Jorge Morillo
Gerente de Estrategia Regulatoria, Telefónica S.A.
Tenemos ante nosotros probablemente el lustro más importante en la historia reciente, en el que se van a sentar las bases de una nueva sociedad y economía y donde la digitalización va a cambiar los cimientos del mundo que actualmente conocemos. Las inversiones y decisiones que se tomen en estos años venideros van a tener un impacto directo sobre el empleo, la competitividad y sobre el bienestar de las personas.
La introducción del coche conectado y autónomo tiene enormes beneficios para la sociedad en su conjunto, con un significativo incremento de la seguridad vial en su camino hacia el objetivo de “cero víctimas” en 2050; conseguir una movilidad más inclusiva de determinados colectivos, mejorar la gestión del tráfico y su consiguiente reducción de la huella medioambiental.
No obstante, no solo están en juego beneficios sociales, sino que traerá consigo enormes oportunidades en términos económicos para dos de las principales industrias del país. Sectores como el de telecomunicaciones o la automoción tienen un enorme peso en la economía nacional y se han convertido en líderes europeos con impacto mundial. Mantener dicho liderazgo en ambos sectores frente a otras regiones como Asia o Estados Unidos debe ser un objetivo común en el que necesitamos colaborar estrechamente. El punto de encuentro de ambos sectores se materializa hoy en el desarrollo de las bases del coche conectado y autónomo, precisamente en un momento en que las redes 5G se empiezan a desplegar en nuestro país y en el continente.
La Estrategia Europea para la Movilidad del Futuro publicada en mayo 2018 por la Comisión Europea pretende garantizar una transición suave hacia un ecosistema de movilidad seguro, ecológico, conectado y autónomo, donde la conectividad, y especialmente las redes 5G, va a desempeñar un papel fundamental. En el desarrollo de esta estrategia, el rol de las comunicaciones se verá reforzado y ampliado y no se limitará a la mera comunicación entre personas. Las comunicaciones vehículo a vehículo (V2V), vehículo a infraestructura (V2I) o vehículo a peatón (V2P) entre otras, formarán un entramado de comunicaciones (V2X) en el que los operadores serán claves para su optimización y creación de valor añadido, alrededor de las redes 5G y sus nuevos modelos de negocio.
Los beneficios y oportunidades que trae consigo la movilidad son enormes y no podemos dejarlas pasar. Es aquí precisamente donde radica el liderazgo digital que está ahora mismo en juego entre las distintas regiones. La estrategia ya está definida a nivel europeo y ahora somos los sectores involucrados los que debemos cooperar de forma estrecha y ágil para la eliminación de barreras regulatorias, así como en la identificación de nuevos casos de uso y modelos de negocio alrededor de la movilidad. Esta es nuestra forma de contribuir al progreso de la sociedad.