En las últimas semanas muchos jóvenes han tenido que enfrentarse a una de las decisiones más importantes de sus vidas: elegir carrera. Con el final de la selectividad (EBAU), el arranque del verano y la vista puesta en la llegada de septiembre, esta cuestión ronda la cabeza de quienes van a comenzar su andadura universitaria tejiendo vocación, habilidades y empleabilidad.
Este último pilar, el futuro laboral, es sin duda uno de los que más preocupa a los jóvenes y, por tanto, tiene mucho peso en la elección. Y aquí ocurre algo curioso: aunque se sabe que las carreras STEM (siglas en inglés para designar las disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) tienen una altísima demanda, en la última década se han reducido el número de estudiantes y, de hecho, faltan perfiles STEM en el mercado de trabajo español. Además, son muy pocas las mujeres que se decantan por estas vocaciones.
¿Qué son las profesiones STEM y por qué son las más demandas?
Ciencia (Science), Tecnología (Technology), Ingeniería (Engineering) y Matemáticas (Mathematics). Estas cuatro ramas del conocimiento abarcan un número considerable de carreras universitarias entre las cuales destacan Medicina, Desarrollo de Aplicaciones Web, Nanociencia, Enfermería, Genética, Química, Física, Robótica, Ingeniería Naval, Electrónica, Arquitectura, Matemáticas, Economía, Estadística, etc.
Junto a estos estudios, más o menos conocidos, están surgiendo además otros nuevos que dan respuesta a las necesidades de la sociedad contemporánea y las empresas que quieren competir en una economía global basada en el conocimiento y la tecnología. Hablamos de disciplinas que tienen que ver con el tratamiento de datos, Big Data, la realidad virtual y la realidad aumentada, el Internet de las Cosas, la Bioinformática, etc.
En la era de la información y la tecnología, es normal que la búsqueda de perfiles técnicos haya crecido en los últimos años y, por ello, “inquieta la baja predilección de los alumnos y, especialmente, las alumnas, por las disciplinas técnicas y científicas”, señalan desde STEMadrid, plan diseñado por la Comunidad de Madrid para fomentar el estudio de estas disciplinas entre el alumnado. Numerosos estudios sobre prospectiva laboral coinciden en destacar el crecimiento significativo de oportunidades en estas áreas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que, para el 2030, el 80 % de los empleos de hoy desaparecerán y serán reemplazados por aquellos que tengan una formación STEM. En concreto, en España, la consultora internacional Randstad prevé que hasta el 2022 podrían generarse 390.000 puestos STEM, con mejores salarios, y otros 168.000 puestos indirectos, agregan.
Pero el sistema educativo no proporciona suficientes titulados en estas disciplinas para cubrir la demanda. Así lo pone de manifiesto la consultora Adecco, al exponer que un 10 % de vacantes se queda sin cubrir por falta de formación.
Faltan alumnos y, sobre todo, alumnas
Parece, por tanto, que nos hallamos ante un déficit en la orientación académica. Los alumnos que estudian estas carreras STEM representan solo el 24% del total y la tendencia se mantiene a la baja en los últimos años. Según los datos obtenidos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, desde el curso académico 2010-2011 hasta el 2016-2017 se ha producido una caída del 33%, la mayor de todas si se compara con el resto de las ramas de estudio.
La situación es aún más alarmante si la vemos desde la perspectiva de género. Aunque en España el número de mujeres matriculadas y graduadas en la universidad supera al de los hombres, su presencia en las titulaciones STEM es notablemente inferior. Concretamente, son solo un 13%, según el informe “El estado de la ciencia 2020”, presentado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Una desigualdad entre géneros en la enseñanza superior que, a escala mundial, ya en 2018 había detectado la Unesco en su estudio Cracking the code: girls’ and women’s education in STEM”: el número de matriculaciones no superaba el 35%, porcentaje que cae incluso al 3% en carreras relacionadas con tecnologías de la información o al 8% en carreras de ingeniería.
Según esta misma fuente, solamente el 28% de investigadores científicos en el mundo son mujeres. En España este porcentaje es del 49,3%, siendo el cuarto país comunitario con mayor porcentaje. Una cifra esperanzadora en España que se debe mayoritariamente a carreras de ciencias más paritarias, como la química, la enfermería, la biología o la medicina, pero no en carreras más técnicas como son la física, la informática o la ingeniería. El Ministerio de Educación refleja que solo el 25% de las matrículas en ingenierías son de mujeres.
Razones y soluciones a la brecha STEM
Son múltiples los factores que pueden influir en el interés y la participación de las jóvenes en las áreas STEM, pero los más notorios dentro del ámbito educativo tienen que ver con los prejuicios y estereotipos de género, la falta de referentes femeninos y de una orientación académica y profesional efectiva.
Las niñas parecen ir perdiendo interés en las carreras STEM con la edad. Desde la Asociación Mujeres, Ciencia y Tecnología Womenteck sostienen que “hasta los ocho años el interés por la ciencia y la tecnología es el mismo tanto en niños como en niñas, es en la adolescencia cuando vemos que las niñas tienen a apartarse de estos campos”. Se han observado estereotipos de género que condicionan las elecciones de asignaturas en educación secundaria y bachillerato. Pero es que, además, un informe de la patronal de empresas tecnológicas DigitalES señala que el 25% de los estudiantes de Secundaria, Bachillerato y FP aseguran que no escogerían formarse en ramas STEM debido a que desconocen las oportunidades laborales que ofrecen estos itinerarios.
Por tanto, es de crucial importancia una reformulación del sistema, así como nuevas estrategias y programas formativos con los que acercar las carreras técnicas a las hombres y mujeres desde las primeras etapas educativas para impulsar el talento, sin diferenciación de sexo, en este ámbito. Es clave dar visibilidad a los referentes femeninos en carreras STEM en el aula, en el material didáctico y los medios de comunicación y generar espacios de trabajo y talleres que fomenten la participación del alumnado en general y de las niñas en particular.
Proyectos que despiertan vocaciones
El pasado mes de junio, el Parlamento Europeo aprobaba un documento que apuesta por fomentar la participación de mujeres y niñas en las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. El texto urge a los Estados miembros a promover dicha participación a través de sus planes nacionales de acción para la igualdad de género.
En España existen desde hace tiempo diferentes iniciativas en el ámbito público y privado. Además del citado STEMadrid, destaca, por ejemplo, Girls in Tech. Telefónica I + D + i “amadrinó” en marzo de 2015 el lanzamiento en España de esta asociación internacional sin ánimo de lucro nacida en 2007 en Silicon Valley cuyo fin es conseguir que las mujeres se interesen por la tecnología y que puedan liderar negocios y proyectos relacionados con esta disciplina. Telefónica tiene también en marcha desde 2010 la iniciativa Talentum, un programa que ofrece formación y becas a jóvenes STEM para impulsar su carrera profesional.
CaixaBank y Microsoft ya han organizado tres ediciones de los premiso WONNOW a las mejores estudiantes de grados universitarios técnicos en España y la Universidad de Deusto, por su parte, organiza y entrega los Premios Ada Byron, para “destacar la labor de las profesionales del sector de la tecnología que calladamente, y de modo creciente, están aportando importantes avances en numerosos ámbitos y dan visibilidad a mujeres reales (a menudo desapercibidas para los medios de comunicación) que sirvan de modelo e incentivo para las niñas y jóvenes de hoy”.
#NoMoreMatildas es una campaña lanzada en enero de 2021 por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) con el apoyo de la Oficina del Parlamento Europeo en España que denuncia el llamado «efecto Matilda», la invisibilización de los hallazgos científicos de las mujeres y que algunas veces se les atribuyen a sus compañeros científicos o incluso a sus parejas. Como parte de la campaña #NoMoreMatildas se han creado tres cuentos que explican cómo hubiera sido la vida de Albert Einstein, Alexander Fleming y Erwin Schrödinger en caso de haber sido mujeres y se ha elaborado las biografías de 18 mujeres científicas que los docentes pueden descargar gratuitamente.
Incluir en los libros de texto información sobre el trabajo realizado por las científicas es una buena manera de visibilizarlas, por lo que la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Comunitat Valenciana, en colaboración con la Asociación Ciudadanía y Comunicación (Acicom) y la Diputació de Valencia, han lanzado el proyecto Exploradoras de la ciencia, mediante el cual han creado libros de texto con recursos e información sobre 27 mujeres referentes de la investigación científica actual.
Como vemos, las carreras STEM no tienen género, tienen gran potencial, demanda y futuro y la baja presencia de mujeres limita las posibilidades de desarrollo en sectores de vanguardia. Si se contrarrestan estereotipos, se destierra la idea de que ciertas profesiones llevan un sello masculino, se cuenta con mayor información y se facilita la conciliación podremos construir sociedades más incluyentes en las que destaquen Desarrolladoras de Software, Directoras de Tecnología, Especialistas en Big Data en Ciberseguridad o en Cloud Computing, Expertas en Blockchain, en Inteligencia Artificial, Robótica o Transformación Digital. El futuro es suyo.