Querida madre tierra:
Recupero esta forma de referirme a ti: madre tierra. A veces se nos olvida que todos formamos parte de este planeta. No existe la artificial división planeta – sociedad – economía, hay un planeta sobre el que “se colocan” la sociedad humana y la economía. Tal vez en este confinamiento tengamos posibilidad de pensar en ello, de visualizarnos como parte de un gran ecosistema cuyo desequilibrio tiene graves consecuencias.
Verás, Tierra, ahora que no podemos salir de casa, tengo las ventanas siempre abiertas aunque esto implique abrigarnos, el aire puro ahora no falta. Antes, las abría solo para ventilar y a determinadas horas, por la contaminación, que causa 7 millones de muertes prematuras anuales, según la ONU. ¡El aire está tan limpio ahora! ¡Qué gusto!
La reclusión nos ha demostrado que si reducimos los desplazamientos y la actividad, podemos ayudar a frenar también el calentamiento global. Las comunicaciones y la tecnología están siendo fundamentales para adaptarnos al aislamiento y reducir al mismo tiempo las emisiones de CO2. Y es que en un mundo cada vez más conectado, la digitalización es una excelente palanca para acelerar muchos de los cambios necesarios en nuestros modos de producción y consumo de modo que podamos cuidar más nuestro planeta.
En un mundo cada vez más conectado, la digitalización nos puede ayudar a acelerar la transformación que necesitamos para cuidar más el planeta
El reseteo no solo es necesario sino urgente y todos debemos hacerlo: gobiernos, empresas y ciudadanos. Recordemos que los eventos meteorológicos extremos, como sequías o inundaciones vinculadas al cambio climático, matan a mucha gente cada año, amenazan la seguridad alimentaria y multiplican las migraciones.
Otra cosa, querida Tierra: he vuelto a escuchar a los pájaros, sobre todo cuando me despierto temprano. No sé si se habían ido o yo no me fijaba en ellos o había tanto ruido que no los podía escuchar. Quizás un poco todo.
Cada año, mueren millones de aves en todo el mundo, principalmente golondrinas, aviones, vencejos y cigüeñas, según SEO BirdLife. Chocan con los cristales o se quedan sin nidos, destruidos por las obras o para evitar su “suciedad”.
La biodiversidad está en peligro, por nuestro modo de vida, por el cambio climático, por este desequilibrio del ecosistema, y esto afecta a nuestra salud
Y es que la biodiversidad está en peligro, por nuestro modo de vida, por el cambio climático, por este desequilibrio del gran ecosistema, y esto afecta a nuestra salud. Lo comentaba ya el año pasado un histórico informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES).
“La salud de los ecosistemas de los que dependemos todos nosotros y las demás especies se deteriora más rápidamente que nunca. Estamos erosionando los cimientos de nuestras economías, medios de vida, seguridad alimentaria, salud y calidad de vida en todo el mundo «, decía entonces el presidente de IPBES, Sir Robert Watson. Un millón de especies, de las 8 millones existentes, están en peligro de extinción por la sobreexplotación de los recursos terrestres y marino. Desde el año 1500, el hombre ha propiciado la desaparición de 680 especies de vertebrados.
Reflexionemos sobre quiénes somos en la larga lista de especies que han habitado y habitarán la Tierra
Son muchas las voces científicas que apuntan que la biodiversidad nos protege de pandemias. Cuando la naturaleza se altera o destruye, se debilitan los ecosistemas naturales y se facilita la propagación de patógenos. Debemos hablar de ello, que se sepa.
La ONU señala que alrededor del 75% de las nuevas enfermedades infecciosas son zoonóticas, es decir, están producidas por microorganismos patógenos que se transmiten al hombre a través de una especie animal. De hecho, alrededor de mil millones de contagios y millones de muertes ocurren cada año a causa de este tipo de afecciones.
En el día de hoy, aprovechemos para reflexionar sobre quiénes somos en la larga lista de especies que te han habitado y te habitarán, Tierra. Si queremos pervivir, podemos hacerlo, pero no como hasta ahora. Nuestro modo de vida debe cambiar: podemos comprar productos locales, incluso ecológicos; trabajar más desde casa; viajar y consumir menos. No retrocedamos en nuestros objetivos para proteger nuestro planeta, para protegernos todos.
Un fuerte abrazo desde mi ventana y hasta muy pronto,