes de internet. La propuesta claramente sustentaría los principios de neutralidad de la red y contaría con salvaguardias en caso de que alguno de los agentes implicados los socavara.
¿Qué opina la Comisión Europea?
Es importante destacar que la Comisión Europea está de acuerdo en que Fair Share no vulnera la Internet abierta ni la neutralidad de la red. El Comisario Breton ya ha disipado estos temores:
«No tocaremos la neutralidad de la red. No se trata de cambiar la neutralidad de la red. Esto está integrado en nuestros valores y en nuestra Década Digital, así que, por favor, dejen de decir esto«.
Y la reciente aprobación por el Parlamento Europeo del informe sobre política de competencia incluye el párrafo 44, el cual «pide que se establezca un marco político en el que los grandes generadores de tráfico contribuyan de manera equitativa a una financiación adecuada de las redes de telecomunicaciones sin perjuicio de la neutralidad de la red;«. Este párrafo ofrece una garantía aún mayor de que cualquier propuesta de Fair Shair que se adopte estará plenamente en consonancia con el Reglamento europeo sobre Internet Abierta (OIR) que salvaguarda los principios de neutralidad de la red.
Sin embargo, las grandes tecnológicas siguen acusando a la propuesta de vulnerar la neutralidad de la red sin justificar en qué sentido o cómo, ni de qué manera la propuesta Fair Share obstaculizaría la innovación, el pluralismo de los medios de comunicación o la libertad de expresión. Desgraciadamente, el uso de este poderoso mantra ha ganado adeptos en Bruselas y, en última instancia, podría impedir la inversión en infraestructuras de Internet que Europa tanto necesita.
Razones por las que Fair Share no dañará la neutralidad de la red
Ahora que la Comisión Europea está revisando las contribuciones a su consulta, abordaremos directamente los falsos argumentos que sostienen que Fair Share vulnera a la neutralidad de la red:
Argumento 1 – «Cualquier forma de pagos obligatorios estaría en marcado contraste con el Reglamento de la UE«
La OIR de la Unión Europea no prohíbe cobrar a los GGT por el servicio que reciben. Además, la OIR anima a las partes a » acuerdos entre los proveedores de servicios de acceso a internet y los usuarios finales sobre condiciones comerciales y técnicas y características de los servicios de acceso a internet como el precio, los volúmenes de datos o la velocidad «; siempre que tales acuerdos y prácticas comerciales no limiten el ejercicio de los derechos previstos en el Reglamento.
Argumento 2 – «Las empresas que puedan pagar a los proveedores de servicios de Internet (ISP) recibirán un trato preferente; los CAP que no puedan -o se nieguen a- pagar, serán discriminados«
Fair Share no afecta al tráfico: no implica bloquear, ralentizar, alterar, restringir, interferir, degradar ni priorizar el tráfico. Fair Share concibe que todos los CAP -no importa si son GGT o sólo GT (generadores de tráfico)- recibirán el mismo trato en cuanto a la gestión de su tráfico. Todo el tráfico recibirá el mismo tratamiento. Ni se priorizará el tráfico de los GGT, ni se estrangulará o degradará el tráfico de otros agentes. Todo el tráfico de Internet seguirá recibiendo el mismo trato por parte de los operadores de red; el servicio prestado será el mismo para todos los GT y GGT.
En caso de disputa, incumplimiento o litigio sobre el acuerdo de Fair Share entre un GGT y un operador de red, el servicio de entrega de tráfico tendría que seguir prestándose. Cualquier acción unilateral para forzar el cumplimiento del acuerdo, como estrangular, degradar o bloquear el tráfico del GGT, infringiría la legislación OIR y, por tanto, estaría sujeta a sanciones. Lo mismo ocurriría en una situación similar sin la adopción de Fair Share.
Fair Share no afectará al acceso a una Internet libre y abierta ya que no restringe ni limita los derechos de los usuarios finales, ni afecta a los servicios que éstos utilizan para enviar y recibir información, acceder a contenidos y otros servicios de su elección (artículo 3.1 de la OIR).
Y no sólo es falso, sino potencialmente perjudicial para los europeos, que las grandes tecnológicas sigan recurriendo a esta bomba de humo. Distorsiona el debate y distrae de la cuestión crucial: Europa necesita inversiones en su infraestructura digital en beneficio de todos los europeos en el futuro. Es hora de que las grandes tecnológicas acepten que tienen un papel que desempeñar para que esto suceda.