Tendemos a pensar en los robots de aplicación industrial o con formas humanas y relacionarlos con las Leyes de Asimov. Pero no todos son así: también existen a escala minúscula.
Tamaño de los nanorrobots
Los nanorrobots (también conocidos como nanobots) son dispositivos de pequeño tamaño; concretamente, entre 0,1 y 10 micrómetros.
¿Pero a qué equivale un micrómetro? Un micrómetro, también conocido como micrón o micra, es la unidad de longitud que equivale a una milésima parte de un milímetro.
Una medida que no nos resulta ajena, ya que al hablar de los tipos de fibra óptica contábamos que un puesto de la misma puede oscilar entre los 8,3 y los 10 micrones. Por hacernos a la idea: el cabello humano oscila entre los 60 y los 110.
Con esta comparación, ya podemos hacernos a la idea de las diminutas dimensiones que presentan los nanorrobots.
La nanorrobótica es una rama de la nanotecnología, dos campos interrelacionados y que comparten el rasgo de operar a escala nanométrica.
¿Nanorobots o nanorrobots?
Antes de continuar con un análisis tecnológico, resolvamos una duda ortográfica.
Si bien la utilización de ambos términos varía entre unas publicaciones y otras, y pese a no existir una entrada en la RAE, la propia institución sí que ha explicado en una publicación en Twitter (actualmente X) que lo correcto es nanorrobot ya que “los prefijos y elementos compositivos como «nano-» se escriben unidos sin guion a la base léxica a la que afectan cuando es una sola palabra. La «r» inicial pasa a «-rr-» si, al añadir un prefijo, queda entre vocales”.
Origen de la nanotecnología
Siendo la nanorrobótica parte de la nanotecnología, conozcamos un poco más sobre este campo de las ciencias destinado al control y manipulación de la materia a una escala incluso menor a un micrómetro, como hemos comentado anteriormente.
El origen de la nanotecnología se encuentra una charla del físico norteamericano Richard Feynman en diciembre del año 1959, bajo el título “Hay mucho espacio en el fondo: una invitación para entrar en un nuevo campo de la física” – «There’s Plenty of Room at the Bottom: An Invitation to Enter a New Field of Physics» en original en inglés.
En ese discurso, el que posteriormente se convertiría en Nobel de física del año 1965 imaginaba cómo las máquinas serían miniaturizadas con cantidades ingentes de información que podrían codificarse en espacios minúsculos.
Sin embargo, el término nanotecnología fue acuñado por el profesor japonés Norio Taniguchi en 1974 en una conferencia titulada “On the Basic Concept of Nanotechnology”.
El impulso al concepto de nanotecnología llegó en los años 80. A principios de la década cuando el ingeniero norteamericano K. Eric Drexler se estaba documentando para su artículo Molecular engineering: An approach to the development of general capabilities for molecular manipulation descubrió la charla de Feynman del año 59.
Algo más tarde, en el año 86 llegaría el libro Engines of Creation: The Coming Era of Nanotechnology (traducido como Motores de la creación: la llegada de la era de la aanotecnología), en el que propuso la idea de un «ensamblador» a nanoescala capaz de construir una copia de sí mismo y de otros elementos de complejidad arbitraria con un nivel de control atómico.
Características y aplicaciones de los nanorrobots
Volviendo a la nanorrobótica específicamente, los dispositivos que operan esta tecnología cuentan con una serie de particularidades.
Además de su minúsculo tamaño, los nanorrobots se caracterizan por su rápido procesamiento (con un procesador principal que puede desarrollador más de 100 operaciones por segundo), una manipulación precisa (con brazos submicroscópicos para manipular), disponer de respuesta a estímulos (como luz ultravioleta, señales químicas o temperatura) y nanomotores para moverse y operar en entornos complejos.
Asimismo, este tipo de máquinas están caracterizadas por la alta precisión, su flexibilidad y adaptabilidad y la capacidad de control remoto.
Aplicaciones de la nanorrobótica
Las aplicaciones de la nanorrobótica abarcan diferentes ámbitos, con especial incidencia en la medicina, donde pueden ayudar de diferentes maneras.
Por un lado, existen nanorrobots capaces de identificar células enfermas y aplicar los medicamentos correspondientes directamente sobre ellas permitiendo de este modo minimizar los posibles efectos secundarios en los tejidos sanos.
Asimismo, la nanorrobótica también resulta útil para diagnosticar enfermedades en fases tempranas o monitorear otras afecciones sin necesidad de recurrir a métodos invasivos.
Fuera del sector sanitario, por ejemplo, los nanorrobots pueden ayudar a reducir la contaminación: a través de microespongajas -fabricadas con nanotubos de carbono- pueden absorberse agentes contaminantes como fertilizantes o pesticidas o posibles vertidos tóxicos o metales pesados en entornos marinos ayudando a su descomposición.