Inventoras españolas que han hecho historia

Décadas antes de la popularización de la comida de productos de cercanía o su entrega a domicilio, ya en el siglo XIX un sistema de ordeñado supuso la primera patente de una mujer en España.

Nombre de las inventoras y sus inventos. Con detalle están en el texto.
Comunicación Telefónica

Telefónica Seguir

Tiempo de lectura: 7 min

El chupachups, la jeringuilla desechable o el futbolín son reconocidos inventos de españoles, pero no son los únicos. También existen una serie de invenciones de algunas españolas que han pasado a la historia.

Con la proximidad del 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, vamos a conocer algunos ejemplos de inventos vinculados a mujeres españolas.

No debemos olvidar que el Día del Inventor, que se celebra el 9 de noviembre, lo hace como homenaje a una mujer: la actriz y científica Hedy Lamarr.

Fermina Orduña: primera mujer en presentar una patente

De la biografía de Fermina Orduña ha trascendido poca información. Sin embargo, lo que sí se sabe es que en 1865 consiguió un hito histórico (y nada fácil de alcanzar en ese momento): se convirtió en la primera mujer en obtener una patente; o un “privilegio de invención”, que es como se denominaba por entonces.

El Privilegio de Invención español número 4006, titulado «Carruaje para caballerizas para la conducción higiénica de las burras, vacas o cabras de leche para la expedición pública» y fechado en abril de 1865, contaba con un nombre bastante descriptivo sobre las bondades del invento.

Así pues, nos encontramos un carro que trasladaba al ganado lechero -en particular vacas, burras o cabras, como el propio nombre de la patente indica- reduciendo los tiempos transcurridos desde que eran ordeñadas hasta que se producía la venta.

Igualmente, se garantizaba el buen transporte y alimentación de los animales además de unas condiciones más higiénicas a la hora de la distribución, puesto que se evitaba que éstos tuvieran que caminar por sus propios medios, aumentando con ello también su nivel de reposo, lo cual redunda en una mejor calidad del producto lácteo.

El carruaje, tirado por caballos, constaba de una pesebrera para pienso seco; ventanas, puerta y rampa; envase de agua caliente para mantener durante 20 minutos la leche recién ordeñada caliente; y una campana con la que avisar a la gente de que el servicio estaba disponible.  

Este invento estaba especialmente pensado para cubrir una necesidad en los entornos urbanos ante el desarrollo y el incremento poblacional de los mismos en la segunda mitad del siglo XIX.  

Como muestra de su relevancia, los Premios Fermina Orduña a la Innovación Tecnológica de la Comunidad Madrid reconocen el papel en el ámbito tecnológico de esta histórica inventora.

Elia Garci-Lara Catalá: lavadero mecánico de uso

A finales del mismo siglo XIX, concretamente en 1890, la valenciana Elia Garci-Lara Catalá registró la patente número 10.711, un lavadero mecánico para ropa.

Un sistema que clasificaba las prendas dependiendo de criterios diferentes (cliente, categoría, género o grado de sociedad) para posteriormente pasar un proceso de lavado, aclarado, escurrido y secado (al aire libro o con aire caliente proveniente de una secadora) para culminar con el planchado, plegado e incluso prensado.

Un artilugio muy avanzado para la época que, eso sí, nunca llegaría a ver la luz comercial.  

María del Carmen Ortiz de Arce, la monja inventora

Sor Perboire es el nombre con el que era más conocida María del Carmen Ortiz de Arce (¿?-1932), una religiosa de la orden de las Hijas de la Caridad que diseñó y patentó en 1909 un sistema para que los menores invidentes pudieran escribir en Braille.

El aparato, conocido como Regleta Sor, se complementaba con un punzón y servía para escribir el trazo de caracteres visuales con relieve de forma que fueran tanto detectables al tacto como visibles a la vista.

La regleta cuenta con unas dimensiones de 22 x 7 centímetros y dispone de tres renglones con 25 cajetines de mayores dimensiones que en Braille, sobre cada uno de los cuales se halla un rectángulo.

Como se explica en la página web de la ONCE, “con la Regleta Sor podía escribirse en los sistemas Braille y Llorens y fue uno más de los intentos de facilitar la comunicación escrita entre personas ciegas y videntes”. De hecho, uno de estos aparatos se puede visitar en el Museo Tifológico de la esta organización en Madrid.

Ortiz de Arce fue profesora de la Casa de la Caridad de Barcelona, institución en la que creó una escuela para alumnos con ceguera.

Ángela Ruiz Robles: la antesala del libro electrónico

De quien sí se dispone de más información biográfica es de Ángela Ruiz Robles (1895-1975), maestra, pedagoga y escritora además de inventora.

Su creación más reseñable es una “Enciclopedia mecánica” que puede considerarse como el primer libro electrónico de la historia.

El propósito de este invento, del año 1962, era facilitar de manera amena el aprendizaje de otros idiomas y sus abecedarios pudiendo formar palabras, oraciones y textos con la interacción de teclas y dispositivos distribuidos en una especie de maletín.

Esta propia “Enciclopedia mecánica” es una adaptación de otro invento suyo de 1949, conocido como “Procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros”.

La mejora entre un invento y otro provenía del diseño, al presentarse los contenidos de las materias a impartir mediante tiras de papel dispuestas en rollos intercambiables que se iban ajustando.

Se trataba de una enciclopedia porque se reunían contenidos didácticos, pero también era dinámica al poder actualizarse los datos y la información de acuerdo con posibles modificaciones que pudieran ir surgiendo.

En 2013, la Sociedad Científica Informática de España (SCIE) y en el Congreso Nacional de Informática (CEDI) crearon el Premio Ángela Ruiz Robles.

Margarita Salas: la patente más rentable del CSIC

Margarita Salas (1938-2019) destaca por el descubrimiento de la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, con aplicación crucial en biotecnología al permitir la amplificación del ADN de forma rápida, fiable y sencilla.

Salas presentó esta patente en Estados Unidos en el año 1989 y en Europa en 1997 a nombre del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Como curiosidad, esta patente sigue siendo la más rentable que ha presentado esta institución, representando entre los años 2003 y 2009 más de la mitad de los derechos de autor del CSIC.

Un avance especialmente relevante por su uso en medicina forense, oncología y arqueología, entre otras áreas.

Celia Sánchez-Ramos, precursora del reconocimiento de retina  

Con numerosas patentes presentadas, Celia Sánchez-Ramos (1959) destaca por la utilización de la retina como constante biométrica para el reconocimiento de individuos, bajo el nombre de “Método y dispositivo para el reconocimiento de individuos basado en la imagen de la retina que incorpora como constante biométrica el área imagen del punto de fijación”.

En la propia página web de la Universidad Complutense, se explica que “el objeto de la invención es un método y su correspondiente dispositivo para el reconocimiento de personas que incorpora como constante biométrica exclusiva y discriminante de cada individuo el lugar anatómico de la retina que corresponde al lugar fisiológico del eje visual, teniendo en cuenta la disparidad fisiológica de la fijación”.

La tarea de esta Doctora zaragozana ha sido reconocida en el ámbito internacional en el año 2009 con el premio a Mejor Inventora del Año, galardón entregado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.

Elena García Armada, creadora del primer exoesqueleto biónico del mundo para menores con atrofia muscular espinal

Elena García Armada (1971) es una ingeniera industrial que lideró el grupo del CSIC que desarrolló el primer exoesqueleto biónico del mundo para menores con atrofia muscular espinal, una patología degenerativa a unos dos millares de jóvenes en España.

Pese a que su carrera profesional comenzó con robots orientados al mundo industrial, cuando en 2009 conoció a una niña de 9 años que había sufrido un accidente de tráfico que le había dejado tetrapléjica, cambió el foco de su carrera profesional.

Desde ese momento su trabajo ha estado más centrado en la creación de dispositivos que ayuden a mejorar las facultades físicas, la rehabilitación o el aumento de la movilidad de menores sufran enfermedades neuromusculares degenerativas.

García Andrada ha recibido uno de los galardones más relevantes en el ámbito de la innovación, concretamente el Premio Inventor Europeo 2022.

Compártelo en tus redes sociales


Medios de comunicación

Contacta con nuestro departamento de comunicación o solicita material adicional.