Mi comienzo del día
Madrugador a la vez que trasnochador por culpa de la lectura o de una buena película, siempre suelo despertarme alegre y activo. Esto lo agradece mucho mi amigo el despertador, la mayor parte de las veces ayudado por su amiga la radio, pero mejor no os confieso los programas que suelo escuchar (esto es cosa del RGPD). Después, ducha, desayuno, tráfico y más tráfico porque estoy en Madrid, y aterrizaje en Distrito Telefónica sin la ayuda de ninguno de los drones que sobrevuelan nuestras oficinas, aunque quien sabe … quizás sean algún día la solución al tráfico, y aquí, a innovadores no nos gana nadie, así que esperen y vean.
Suelo ser de los primeros en llegar porque, de pequeño, hacía mucho caso a mi abuela que me decía: “quien madruga, Dios le ayuda”. Y parece que así es: “despacho” los primeros correos correspondientes a temas más sencillos, dejando el resto del día para los asuntos más complejos y las reuniones. Esto me permite dar pie a presentaros a una de mis principales herramientas de trabajo en la siguiente pregunta …
Mis herramientas de trabajo
Sin duda alguna, el Outlook, con su calendario lleno de “vida y actividad”, y un Teams que te hace accesible a todos los compañeros para ser más ágiles, así como a nuestros interlocutores externos, que en mi caso son muchos y diversos. También para organizar esas reuniones que no paran de “saltar” a lo largo del día y para las que muchas veces apenas has tenido tiempo de poder preparar como hubieras deseado. Y muchas más herramientas que nos hacen la vida más fácil y “agile”, sobre todo el smartphone (teléfono móvil), del cual es imposible separarte cuando estás trabajando.
Como soy algo tradicional y ordenado desde la EGB (vengo de esa época), siempre voy acompañado de mi cuaderno de notas, libre de ciberataques y el mejor complemento para una memoria inversamente proporcional a la edad. Son muchos y variados los temas con los que trabajamos, así como las personas con las que colaboramos, y ello requiere de este doble soporte.
Mi mejor momento del día
Creo que el mejor momento es cuando puedes hacer un pequeño parón y compartir unos minutos de conversación con tus compañeros más cercanos. Esos “micromomentos” no tienen por qué ser fuera del entorno de trabajo, sino en el mismo “perímetro”. Humanizan más nuestro día a día, muchas veces nos inspiran y ayudan, otras nos hacen reír, y por eso van muy alineados con la “misión” de Telefónica: “hacer nuestro mundo más humano conectando la vida de las personas” … y es lo que hacemos empezando por nosotros mismos.
Mis trucos para organizarme
Como la palabra “decálogo” no ha pasado de moda, voy a intentar hacerlo en este estilo:
- Distingue lo importante de lo no importante, lo urgente de lo no urgente.
- Ajusta tu tiempo en el corto plazo y organízalo con antelación en el largo plazo.
- Todo lo que puedas solucionar con una llamada telefónica o Teams, hazlo antes de escribir.
- Para las reuniones, la regla del tres: no más de tres personas, tres puntos y treinta minutos (de Steve Jobs).
- Más gente y minutos de reunión te llevan a la divagación, pero no a una resolución.
- Apunta siempre los nombres de las personas con las que te reúnes, porque todas son importantes (consejo de Enrique Rojas).
- Haz un parón y ponle humor (en honor a mi compañero Sergio de La Calle).
- No mantengas reuniones después de las 17:00 ni los viernes (lo dice Chema Alonso).
- Trabaja en equipo con corresponsabilidad: los resultados serán mejores.
- Aprovecha el teletrabajo para sacar los temas que exigen mayor concentración y redacción.
Finalmente, dos consejos: desconexión digital y el WhatsApp solo para la familia y amigos.