Cuando llego a la oficina, aparte de saludar e ir al puesto de trabajo lo primero siempre son las novedades.
Los cambios en el trabajo
Tengo que decir que cuando entré en 1997 muy pocas personas tenían un PC y cuenta de correo por lo que al principio era algo que te comentaba el turno anterior de viva voz o se hacía por escrito, pero con lápiz (o boli) y papel.
Las cosas cambian y los más jóvenes lo verán como algo arcaico o incluso pintoresco, pero había un cuaderno de “bitácora” donde se podía revisar lo ocurrido de relevancia. Hoy en día todas esas reliquias del pasado han sido sustituidas por el correo electrónico
También eso de tener un portátil cada uno era algo inimaginable en esa época, empecé en Operaciones y entonces casi todo se centraba en conectarse a los equipos de la red directamente sin conexiones a intranet o internet.
Esto se resolvía con estaciones de trabajo o terminales conectados directamente a las centrales. Ya que los accesos remotos eran vía accesos ad-hoc de cada fabricante y raro era si no estabas en los mismos edificios de las centrales trabajando en una sala de control (…o en un coche desplazando te de estación base a estación base)
Por eso se tiraba mucho de puestos que se ocupaban por turnos 24×7 o mañana y tarde en el mejor de los casos.
La mayoría del trabajo al principio era hacer crecer la red. Debido al crecimiento brutal de la red móvil en esos años … con planes técnicos que duplicaban la planta de clientes y centrales ¡de un año para otro!
Todo ha cambiado mucho hoy nos conectamos al correo por el móvil o el portátil, pero el fondo es el mismo, revisar esas novedades.
Mis tareas
Luego ver la agenda del día. Ver qué reuniones hay pendientes, si han llegado nuevas convocatorias que supongan cambiar algo.
Me gusta tomar un café antes de empezar las reuniones con algún compañero sean del actual departamento, de otros departamentos con los que tengo relación o de “vidas pasadas”. Aunque a veces acabamos hablando de trabajo viene bien hablar de otros temas y ayuda a relajar la mente
Cuando las reuniones empiezan lo ideal es tener algo de tiempo, sobre todo al acabar hasta la siguiente lo que te permite hacer el acta si te toca o preparar la siguiente.
Todos tenemos claro que el mundo ideal dista de nuestro día a día y muchas veces ese tiempo es un lujo difícil de conseguir. Como pasa a la hora de poder tomar un respiro a media mañana, la mayoría de las veces, hasta la hora de la comida eso no ocurre.
Las reuniones online
Con la generalización de las reuniones no presenciales aprovecho para estar conectado con el móvil andando por el edificio o por los jardines del Distrito mientras estas tienen lugar (si el tiempo y el ruido de ambiente lo permiten) Esto me ayuda a estar en un entorno más relajado y tener el cuerpo más activo y suelto, todos lo que tengan problemas de espalda saben de lo que hablo.
Tras la comida hay dos posibilidades. O bien no tener reuniones, por lo que es ideal para mandar actas de reunión, documentarse y hacer ese trabajo que no requiere de reunirse. La otra alternativa es que haya más reuniones por lo que se sigo como por la mañana.
El final de mi día
Finalmente, y tras salir del trabajo queda lo más importante, desconectar y liberar el estrés. En mi caso el deporte es ese interruptor, tras el que hacer un tercer tiempo con amigos o con la familia es la mejor manera de terminar el día