El método agile y su relación con la conciliación laboral

Desde hace más de 20 años he amado trabajar como economista en el sector de las telecomunicaciones. Mi carrera profesional me llena de satisfacciones y complementa mi ser y mi personalidad, pero en 2017 llegó a mi vida mi verdadero reto: mi hijo Jesús Ernesto, el pilar que me faltaba, mi amor más puro, el complemento de mi hogar.

Descubre más sobre el método agile y su relación con la conciliación laboral. Cómo usar los valores ágiles para alcanzar el equilibrio.

Zulmari Artigas Seguir

Tiempo de lectura: 6 min

La conciliación laboral

Equilibrar mi vida personal y profesional se volvió mi foco. Desde entonces ha ameritado constante planificación, paciencia, análisis, trabajo en equipo y priorización.

Para toda madre trabajadora la llegada de un hijo es un gran cambio. No les estoy dando nuevas noticias, solo que mi cambio vino acompañado de un don muy especial: “un corazón único”. Mi hijo nació con varias cardiopatías congénitas, que en sus 6 años de vida han necesitado tres cirugías de corazón y varios cateterismos, además de continuos controles médicos.

Jesús trajo a mi vida la necesidad de poner en marcha un proyecto maravilloso para ayudarme a recordar quien soy, la fuerza y la fe que me conforman, y la capacidad que tiene el poder del amor para transformar lo que creemos imposible. Todo esto para entender que puedo combinar mi inteligencia y mis aprendizajes para un fin superior: poder disfrutar del amor de mi príncipe y de mi familia, sin tener que sacrificar o perderme de mi carrera profesional ni de ser mujer.

En este artículo quiero compartir con ustedes, la forma en la que yo he logrado conciliar mi vida profesional y personal usando la agilidad. Les contaré la base de mi aprendizaje en estos últimos 6 años, y espero poder ayudarles a liberarse de lo que no quieren priorizando lo que sí quieren y entendiendo que en la vida −que merecemos disfrutar− todo tiene un espacio que depende de uno mismo.

Método ágile

En 2016, cuando empecé a estudiar la agilidad, más que de sus metodologías me  enganché de sus valores. El hecho de que para ser ágil, según el Manifiesto for Agile Software Development 2006, tuviésemos que:

  • Poner a las personas e interacciones por encima de procesos y herramientas.
  • Hacer que las cosas funcionen (SW/HW) por encima de la documentación excesiva.
  • Fomentar la colaboración con el cliente por encima de las negociaciones contractuales.
  • Siempre tener respuestas ante el cambio sobre seguir un plan.

Todo ello refleja lo que creo que debe ser mi marca como empleado de Telefónica. Al entender estos valores ágiles, nadie me tuvo que obligar a querer seguir conociendo sobre los principios y aspectos metodológicos, ya que estaba convencida de que si lograba aplicarlos, todo se alcanzaría. Así inicié mi recorrido en 2016, estando a cargo del área de Procesos Digitales.

Agilidad en lo laboral

Lo primero que hice fue conformar el equipo que me ayudaría en esta difícil misión. No se trataba de un cambio cualquiera, sino de un cambio de cultura, el más difícil de los cambios cuando trabajas para una gran empresa.

Estos cambios necesitan formación, comunicación, establecer principios, prioridades, buenas prácticas y metodologías. Como si fuese poco, es clave demostrar en las altas esferas que estos cambios son buenos para la compañía con casos de éxito.

Decir que el éxito fue rotundo e inmediato en todo lo que se hizo ese primer año no sería cierto, pero sí se logró un cambio mental en muchos de los que aplicamos la metodología ágil, uno que traspasó la frontera laboral y personal.

Ese es mi caso. Asumiendo una forma de trabajo agile evolucioné mi forma de ser y pensar. Aumenté mi compromiso y productividad, lo que además me permitió afrontar varios cambios en mi vida personal y profesional, que antes difícilmente se hubiesen llevado de la mano.

¿Cómo usar los valores ágiles para alcanzar el equilibrio entre lo laboral y lo personal?

Poner a las personas e interacciones por encima de procesos y herramientas. Esto significa que el cliente, los colaboradores y nuestros seres queridos están por encima de cualquier cosa. Para que eso ocurra de verdad los tiene que conocer, escuchar y entender, no por trabajo o necesidad, sino por convicción. Clave: Ponerte en el lugar del otro.

  • Hacer que las cosas funcionen (SW/HW) por encima de la documentación excesiva. Esta directriz es muy dificil de internalizar y materializar en una compañía, porque de eso vivimos. Las documentaciones nos dan respaldo y seguridad. Sin embargo, podemos hacerlas simples y trabajar de la mano con los departamentos legales y finanzas, principalmente, para hacerlas sobre la marcha sin que interrumpan el proceso de desarrollo e implementación.
  • En el ámbito personal la documentación suele ser verbal  y su principal dilatador suele ser nuestro EGO. Sí, puedes poner el EGO a un lado. Ese YO interno que siempre quiere tener la razón y para combatirlo debes poner en el centro el AMOR. Clave: Escucharnos como clientes/familia y que para ambas partes se obtenga la mejor solución.
  • Fomentar la colaboración con el cliente por encima de las negociaciones. El líder que aún cree que puede crecer siendo egoísta y guardándose para sí mismo la información está muy lejos de ser ágil.  Particularmente como líder, empecé a crecer cuando vi a mis antiguos colaboradores desarrollarse. Fue emotivo cuando varios de ellos se me acercaron y me dijeron que fui su ejemplo a seguir. Que bendición es oir hablar a un colaborador o cliente así, que digan que contribuiste con su evolución, porque lo apoyaste cuando más lo necesitaba.

Colaborar con un cliente, poniéndote en sus zapatos, puede hacer que te recomienden como empresa o como  persona. Eso es muy importante, pero hacer que esa recomendación perdure en el tiempo es imprescindible. Clave: institucionalizar la colaboración, formar equipos que hagan felices a los clientes y apoyen el desempeño de otros colaboradores.

Finalmente, lo único constante en esta vida es el cambio. Debemos arriesgarnos, sin miedo a equivocarnos. Solo así aprendemos de nuestros errores. ¿Te has preguntado si eres de los líderes que dan margen para que su equipo se equivoque? ¿A que no tengan temor de aprender de sus errores? ¿En el ámbito personal dejas que esto ocurra? Clave: si quieres innovar, debes aplaudir los errores. Si solo haces lo que puedes hacer, nunca serás más de lo que eres. No cumplirás con tu destino hasta que olvides la ilusión del control.

No sé si mis experiencias ayudarán a resolver algún tema personal o si te invitan a leer más sobre agilidad. Lo que sí quiero dejarte como regalo sincero es mi testimonio de que la agilidad es un arte. Como en todo arte se trabaja duro y se aprende y, por supuesto, se perfecciona.

Yo particularmente he logrado hacer el doble de mi trabajo profesional y personal contando con el mismo tiempo y, en algunos casos, con menos tiempo de lo habitual. He abrazado la incertidumbre, la creatividad, la colaboración y la priorización, y he estudiado para dar estructura a mi procesos de aprendizaje. Siempre evalúo lo que desarrollo, cómo lo hice y cómo lo comunico a los involucrados. Para mí lo que más vale es el trabajo en equipo y la satisfacción de ver culminado lo que iniciamos creando en conjunto.

Al igual que YO, tú puedes organizarte, aumentar tu rapidez, calidad de trabajo y calidad de vida.


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