Desayunos, colegios, perro… todos tenemos tareas que se acumulan en poco tiempo, existe la opción de despertar antes, pero dormir menos horas, al final es un equilibrio. Ni sueño ni prisas.
No siempre se consigue, pero sí me gusta incluir algo de actividad física en el inicio de la jornada, puede ser pasear al perro, ir en bicicleta a Distrito T o ahora que trabajo en el Centro Logístico de Villaverde pasear hasta el colegio y luego escuchar música en el coche. Hay muchas opciones.
En general, me gusta cambiar ligeramente cada día para no caer en rutinas que supongan a la larga una obligación aburrida. Si el lugar de trabajo se encuentra relativamente cerca no puedo dejar de recomendar ir en bici eléctrica, un compañero me lo recomendó y adapté mi vieja bici de montaña con un motor que aligera el paseo y permite llegar fresco y sin necesidad de cambios de ropa, duchas, etc. La diferencia al llegar al puesto de trabajo tras un atasco en coche o un agradable paseo en bici eléctrica es notable.
Mis herramientas de trabajo
A lo largo de mi carrera profesional he ido variando las herramientas concretas, aunque todas comparten un propósito común, organizarme y optimizar el tiempo personal y laboral, que muchas veces, al menos en mi caso se entrecruza. Recuerdo hace años las agendas en papel, luego llegaron los calendarios on-line tipo Google calendar que aún uso para mi tiempo personal.
En lo profesional creo que todos tenemos una agenda marcada desde el Outlook corporativo al que se suman herramientas tipo agile desde las más básicas a las más avanzadas que ayudan a gestionar el tiempo y las tareas. De hecho, en casa hemos adoptado un diagrama canvas para las tareas de niños y adultos, si algo es útil y funciona se acaba imponiendo, en lo personal y en lo profesional.
Mi mejor momento de la jornada
El mediodía, en la pausa para comer donde intento bajar el ritmo y disfrutar bien sea de un sándwich sencillo o una copiosa comida por una ocasión especial. Me gusta además dar un pequeño paseo, quedar con alguien que hace tiempo que no veía y en general coger fuerzas para acabar la jornada laboral centrado y con ganas.
Es un pequeño “reseteo” que al menos a mí me resulta muy útil ya sea en casa teletrabajando o en la oficina. Y si además se acompaña de la sensación al final del día de haber conseguido avanzar y estar contento con las tareas realizadas podemos considerarlo como un día redondo, no siempre es así, pero cuando se consigue la sensación al llegar a casa es mucho más gratificante.
Mis trucos para organizarme
Cada uno tenemos una circunstancia laboral y personal, en mi caso con niños pequeños puede resultar complicado organizarse para conseguir la conciliación entre lo personal y lo profesional, pero mi mejor recomendación es intentar buscar huecos distintos para cada tarea.
Por ejemplo, no intentar responder todos los correos según entran, de hecho, existen ciertas “normas sociales” que en mi opinión se están imponiendo. Así por ejemplo un correo sin marcar como urgente puede responderse en las siguientes 24h, un chat de Teams (sin abusar) puede demorarse algún tiempo, pero lo priorizo respecto al correo, al igual que una llamada que se intenta responder en el momento a excepción de estar en una reunión donde para mí la prioridad es el tiempo de todos los asistentes de la reunión.
Lógicamente hay excepciones y todos las manejamos, pero intentar responder todo siempre de forma inmediata en mi experiencia lleva a ser ineficiente, si todo es urgente nada es urgente. Mejor buscar huecos distintos para responder correo, para reunirse, para documentar, etc.
